La cuenta atrás ha empezado. David Ferrer ya ha puesto fecha a su retirada y aunque no será en 2018, el US Open que arranca este lunes sí será casi con toda probabilidad el último Grand Slam de su carrera deportiva. Y es que después de un año para olvidar en cuanto a resultados se refiere, tiene decidido colgar la raqueta en 2019 pero con una temporada atípica de despedida, en la que se centrará en jugar sus torneos más especiales hasta poner fin en Madrid.

El de Xàbia juega así esta madrugada uno de los partidos más emotivos de su carrera deportiva, y es que además de enfrentarse al número 1 del mundo, su amigo Rafa Nadal, lo hace en un encuentro que podría ser el último que dispute en un Grand Slam salvo que logre dar la sorpresa y derrotar al manacorense. Algo que ha hecho en seis de los 30 precedentes entre ambos, pero que no logra desde 2014 en Montecarlo, cuando derrotó a Nadal por 7-6 y 6-4 en cuartos de final.

El último precedente entre ambos tampoco es reciente precisamente, ya que no se han cruzado en ningún torneo desde 2015, cuando volvieron a enfrentarse en Montecarlo y en las Finales ATP de Londres, con victoria para Nadal en tres ses en ambos partidos.

El de esta madrugada será aún un partido más especial si cabe por el hecho de jugarlo en la pista central, la imponente Arthur Ashe que ha visto coronarse al propio Rafa Nadal en dos ocasiones, en 2010 y en 2017. El número 1 del mundo parte así como favorito, aunque en el torneo también coincidirá con otras leyendas como Roger Federer o Novak Djokovic, entre otros de los talentos de la nueva generación.

El hecho de enfrentarse a Ferrer también será especial para Rafa Nadal, consciente del delicado momento deportivo que pasa su amigo, con quien ha compartido éxitos en tres Copa Davis y, más recientemente, en la eliminatoria de cuartos de final contra Alemania en la Plaza de Toros de València, donde Ferrer logró el punto definitivo ante KohlschreiberFerrer Kohlschreiber.

El manacorense sabe también que el de esta madrugada será el último partido de David Ferrer en un Grand Slam en caso de derrotarle, pero defiende título y no puede quiere permitirse un tropiezo que podría acercar también a sus rivales al número 1 de la ATP.

David Ferrer, sin embargo, no pondrá punto y final en ningún caso a su carrera esta noche, ya que antes de acabar el año tiene previsto disputar también el torneo de Monterrey -sin renunciar a una posible convocatoria de la Copa Davis-, mientras que en 2019 le gustaría despedirse del tenis en los torneos que más veces ha ganado - Auckland, Buenos Aires y Acapulco-, además de los que se disputan en España, el Conde de Godó y el Mutua Madrid Open.

Lo de entrar en un último torneo de Grand Slam después de este US Open ya no lo tiene en mente, consciente también de que llegará al primero de 2019, el Abierto de Australia, sin poder entrar en el cuadro principal por ranking. Una circunstancia que siempre había señalado como definitiva a la hora de plantearse la retirada y que definitivamente le ha empujado a tomar esta decisión.

El de Xàbia no quiere colgar la raqueta tampoco sin antes disputar junto a Garbiñe Muguruza la prestigiosa Copa Hopman de equipos mixtos del 29 de diciembre al 5 de enero en la ciudad australiana de Perth, una competición que ya ganó en 2013 Fernando Verdasco junto a la también valenciana Anabel MedinaFernando VerdascoAnabel Medina.

Las últimas lesiones sufridas por David Ferrer no han ayudado tampoco a alargar algún año más su carrera, ya que sus problemas en el tendón de Aquiles y en las rodillas no le permiten ya rendir al mismo ritmo ni en los entrenamientos. Un hecho que, sumado a su mala racha de resultados y su descenso en el ranking ATP (148) le hacen pensar ya en tomarse un respiro del tenis y dedicarle más tiempo a su familia e hijo, presentes en el US Open.