¿Qué fue de Eric Moussambani?

Una historia de valentía, superación... y negocio que copó todos los telediarios del mundo

Eric Moussambani, en Sídney

Eric Moussambani, en Sídney

Javier Bengoa

Javier Bengoa

El 31 de mayo de 1978 nacía en Malabo (Guinea Ecuatorial) Eric Moussambani Malonga. Su vida deportiva debía pasar sin pena ni gloria como un atleta más en un país pequeño, de habla hispana y que en el año 2000 contaba con una población similar a la de la Comunidad Foral de Navarra (600.000 habitantes).

La historia de Moussambani dio la vuelta al mundo por su valentía, aunque para muchos también se trató de un bochorno inicial que se convirtió en negocio para unos pocos. Se mire como se mire, entró en la historia de los JJOO y le cambió la vida en unas pocas brazadas.

Con sólo 22 años, Eric era un joven atleta sin grandes capacidades que no dio la talla para engrosar el equipo nacional de Guinea Ecuatorial. Sin embargo, la organización les facilitó una plaza para los JJOO de Sídney en Natación. Moussambani no sabía más que flotar, pero se ofreció como voluntario. Algunos pescadores le habían enseñado a nadar y un hotel le terminó cediendo el uso de una piscina de 15 metros para poder entrenar algunas horas semanales. Ocho meses de preparación para disputar los Juegos australianos en una piscina tan grande que nunca había imaginado ser capaz de recorrer de fondo a fondo (dos veces) y 17.000 personas como testigos directos de lo que sería una proeza.

Debía competir con dos rivales con poca experiencia y malos tiempos, pero las salidas nulas de estos le dejó la piscina para él solito. La ausencia de los representantes de Níger y Tayikistán convirtieron la anécdota en hazaña. Pistoletazo de salida y al agua con una salida que te la firma casi cualquier nadador de 10 años. Había 100 metros por delante. El mundo entero le observaba con asombro y durante los primeros instantes era una carcajada al unísono, pero prácticamente todos los presentes comenzaron a aplaudir al ser conscientes de lo que estaba pasando.

A Eric Moussambani le costaba mantener el ritmo, carecía totalmente de estilo y no tenía ningún tipo de técnica. Al culminar el primer largo, ecuador de la prueba, la cámara subacuática mostró la pirueta del africano para cambiar el sentido de la marcha. Este giro se lo enseñó poco antes el seleccionador sudafricano, quien también le regaló el traje de baño que usó en la prueba. Cada vez se oían más fuerte los aplausos, los mismos que le daban un aire que le faltaba especialmente a partir del metro 80. Parecía que se iba a ahogar, pero llegó a la meta 1 minuto, 52 segundos y 72 centésimas después.

Contrato con Speedo

El de Guinea Ecuatorial logró lo que ningún otro compatriota en todos los JJOO: atención mediática y un contrato con Speedo. La marca deportiva acababa de sacar un traje de baño para velocistas, ceñido al cuerpo y como opción futurista para todo profesional que se precie. Sólo tenían que demostrar que con esa prenda, hasta Moussambani podía ser un gran nadador. Dinerito para él y campaña asegurada para la marca durante un año. El ecuatoguineano dejó definitivamente el asfalto y se centró en la piscina, logrando rebajar su marca a 56 segundos.

Eric Moussambani, feliz en Hungría

Eric Moussambani, feliz en Hungría

Seleccionador de Natación

Estaba preparado para mostrar al mundo su evolución en los JJOO de Atenas, pero un sospechoso problema con su visado evitó que pudiera viajar a Grecia en 2004. Nunca ganó nada internacionalmente, pero en 2012 sí se convirtió en seleccionador de natación de Guinea Ecuatorial, que duplicó su población en sólo 20 años, llevando a más jóvenes a practicar dicho deporte y a un Gobierno a interesarse por construir algunas piscinas de ciertas dimensiones.

Su apuesta por el agua no sólo se queda en carreras y está empeñado en crear un combinado nacional de waterpolo. Por el momento no hay casi adeptos, pero ya mira a España en busca de ecuatoguineanos de segunda generación a los que poder reclutar. Un ahora hipermusculado Eric no cambió el mundo, pero sí ayudó a mejorar su país... en menos de dos minutos.