Con derecho a disfrutar

¡Qué noche la del sábado! ¡Qué victoria! ¡Qué ambiente en Mestalla! Parecía un sueño… pero no lo era, era realidad. Dentro de la pesadilla en la que estamos inmersos estos últimos años, el Valencia CF encadenaba su cuarta victoria consecutiva en Liga consiguiendo vencer a un Athletic Club que llevaba trece partidos sin perder y que marchaba tercero en la clasificación. Pueden decirme lo que quieran, pero después de tanto sufrimiento, tenemos derecho a disfrutar.

Porque Mestalla no solo se lo pasó bien, sino que agradeció el enorme esfuerzo que Baraja y sus chicos están haciendo por llegar lo más alto posible. Después del palo duro que supuso la eliminación copera, el grupo se rehízo y planteó un partido sólido, sobrio y de oficio para vencer a un Athletic Club que está haciendo las cosas muy bien esta temporada.

Una estructura férrea desde un Mamardashvili como portero de garantías; pasando por Mosquera que es una muralla; enlazando con Pepelu que lo hace todo bien; y acabando por un Hugo Duro que algunos mataron antes de que llegara. Este equipo va en serio, es una familia y ojalá se pudiera reforzar con gente que encajara dentro de la misma. Porque eso daría un salto de calidad, de efectivos y de fuerzas a un grupo que está más unido de lo que creemos. Desde la labor de los capitanes pasando por la del entrenador quienes han conseguido un núcleo con hambre, ilusión y ganas.

Estoy seguro de que habrá mucha gente que dirá que “ya están sacando el autobús” o “qué poca exigencia tiene la grada de Mestalla ahora” bueno… es su opinión… pero me gustaría verles en casa cuando su hijo -ese que saca malas notas- aprueba después de mucho tiempo y no solo le felicitan, sino que lo celebran y disfrutan; o cuando en su trabajo -sí, ese que tanto odian- les ascienden y les suben la paga. ¿Eso se celebra o no? Pues claro que sí. Son pequeños triunfos para conseguir un objetivo a largo plazo. Partido a partido y paso a paso es como se consiguen las cosas.

Porque no está reñido disfrutar de pequeñas alegrías con mantener el objetivo de la exigencia y el cambio de rumbo en el club. De la misma forma que no está discutido el aplaudir a esta plantilla con recriminar la mala gestión que hay en el Valencia CF. Basta ya de blanco o negro cuando siempre hemos sido blanquinegros.

La vida son momentos, pequeñas cosas, alegrías que nos vamos encontrando cuando, sobre todo, vienen mal dadas. A este Valencia CF le ha salido todo mal y la afición ha tenido que sufrir mucho como para que lleguen los guardianes del sentimiento o gente de otros equipos a decirnos cuando se celebran las cosas o no.  

De la misma forma con aquellos que vienen a darnos lecciones de cuándo hacer recibimientos al equipo -por cierto, lamentable lo de Delegación de Gobierno con la distancia- y cuándo no hacerlos. ¿Qué pasa que porque pierdan ya no se debe hacer? Esa es la grandeza de la afición del Valencia CF, que da igual cómo de bien o mal esté el equipo, el club o los resultados…siempre está ahí: llenando Mestalla, yendo a cada desplazamiento y dando la cara. 

Por eso, lo único que digo es que cada uno que haga lo que quiera -faltaría más-, pero si tiene derecho a algo la afición del Valencia CF ahora mismo es a disfrutar.

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