Corona de ‘espinas’

Baraja tiene en su mano que todo salte por los aires antes o después. Lo mismo que pasa con Peter Lim

Corona

Corona / FRANCISCO CALABUIG

Rafa Marín

Rafa Marín

En las antípodas del Valencia que debería ser, el que hay volvió a quedar entredicho con la ausencia de Layhoon y una vez más el papelón de Corona como interlocutor único ante Baraja. Con la plantilla hecha unos zorros, a estas alturas no existe suficiente chapa y pintura para maquillar la ruina de un club en el que los futbolistas han celebrado la permanencia. Y en el que el Pipo tiene en su mano que todo salte por los aires. Porque tan omnímodo es el poder de Lim, que puede sacarse a otro Gattuso de la manga, como el que tiene ahora mismo un técnico que por coherencia debería estar más cerca de no renovar que de hacerlo. Y eso que si se deja engañar siempre estará a tiempo de plantarse, incluso en pretemporada, sin necesidad de pegar la espantada en el peor momento o de esperarse a que como a Javi Gracia y Bordalás lo echen. No es ninguna broma lo que se está cociendo y menos todavía que después de tanto jugar con fuego, el Valencia haya estado a punto de quemarse. Que no haya prendido es el mejor argumento para que Baraja continúe. Pero o cambian las cosas, y de verdad, o antes o después se acabará descendiendo. Es lo que hay. Y cuanto más se normalice el objetivo de la permanencia, mucho peor. Cayendo en picado.

LIM-pieza

Apenas quedan jugadores y, para variar, ya se llega tarde a las principales operaciones que ofrecía un mercado que exige un plus de trabajo a los que fichan sin dinero. La faena es de aúpa, máxime cuando cada vez son más los que dejan a Corona en visto. Por mucho que Lim tire de Mendes, o por más que la próxima capa de maquillaje pueda pasar por otro director deportivo, el Valencia necesita depurarse al máximo. Y eso hay que hacerlo desde aquí. No más Moribas ni cesiones sin ningún sentido. No más fichajes en falso. Y punto final a Cavanis o un Castillejo cuyas palabras en Málaga deben ser la antesala de su adiós. A nadie se le puede pasar por la cabeza que los futbolistas con los que se ha estado al borde del abismo sigan un minuto más. Esa plantilla, Corona dixit, tan complicada de reforzar, hay que volarla. Que solo se queden los de casa. 

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