Fenwick se alía con Lim

Mestalla es un lugar mágico, igual que San Mamés, y los dos clubes merecen más consideración 

Fenwick

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Joan Carles Martí

Joan Carles Martí

La visita a San Mamés provoca siempre envidia. Por el club, por su histórica permanencia en Primera junto al terco duopolio y por el estadio. Bilbao señaló el camino de lo que significa la modernización de los campos de fútbol sin necesidad de cambios de ubicación. Por eso se llama la ‘catedral’, por su transcendencia y porque, como en todos los templos de Europa, se han ido añadiendo estilos en función de la época.

El mejor ejemplo es la Seu de València, que aúna los tres estilos que han marcado la historia del arte, románico, gótico y barroco. A esa clásica visita del Valencia a la capital vizcaína se ha unido de repente Mark Fenwick, un arquitecto que entró en el valencianismo hace más de quince años y sigue dando la tabarra, por decirlo suave. Sin ánimo de molestar a ninguno de los prestigiosos arquitectos del mundo, y con el máximo respeto, el diseñador del primogénito proyecto del viejo nuevo Mestalla siempre vuelve cuando tiene opción de cobrar de nuevo, porque no hay proyectista que no facture por dibujar una línea, o modificarla, como es el caso.

Fenwick es uno de más de los aprovechados por la descomposición social de la entidad. No será último, pero alguien debería decirle que hace tiempo que viene tomando el pelo al Valencia y ya no toca. Si no me descuento, creo que lleva más de cinco maquetas y otros tantos proyectos virtuales de cómo debe ser el mejor estadio de fútbol del universo. Los programas informáticos de construcción son muy sufridos, así que hemos visto un campo de diez estrellas, otro de cinco y uno más modesto. Con cubierta en las cuatro gradas y con solo una en tribuna. Decorado y sin adornos, con pista de atletismo y sin ella. Un auténtico profesional.

El arquitecto británico hace su trabajo, aunque en su última aparición de ayer, la oportunidad le viene porque el ayuntamiento y el club siguen sin ponerse de acuerdo sobre cómo debe de concluirse el coliseo de las Corts. Pero Fenwick, que tiene la misma popularidad en su sector que nuestro Santiago Calatrava, siempre va por delante. Por cierto, ¿por qué no restituir el buen nombre del artista de Benimàmet y ofrecerle a él el diseño definitivo y futurista del Nou Mestalla? Ahí lo dejo.

Respeto al partido de mañana en San Mamés, hay que confiar en la fructífera ‘conexión Marina’ en el campo. Gayà-Pepelu (Pedreguer-Dénia) no solo hablan la misma lengua en el campo, sino que además saben donde juegan y muestran un compromiso honesto. Todo un ejemplo para esos canteranos que por culpa de Lim demuestran que tampoco hay que ir a paraísos balompédicos lejanos para encontrar futbolistas con oficio. Son todo un ejemplo, dentro y fuera del campo, para los chavales que llevan esperando su oportunidad en Paterna. Mestalla es un lugar mágico, igual que San Mamés, y los dos estadios, sus clubes y sus seguidores merecen más consideración que la vista estos días, y hoy con ese invento mediático entre dos equipos de laLiga, no más importantes que el Valencia o el Athletic Club.

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