A muerte y sin miedo

El verdadero terror no es no ganar en San Mamés, es que el club no te fiche más efectivos

Un lance del Athletic-Valencia

Un lance del Athletic-Valencia

Dani Meroño

Dani Meroño

Era una noche que daba miedo. Y no, no me refiero a la de Halloween -que también- sino a la irregular e inestable imagen que ofrecía el equipo lejos de Mestalla. Pero eso ayer quedó olvidado porque, a pesar del dolorosísimo empate, el conjunto valencianista sacó orgullo y se enfrentó sin miedo al Athletic Club de Bilbao en La Catedral. Un punto amargo en el casillero pero bueno para el vestuario.

Porque el partido de ayer fue como esas películas de terror en las que parece que va a haber un final feliz con el malo derrotado y todos contentos, pero en la última escena revive el de la máscara de Scream y la vuelve a liar. Y sí, es cierto que pasamos de un carnaval de fútbol y fiesta contra el Cádiz, a una noche que parecía que iba a ser la de los muertos vivientes. Nada más lejos de la realidad. El Valencia no arrojó la toalla y buscó la supervivencia en una película en la que el guión ya no lo sabíamos desde un principio: sangre, sudor y lágrimas.

Ocho minutos de escena post créditos. El árbitro, Figueroa Vázquez, se lució creando un largometraje que dudo que con otros equipos se atreviera a conceder. Pero más allá de todo eso, me gustaron los actores de la trama valencianista que sudaron sangre para sacar algo de Bilbao. Jugadores como Fran Pérez, Hugo Duro, Diego López, Pepelu o Mamardashvili que se desvivieron porque el final fuera lo más feliz posible. Por desgracia quedó ese regusto amargo a pesar de que todos habríamos firmado un empate antes de pisar suelo vasco. 

Esto hace que el partido en Mestalla contra el Granada sea de vital importancia, hasta el punto de que el duelo de Copa del Rey ante el Logroñés del próximo jueves sea un incordio -por mucho que nos mole la copa- teniendo en cuenta las nulas opciones que puede haber para mantener un bloque sólido, sin lesiones y competitivo en lo que queda hasta el mercado invernal. 

Este grupo necesita efectivos ya. Lo reclamaba Baraja en la previa del partido y, ayer, se vio claramente de nuevo. El combinado valencianista adolece de poco fondo de armario y sin apenas margen de maniobra para tratar de cambiar el destino de un partido. Pero, a pesar de todas esas adversidades, el equipo lucha, pelea y saca fuerzas de donde no las hay para tratar de cambiar el transcurso del partido. Orgulloso de ellos en todo caso. 

Por ello me da miedo que no haya incorporaciones más pronto que tarde en el mercado invernal, porque ayer el banquillo ofrecía pocas soluciones y, algunas, cogidas con alfileres bien porque salían de lesión, falta de minutos o inexperiencia en catedrales como la de anoche. 

De todas formas podemos darle mil vueltas que siempre llegaremos a la misma conclusión: lo que de verdad da pánico no es que el equipo no gane en San Mamés o que te marquen en el último minuto; el verdadero terror es que el club no firme más efectivos para este Valencia CFUn equipo que va sin miedo y con el que hay que estar a muerte. 

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