La ATP ha aumentado una semana más la temporada de hierba que une Roland Garros y Wimbledon, pero lejos de querer aprovecharlas al máximo para preparar el tercer Grand Slam de la temporada, David Ferrer ha preferido tomarse un decanso activo las dos primeras para centrarse en entrenar en lugar de competir.

El número 7 del mundo jugó su último partido el pasado 3 de junio, cuando Andy Murray le eliminó en los cuartos de final de Roland Garros, y no tiene previsto volver a las pistas hasta la próxima semana en Nottingham, un Open 250 en el que será uno de los grandes favoritos y en el que Feliciano López se impuso en las dos últimas ediciones.

Tras empezar a trabajar a finales de semana pasada en Xàbia, Ferrer volvió a entrenar ayer sobre al pista de hierba artificial del Sporting Club de Tenis de Valencia, donde tiene previsto seguir entrenando el resto de la semana si el tiempo y las molestias que arrastra en uno de los codos no se lo impiden. Y es que ayer mismo tuvo que ser tratado por uno de sus fisioterapeutas para ver si debía parar o podía seguir preparando Wimbledon, el siguiente gran objetivo de la temporada. Una duda que quedó despejada, ya que las molestias no tienen demasiada importancia y hoy tiene previsto volver al trabajo.

Y es que Ferrer sigue teniendo una cuenta pendiente con el torneo londinense, ya que se trata del único Grand Slam en el que nunca ha logrado superar la barrera de los cuartos de final, hasta donde llegó solo en las ediciones de 2012 y 2013. Ahora suma dos temporadas consecutivas cayendo eliminado en la segunda ronda, con derrota en la última edición ante el ruso Andrey Kuznetsov en un partido a cinco sets que se prolongó a más de tres horas de juego.

El descanso de Ferrer, sin embargo, obedece también al hecho de que se trata de uno de los jugadores con más partidos y torneos acumulado a sus espaldas esta temporada, con 44 partidos que ha saldado con un balance muy positivo de 36 victorias y ocho derrotas. Unos números que le han valido para sumar tres títulos en la primera parte de la temporada, en la que se impuso en los torneos de Catar, Río de Janeiro y Acapulco.

Curiosamente, la mala suerte le privó también el año pasado de hacer la preparación que tenía prevista para Wimbledon, ya que un virus estomacal le obligó a retirarse del torneo de Hertogenbosch „el único sobre hierba que tiene en su palmarés„ y no pudo preparar el Grand Slam en condiciones.