Aquellos maravillosos años y estos de ahora

El punto, la portería a cero y nada más en este Valencia venido a menos. Normal que en días así todo lo invada la nostalgia

Rafa Benítez, con el Celta en el banquillo de Mestalla

Rafa Benítez, con el Celta en el banquillo de Mestalla / SD

Rafa Marín

Rafa Marín

El punto, la portería a cero y para de contar. Frente a la avalancha de nostalgia, Baraja había avisado de un partido más que peligroso y parecido al del Granada. Y acertó de pleno. A excepción del penalti, el del Celta fue un auténtico calco. Más tostón incluso, con el resquemor de la lesión de Gayà y sin apenas nada que llevarse a la boca. Ni ocasiones, ni emoción, ni demasiado brote verde después de la goleada en el Bernabéu con unos chavales a los que siguen sin acompañar los fichajes, ni los que llegaron después de Pepelu ni los que tiene pinta de que tampoco lo harán en enero. Una tarde con la única historia de recordar el legado de Benítez y aquellos maravillosos años de los que hoy disfrutan tanto los que los vivieron como los que no. Y es que el Valencia del doblete es universal. Un bien común que lo es todavía más en comparación a estos tiempos de Lim, quien ojalá esté viviendo sus últimos coletazos como máximo accionista. No pasó nada en el campo ni tampoco en el palco, donde habría dado igual que Layhoon y la corte cada vez más exigua que le acompaña no estuviesen.

La presidenta ha vuelto de Singapur y la vida sigue igual salvo para las constructoras, las cuales ya han sido informadas de lo que (no) hay. Ni proyecto con el que presupuestar con seriedad y ya se verá si licencias, en especial cuándo y cómo, aunque para esto ya habrá tiempo. Del futuro y de momento hipotético convenio del Nuevo Mestalla todavía hay mucha tela que cortar, mucha letra pequeña que descifrar y mucha ciudadanía legítima a la que defender. Con el ejemplo de Benítez, al final es la lucha contra los elementos y el relato dominante lo que hace grande al Valencia CF, ya sea aquel ushiro-nage que se rememoró en la sala de prensa o el rodillo accionarial de Singapur que todo lo arrasa a su paso. Así que un punto, portería a cero, lejos del peligro y sin acercarse a la pomada. Domingo tranquilo para disfrutar con las motos.

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