El Valencia CF más complicado de la historia

Partido Valencia CF Real Sociedad

Partido Valencia CF Real Sociedad / SD

Toni Hernández

Toni Hernández

El Valencia no es un club fácil. Nunca lo hemos sido, ni cuando éramos el mejor del mundo. Y eso, cuando las vacas son flacas y tenemos un máximo accionista que parece nuestro peor enemigo, se eleva a la máxima potencia y a todos los niveles. Esto es algo que causa fatiga. Mucha. Tanta que a uno se le presenta el dilema de qué escribir sin perder las formas y los papeles, y sin enfadarse con media humanidad.

No ayudamos a Baraja. Nada o, en el mejor de los casos, muy poco. El tono paternalista con el que se dice ese tan manido «no tenemos más» es un tiro en el pie; y el primero que no quiere esto es el entrenador. Aunque eso sí, cuando hablamos del equipo tampoco podemos pasar al «¡panda de inútiles!, ¡que esto no es una ONG!», porque… ya sean mejores o peores, es lo que tenemos. El ‘secreto’ podría consistir en hablar mucho más de fútbol, pero claro, eso casi nunca nos viene bien porque andamos en otras cosas. Un ejemplo: le ganamos al Atlético y el tema era si nos podíamos quedar en Mestalla, cuando encima todos sabemos que eso no puede ser.

Todo se hace difícil en el Valencia. Y todo es todo. Y siendo el propio club el primero en aplicarse en ello, tampoco nos llevemos a engaño. Y cuando las cosas se quieren llevar al extremo todo es aún peor. En estos días hemos llegado a criticar que el club ‘sólo’ tenga cuatro laterales, ahora que todos están lesionados. Hemos llegado a criticar que se felicite el cumpleaños a un jugador que fue partícipe de un título aunque sólo fuera de forma testimonial; cuando el Valencia, su departamento de comunicación, explicó el criterio que se iba a seguir a partir de ahora a ese respecto. Hemos llegado a criticar que Solís diga que es un orgullo que haya tantos chavales formados en casa en el primer equipo, buscando que dijera otra cosa cuando realmente sólo quería decir eso. Si queremos hacer sangre es fácil, pero todos sabemos lo que pretendía decir.

Por cierto, qué complicado es ser Solís en el Valencia. Porque da igual lo que digas o lo que hagas que te van a inflar a palos igual. Y no, no estoy defendiendo a nadie. Solamente pongo de manifiesto una situación que se da y que no me gusta, porque al final mancha la imagen del club. Porque sí, el club es todo. También los que trabajan en él. Siempre ha sido así y siempre lo será. Nos guste o no, es imposible que gane el Valencia y pierda Peter Lim.

Y luego, en todo este barro, aparecen clásicos de hoy y siempre. Lo de Martín Queralt pidiendo al ayuntamiento que no se reúna con Lim (como si eso hubiera pasado alguna vez) o que quiera tiempo para movilizar al valencianismo y hacer una oferta de compra (por lo visto lo de Meriton le debe de haber cogido de improviso después de diez años) no puede ser más marciano ni caduco. Porque no, así no llegamos ni a la vuelta de la esquina, y Queralt, que lleva casi 40 años así, debería tenerlo claro ya; aunque veo que no. Y también está lo de Miguel Zorío, quien habla de terminar el campo en tres años desde la firma del convenio, el cual no se ha de cerrar con Lim sino con él. Todos hablan, hablan mucho. Pero lo que es hacer… Nadie hace nada de verdad.

Y vamos a Sevilla y nos revientan porque somos incapaces de defender el balón parado con seis tíos por encima de 1,85. Y sale Baraja y dice, con toda la razón del mundo, que si no competimos no tenemos nada que hacer. Este Valencia es muy complicado y mucho. Y aún más cuando encima aquí nadie da su brazo a torcer y todos quieren tener la razón incluso por encima del propio Valencia. Lo cual es, lisa y llanamente, imposible. Y luego los raros son los que son como yo. Los raros somos los que pensamos, por encima de todo lo demás, en ganarle al Mallorca.

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