CAMINO A LOS JJ.OO DE PARÍS 2024 | ANA PÉREZ BOX Yudoca

"Estaba psicológicamente hundida, he pensado en dejarme el judo"

Tras un complicado 2022, Ana Pérez Box ha vuelto. La alicantina ha superado un camino de espinas que casi pone fin a su carrera

Ana Pérez Box fue subcampeona del mundo y olímpica en Tokio durante 2021.

Ana Pérez Box fue subcampeona del mundo y olímpica en Tokio durante 2021. / Gabi Juan

MATÍAS SARTORI

En el interior del Centro de Alto Rendimiento de Judo de Benimaclet, Ana Pérez Box (Alicante, 1995) entrena el físico y su cabeza. Porque las nubes duraron más tiempo de lo previsto para una deportista que fue subcampeona del mundo y olímpica en Tokio durante 2021. Los fantasmas de las lesiones la llevaron por un laberinto de incertidumbre en torno a su carrera como deportista. El reciente bronce en Tel Aviv volvía dibujarle una sonrisa a la yudoca alicantina. El sol volvió a salir. 617 días después.

¿Menuda tormenta ha tenido que pasar en 2022?

Pues sí, me ha pasado de todo. Me tuve que operar la mano después de los Juegos Olímpicos, luego tuve COVID y distintas lesiones como la rotura de ligamentos del dedo o la rotura de isquiotibiales y cuando parecía que ya había pasado todo, antes del Mundial tengo otra lesión. Recién en octubre del último año, pude participar de unos Grand Slam y a finales de año de un Máster donde conseguí un séptimo puesto. Me sentí muy feliz porque después de ese año tan desastroso, era muy importante sentirme bien compitiendo. Este año empecé bien con el quinto puesto en el Grand Prix de Portugal, sentía que la medalla iba a llegar pronto.

Del subcampeonato del mundo en Budapest en 2021 hasta la plata de Tel Aviv pasaron más de 600 días. ¿Qué ha significado esta medalla?

No era el hecho de la medalla en sí, sino la sensación de volver a competir bien y volver a estar ahí. Todo lo que está detrás y la gente que estuvo acompañándome. Al final, después de los Juegos Olímpicos y del subcampeonato del mundo parece que estás en la cresta de la ola de tu carrera y luego no consigues remontar. Ha sido una de las medallas más especiales por el hecho de volver a sentirme feliz como deportista.

Ana Pérez Box con su medalla de bronce lograda en Tel Aviv, junto a su entrenador Sugoi Uriarte. Un metal que es una inyección de moral después de todo.

Ana Pérez Box con su medalla de plata lograda en Tel Aviv, junto a su entrenador Sugoi Uriarte. Un metal que es una inyección de moral después de todo. / FJCV

¿Cómo ha sido el proceso mental que has tenido que atravesar para volver a sentirse así de bien?

Vienes de estar muy bien, de conseguir unos buenos resultados y luego vienen las lesiones. Yo lo pasé muy mal en esa transición posterior a los Juegos. Luego de pasar por el quirófano, no me esperaba pasar un año tan malo y se hace todo más difícil. Estaba psicológicamente hundida. Si le preguntas a las personas que me conocen, a mi encanta el judo. Pero lo que realmente me encanta es competir. La competición es mi hábitat natural. Y no poder competir era algo que iba hundiendo cada vez más. Yo estaba verdaderamente hundida. Menos mal que trabajo con mi psicóloga deportiva porque si no me hubiese dado por vencida. A lo largo de esta temporada le he dicho muchas veces a mi psicóloga: «Me dejo el judo. Hasta aquí llegamos». Sentía que no podía más y que el judo ya no me hacía feliz. Yo siempre dije que iba a entrenar y competir en judo siempre que me haga feliz. Y por eso me lo quise dejar. ¿Cómo voy a hacer algo que no me hace feliz? Me estaba machando día tras día y cuando Iba a entrenar lo hacía sin ganas. No estaba bien.

Ana Pérez Box, en un combate.

Ana Pérez Box, en un combate. / Gabi Juan

¿Qué significa para usted poder competir?

La competición es como mi hábitat natural, el judo me gusta, pero competir es mi hábitat. Yo veía que llegaban las competiciones y no estaba al 100% y terminaba fundida. Por eso lo hablaba con mi psicóloga deportiva, si no fuera por ella me hubiera dado por vencida. El tema de la cabeza es muy importante a nivel deportivo, pero en judo hay que entrenarla cómo entrenas tus músculos y tu técnica. La gran mayoría de los triunfos que se ganan en judo, se ganan con la cabeza. Eso ha sido muy importante. Si mi psicóloga deportiva, mis padres y mi pareja no hubieran estado detrás de mi empujándome yo no seguiría haciendo judo.

Yo veía que llegaban las competiciones y no estaba al 100% y terminaba fundida. Por eso lo hablaba con mi psicóloga deportiva, si no fuera por ella me hubiera dado por vencida

¿Tan importante es la figura del psicólogo deportivo?

Dentro del mundo del deporte, sabíamos que era absolutamente necesaria. Pero alguien de fuera ve que alguien consulta a un psicólogo con tanta frecuencia y dice «está loca» o te tildan que «tienes problemas en la cabeza». Para los deportistas es un entrenamiento más. Con mi psicóloga he planeado cosas que he aplicado en las competiciones. Yo no me siento a hablar con ella de cómo va mi vida. Yo me siento a preparar mis competiciones y los entrenamientos. Fue súper importante que alguien como Simone Biles haya hecho lo que hizo. Le dio importancia a la figura que tenía el psicólogo deportivo para nosotros y a entenderlo como algo natural y qué hacer terapia está bien y puede solucionar muchas cosas que no creíamos que puede ayudar.

La medalla es importante, pero también las sensaciones de sentirse bien, ¿no?

La medalla siempre es el objetivo, pero con el tiempo aprendes que, aunque no tengas la medalla, la competición te puede servir de mucho para las sensaciones. Mi objetivo es la medalla, pero también mantenerme allí. Y ratificar que estoy creciendo. Quiero salir al tatami y sentirme feliz... Esa es la mayor recompensa.

Quiero salir al tatami y sentirme feliz... Esa es la mayor recompensa

¿Cómo se encuentra para lo que viene por delante?

En los últimos torneos he participado para coger puntos, pero al final voy de cara al Mundial con la intención de repetir el podio. Estoy contenta de que no haya sido el Mundial el año pasado por la lesión, porque no estaba en un buen momento y hubiese sido un trago amargo. Este año sí que tengo las ganas y el impulso de ir a por la medalla y seguir sumando puntos en la clasificación.

¿Cómo se encuentra a poco más de un año de los Juegos Olímpicos?

Estoy bastante tranquila. Es cierto que nosotros tenemos que clasificar, pero mi objetivo final es estar luchando por una medalla olímpica. Cuando ya has logrado la primera, la segunda la vives con más tranquilidad. Lo tomas como un entrenamiento para los objetivos grandes. Estoy tranquila porque ya sé lo que es una clasificación, los nervios, pasarlo mal, contar puntos. Ahora eso para mí esto es totalmente ajeno. No tengo idea de cómo voy en el ranking olímpico, no tengo obsesión con eso. Al final es competir y hacer lo que te gusta y ya está. No veo más allá de eso. Clasificarnos no es un mérito sino el camino a la medalla olímpica.

Ana Pérez Box celebra un triunfo con su entrenador.

Ana Pérez Box celebra un triunfo con su entrenador. / Gabi Juan

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