En Andorra empezó todo

Significó un encuentro cara a cara con un camino abrupto hacia Primera  

Andorra-Levante, temporada pasada

Andorra-Levante, temporada pasada

Juanma Romero

Juanma Romero

Dijo un eufórico Piqué que con Kevin Roldán empezó todo. El polifácetico empresario, lanzó un dardo al Real Madrid aquel día, y sin saberlo, su club, provocó algo parecido en el Levante. El cuadro granota vuelve este sábado a un escenario de infausto recuerdo y que la pasada temporada marcó un punto de inflexión importante. El Levante cayó de manera estrepitosa ante un Andorra que en aquel momento estaba disfrazado con el cartel de matagigantes y dejó a Nafti al borde de un precipicio del que acabó despeñándose en la siguiente jornada ante el Racing en el Ciutat. Ese partido significó un encuentro cara a cara con una realidad que, pese a que presagiaba un camino afable en la vuelta a Primera División, mostró un sendero abrupto, tortuoso y que pedía a gritos cambios. Llegaron poco después con una interinidad en el banquillo de Felipe Miñambres, y posteriormente con el aterrizaje de Javi Calleja, un entrenador que rozó hasta el límite ese ascenso que estaba escrito no iba a producirse.

Aunque el Racing de Santander puso la puntilla a Nafti, el Andorra de Piqué dejó sin aire a Nafti y en una gran encrucijada al actual director deportivo. Solo ocho jornadas fueron suficientes para ver que el equipo no funcionaba. La derrota dos choques antes ante el Cartagena en casa borró las buenas vibraciones. Un sobrio empate en Burgos después aumentó los interrogantes y la caída llegó luego de sopetón con dos golpes que no dejaron más margen. Quizás ese momento también pudo provocar el caudal que se llevó por delante todo el entramado social del club empezando por el presidente Quico Catalán. Los remiendos no surtieron efecto porque el Levante no acabó en Primera y ese agujero negro creado a las primeras de cambio fue otro de los detonantes que condenó a seguir en Segunda un año más. La adaptación posterior de Calleja luego no fue sencilla, y aunque la reacción llegó, el aletargamiento y la falta de efectividad escribieron la página más cruel que todo el mundo conoce.

Bajo este contexto histórico, Andorra debe ser un partido para saldar deudas. El trabajado empate en Tenerife ha de tener continuidad para un Levante que se siente confortable cuando actúa de visitante. Haber puntuado en todas las salidas no está al alcance de cualquiera, aunque le espera un duelo complejo. Como ocurrió el año pasado, el cuadro de Sarabia quiere forjar su salvación en su gran reducto el Estadi Nacional. No llega con la misma solvencia porque ha encajado dos derrotas y ha cedido un empate, pero de los 13 puntos que lleva en la tabla, 10 han sido en casa. El Levante ha mostrar la bandera del más fuerte.

Aunque la defensa está en cuadro, la clasificación ahora mismo ofrece un cuadro esperanzador, y con una conclusión de que cualquiera puede ganar o perder ante cualquiera y en esa horquilla el Levante debe navegar con su estilo y solvencia, como ha hecho hasta ahora, aguantando en los puestos de élite. Aunque soy de los miran el ya tan manido partido a partido, el calendario exhibe unas semanas de vértigo con partidos ante Leganés, Racing, Éibar, Valladolid y Sporting, con permiso de los choques previos en Copa ante el Varea y de liga frente al Mirandés. Estas jornadas van a resituar al Levante sí o sí en el sitio, pese a quedar mucho por delante. Retornando al inicio, Andorra ha de seguir siendo fértil en la producción de puntos para se vayan dando los pasos. Lecciones que nos has dado el pasado.

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