Opinión

¡No te ajunto!

Sea por una cosa u otra, el deporte es cada vez más un ‘no te ajunto’ geopolítico...

Malaysia vs Oman

Malaysia vs Oman / Reuters

¡Cuántas veces lo habremos oído o, incluso, lo habremos utilizado, en nuestra infancia! Ya sé que ahora estas camaraderías o, en el caso de ‘no ajuntarse’ la falta de estas, son más de ‘likes’ y si te envío un emoji positivo o no. Sin embargo, no hace tanto, esto es lo que nos decíamos cuando no queríamos ser ya amigo de otro niño, dejando claro que no íbamos a estar ‘juntos’. Duraba, normalmente, muy poco y se olvidaba a la siguiente merienda o partido de fútbol. Y, me ha dado pie a reutilizar algo obsoleto, cuando hace unos días la selección de Corea del Norte fue sancionada con la pérdida de un partido, por 0-3.

No es un tema baladí, porque se trataba de la clasificación para la tercera fase del Mundial 2026, en el continente asiático. En el grupo de Corea del Norte, también se encuentran Birmania, Siria y Japón. Y se debía jugar en Pyonyang el Corea-Japón que tenía mucho valor porque los coreanos estaban, en ese momento, a un punto de Siria, el segundo del grupo, de los cuales los dos primeros pasarán a la fase siguiente.

Sin embargo, los coreanos intentaron bailar durante un tiempo al son de “no creemos que se pueda jugar el partido en Pyonyang”, sin decir nada más, y solo cuando ya quedaban un par de días, ya dijeron, pues no, no se va a poder hacer. Es algo extraño en un Mundial, porque siempre se intenta buscar una solución, como que se juegue en un terreno neutral, si hay algunas suspicacias entre países o problemas de guerra o terrorismo.

Hace poco, en la Copa Davis, los iraníes, que tenían que recibir a Estonia, tuvieron que cambiar la eliminatoria, que iba a celebrarse en Teherán, porque fueron obligados por un tribunal arbitral y deslocalizarlo a Sri Lanka. Pero, la historia entre Japón y Corea (cuando aún no estaba ésta separada entre Norte y Sur) tiene mucha miga, y los nipones tuvieron como colonia a sus vecinos, desde 1910 a 1945, y ahí hubo más que enemistad manifiesta.

Pues bien, eso no facilita las cosas, pero también creo que el régimen norcoreano no está por la labor de que vengan japoneses, turistas, futbolistas o de cualquier otra índole. Por eso, han preferido perder el partido, que es lo que el comité disciplinario de FIFA ha decidido, que dejarles pisar suelo de su patria. 

Esta es una muestra más de lo que la política y, sin duda también la historia, juegan, a cada vez mayor nivel, en el deporte. Ya sabemos que Azerbaiyán no se “ajunta” con Armenia, ni España con Gibraltar, o Rusia con Ucrania, y la lista empieza a ser larga y más si no se le pone un freno al descontrol político-deportivo. Es cierto que, parafraseando al estratega Claus von Clausewitz, el deporte es otra forma de hacer la guerra, y en esto estamos.

Este asunto del Corea-Japón es el más reciente, pero también, hace un par de semanas, la federación de fútbol de Palestina, miembro de FIFA, ha pedido que se incluya en el orden del día de la próxima asamblea general de aquélla, el 17 de mayo en Bangkok, un punto que mencione la votación sobre la posible exclusión de Israel como miembro.

No creo que esto se incluya, ni que se dé el voto, porque si no habría multitud de nuevas peticiones en los años venideros. La suspensión, sin embargo, sí se ha dado con Rusia, tanto en FIFA como en UEFA, en sus competiciones internacionales, y el Comité Olímpico tiene a sus juegos de París pendientes de decisiones del Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) y de las propias federaciones internacionales de cada deporte, para admitir o no a atletas rusos y bielorrusos en los Juegos, eso sí, sin bandera ni himno.

La diferencia que se indica por los altos organismos con Israel es que ésta fue atacada primero mientras que Rusia, y su aliado de Minsk de apoyo, fueron los agresores iniciales. En fin, sea por una cosa u otra, el deporte es cada más un ‘no te ajunto’, por motivos geo-político-histórico-religiosos, más que por deporte. 

Incluso en Arabia Saudí, dónde se intenta que el deporte mundial se fije en ese país, se han encarcelado unos hinchas de un equipo de fútbol, por cantar canciones religiosas chiíes, durante un partido, cuando la mayoría de los saudíes son suníes… En esta Semana Santa, que debería dar reposo, físico e intelectual, no se ve lo segundo y parece que estemos condenados a repetir errores pasados. Mientas, para rebajar tensiones y relajarnos, recomiendo la lectura de ‘Historias inconscientes’, del argentino Gabriel Rolón. Disfruten y cuídense.

Suscríbete para seguir leyendo