Miles de sanitarios se juegan la salud y hasta la vida para batallar contra el COVID-19, enfermedad asociada a la pandemia del coronavirus, que desde hace semanas ha interrumpido la normalidad en todo el mundo. Y son muchos los deportistas que desde una doble faceta luchan en primera línea contra el nuevo virus, incluso sufriendo la enfermedad y volviendo al campo de batalla como ha hecho Adrián Cotanda, jugador del CAU Valencia, que este jueves se reincorporó a su trabajo de enfermero en una residencia y en el Clínico tras el esperado negativo que pone fin a 19 días de cuarentena. Uno más entre deportistas contagiados y ya recuperados como lo fueron antes los jugadores de balonmano Gedeón Guardiola y Fran Tirado, y el del Valencia CF José Luis Gayá.

Igual que Cotanda está su compañero en el CAU Antonio Núñez, doctor en enfermería de radiología de urgencias en el Hospital La Fe, y médico tanto del equipo y de la Federación Valenciana de Rugby, que realiza las placas a los recién llegados en busca de indicios de neumonía. Y Álex Sorribes, medio melé de Les Abelles y que jugó en el pasado junto a Cotanda en el CAU, y médico residente de guardia en urgencias del Hospital Doctor Peset.

Los tres 'rugbiers', de los cuales solo Cotanda dio positivo en las pruebas, representan el esfuerzo en la lucha contra el coronavirus por parte del rugby valenciano y de los dos mejores equipos de la División de Honor B, que han visto suspendida la liga, ya clasificados para un playoff de ascenso a la élite cuya disputa es una incógnita y ha quedado en segundo plano.

«Nos quedamos con que hemos sido subcampeones de la liga regular, en una temporada muy chula. Hemos dado el nivel. No se ha podido demostrar nada en los playoffs, pero son circunstancias excepcionales. Lo que toca es quedarse en casa, no entrenar y dar el callo luchando contra el coronavirus», explica a SUPER el centro-ala del CAU.

«La fase de ascenso se antojaba muy ilusionante, con muchos fichajes y bastante nivel, pero se ha suspendido por un motivo importante», añade, antes de de pedir a la gente «que por favor se queden en sus casas, que sigan los protocolos y salgan lo menos que puedan, con una buena compra a la semana», y a los sanitarios «a estar todos juntos y luchar codo con codo para acabar con esto en los próximos dos meses. Hay que animarse».

En su caso, el coronavirus no le afectó mucho. «Tuve dos días de fiebre, perdí el olfato, malestar general durante 4 o 5 días y el resto de días bien, incluso la segunda semana pude hacer ejercicio», confiesa sin tener muy claro que pueda estar inmunizado, por lo que sigue las mismas precauciones que sus compañeros, especialmente en la residencia donde trabaja con grupos de riesgo, y con su pareja.

Álex Sorribes, medio-melé de Les Abelles, que llegó a ser internacional aunque menos veces que su hermano Edu Sorribes, ha encadenado ya varias guardias en marzo en el Peset, donde en urgencias se ha visto duplicarse el trabajo durante la segunda semana del estado de alarma, pero elogia el comportamiento de la gente desde los primeros brotes. «Lo de quedarse en casa es muy importante, pero también las medidas higiénicas que deberíamos tener de siempre, y a ver si conseguimos con esto metérnoslas en la cabeza. La gente se está portando muy bien, a urgencias vienen los que tocan, no vienen más como antes, y eso ayuda a la Sanidad. Aquí el coronavirus lo trajeron los aficionados del Valencia desde Italia, pero eso nos ayudó, porque como fueron de los primeros, ya estábamos un poco alerta y no ha pasado como en Madrid, que ha sido un desastre».

Cuenta Sorribes que en el hospital, donde solo han quedado abiertos tres quirófanos para urgencias, están «sobrecargados de esfuerzo», aunque «la organización está bastante bien», pero el miedo al contagio siempre está. «Hay que tener muchísimo cuidado porque tocas cualquier cosa... Nosotros no queremos caer, no por estar de baja, sino porque fastidiamos y sobrecargamos a los compañeros que aguantan. Hay que aguantar el tipo y atender todo con la protección y listo. Lo superaremos, pero aún nos faltan unos pocos días más», dice sin concretar más antes de lamentar no poder jugar con Les Abelles un 'playoff' al que, recuerda, llegaban como campeones.

«Es una lástima por la temporada, teníamos muchas opciones, recuperábamos a un montón de gente lesionada para los playoffs, estabamos preparando mejor los partidos. Nos quedamos como ganadores de la Liga nuestra y ya está».

Compañero de Cotanda es Antonio Núñez, médico del CAU y de la Territorial, quien desde su veteranía sigue al pie del cañón, tras haber luchado contra el dengue en Brasil, el ébola, la gripe A, y haber abierto la planta 7 de la vieja Fe, la del sida. Y su mensaje es muy claro: «Hay que cumplir y cortar la propagación. Las normas son tan sencillas que si todo el mundo las cumpliésemos, podríamos no eliminarlo radicalmente, porque va a costar mucho, pero sí paliar los efectos. La gente tiene que ser consciente que no es lo que tú hagas, sino que lo pasas a tus seres queridos, ese es el problema».

Agradecen los tres los aplausos de cada tarde a las ocho. Les emocionan. Pero Núñez invita a «que sigan haciéndolo», igual que «ayudando con actos de humanidad y respeto, como hacer la compra a vecinos mayores que no pueden salir, aplicar los valores del rugby: solidaridad y disciplina». «Para nosotros ya es un machaque mental volver a casa y ver a nuestra familia sin saber lo que traemos. Yo a mis suegros no los veo desde enero, y si no lo he pillado es un milagro», concluye.

Deportistas de variadas disciplinas contra un único rival

Al margen del rugby, deportistas de otras disciplinas también pelean contra el coronavirus, el único rival ahora mismo con todo el deporte parado, y no solo desde el ámbito sanitario. El piragüista Saúl Craviotto y el portero del Fertiberia Puerto Sagunto David Bruixola, policías ambos, son algunos ejemplos, igual que el entrenador del BM Benidorm, Fernando Latorre, bombero de profesión.

También en balonmano, la internacional del Elche Ana Isabel Martínez, se ha ofrecido a colaborar tras acabar la carrera de medicina en febrero, y aunque no puede ejercer en primera línea, está apuntada en la bolsa de ayuda no asistencial, a través del teléfono. Como hace la exatleta del Valencia Esports María Martín Sacristán, operadora de la línea 112 para el COVID-19.

Otra exinternacional del balonmano, la guerrera Begoña Fernández, en el tramo final de su baja por maternidad, se prepara para volver a su puesto de trabajo como auxiliar de enfermería en un hospital de Vigo. Y la exciclista valenciana Anna Sanchis colgó la bici en 2018 para enfundarse la bata de médica, y ejerce en servicios mínimos ahora que está cerrada la tienda de bicis de su familia.

Como Adrián Cotanda, también ha pasado la enfermedad del COVID-19 la jugadora del Beti Onak de División de Honor Plata femenina Garazi Larumbe, enfermera en urgencias en la Clínica Universidad de Navarra. Y fuera de la Comunitat Valenciana, entre otros deportistas, destacan Míriam Rodríguez, enfermera en Fuenlabrada y portera de fútbol sala del Móstoles, Iragartze Fernández, enfermera en Bilbao y juez de línea en la Liga femenina, y Laura Palacio, karateka triple medallista europea en kumite y policía nacional.

Pilotos de motos valencianos del Dakar como Julián Villarrubia y Daniel Albero se han movilizado donando gafas de competición a los hospitales para mayor protección de los sanitarios, iniciativa que propuso Laia Sanz y a la que se han adherido numerosos motoclubs y aficionados.

Y desde el Rugby Majadahonda, el jugador e ingeniero Ignacio Narváez ha desarrollado un ingenioso sistema para duplicar las tomas de oxígeno en los respiradores para enfermos en la UCI, con tubos, latiguillos y adaptadores, para evitar el tema de patentes.

Otras iniciativas, en cambio, tratan de hacer más amena la espera, el confinamiento, como la del RC Valencia, que entretiene con tres divertidas iniciativas: 'Quiz Valencia Rugby', sobre preguntas del club y del rugby en general, 'Pasa la bola', vídeos con los que retar a un compañero a que demuestre sus conocimientos, y 'Cuarentrena', imágenes y vídeos compartidos haciendo deporte en casa.