Las etapas que no te puedes perder del Tour de Francia 2023: serán decisivas

El Tour de Francia 2023, cuyo pistoletazo de salida se dará este próximo sábado en Bilbao, en su segundo incicio en España de la historia de la carrera, sorprendió en la presentación de su recorrido por un diseño muy diferente al de los últimos años. La organización lanzó un claro órdago al apostarlo todo a la montaña, con un programa que incluye cotas puntuables en todas las etapas y sólo una contrarreloj –corta y con un alto de segunda categoría en el trazado–.

Con el recorrido de esta edición, la disputa por la general arrancará desde el primer día, animada por la orografía de las etapas en el País Vasco. En la primera jornada, la sucesión de ascensos cortos pero duros servirá el primer test para los favoritos, mientras que en la segunda, el alto de Jazkibel, icono de la Clásica de San Sebastián, ejercerá de juez.

El movido comienzo de la carrera sobre el terreno rompepiernas del País Vasco será sólo el comienzo de un calendario de 3.404 kilómetros que apenas ofrecerá descanso al pelotón.

Las etapas pirenaicas del Tour de Francia

Tras el tríptico vasco, el pelotón podrá recobrar el resuello en la etapa 4. Pero será sólo un espejismo. Al día siguiente, los ciclistas encararán los ascensos al Col de Soudet, de categoría especial, y a Marie Blanque, de primera, éste a menos de 20 kilómetros de la llegada. Será el generoso aperitivo pirenaico de la primera gran jornada de montaña, en la que los favoritos pasarán el test de la ascensión al Tourmalet, de categoría especial, antes de la llegada en la cima de Cauterets, de primera.

Sólo tres días después, la carrera llegará al Puy de Dome, también de primera categoría, con un durísimo tramo final.

Tres etapas de transición no exentas de dureza darán continuidad al Tour, hasta llegar a las jornadas que decidirán la carrera: cuatro duras etapas de montaña entre las que se intercalan la jornada de descanso y la única crono de la carrera.

Las etapas claves del Tour 2023

En la etapa 13 llega el final en el Grand Colombier, otro alto de categoría especial, un día antes de que sea el Joux Plane, del mismo rango, el que se erija en juez de la etapa a 10 kilómetros de la meta. Añadirán dureza los cinco puertos de la siguiente jornada, tres de ellos de primera categoría, incluyendo el que marca el final de la etapa, Saint-Gervais Mont-Blanc.

Tras la jornada de descanso y con el riesgo que supondrá cambiar el paso, los ciclistas afrontan la única contrarreloj del Tour, que incluye una ascensión de 2,5 kilómetros al 9,4%. Al día siguiente, de nuevo sin tregua, más montaña: final en Courchevel apenas cinco kilómetros después de que se corone el Col de la Loze, otro puerto de categoría especial, tras otros dos de primera y uno de segunda.

No acabará todo ahí. Un día antes de la llegada a París, la organización ha programado una emboscada al pelotón en una jornada de seis puertos, los dos últimos de primera categoría.

El final en París no sólo será un paseo para el ganador, sino, quizás más que nunca, también un descanso para los supervivientes de uno de los recorridos más duros de los últimos años.