Para el Levante es un «premiazo» estar en semifinales, para el Valencia se ha convertido en una obligación. Nadie lo oculta. Ilusión frente a necesidad. En juego está ser el Rey de la ciudad en el torneo del KO. Viendo la clasificación, con los dos equipos metidos en la zona Champions sin signos del exterior que pongan en peligro sus objetivos tan distintos, uno podía imaginarse que los dos iban a sacar sus mejores galas en la Copa del Rey. Realidad sólo hay una, necesidades también.

Basta con echar un vistazo al fondo de armario para comprobar cómo Unai tiene material de sobra para afrontar el torneo del KO con su once prácticamente «tipo», después de reservar a gran parte del equipo en la última jornada de liga contra la Real Sociedad. Ese fiasco, cayeron 0-1 tras realizar una actuación que apunto estuvo de acabar a tomatazo limpio en el escenario, ha reactivado el carácter de un equipo cuyo proyecto incluye «llegar lo más lejos posible en la Copa del Rey y en Europa, más allá de asegurar la tercera posición». Existe en el vestuario la obligación por volver a ilusionar a una afición exigente, es el peaje de militar en el Valencia. Y estar a un paso de las semifinales ilusiona después de romper en Sevilla el maleficio que existía con Unai en las eliminatorias contra rivales de similar entidad como el Sevilla. Ahora está en juego el billete para las semifinales y más allá de la diferencia presupuestaria minimizado en el maratón de la liga, la motivación que conlleva enfrentarte al otro equipo de la ciudad te encamina a un partido ilusionante.

Al Levante le habría venido de lujo afrontar este duelo en otro momento, sin las cicatrices de guerra causadas por haber adelantado a varios transatlánticos en la liga. Todos quieren jugar y JIM alineará a un once titular que lo dará todo, pero hay bajas innegociables. Los que salgan se van a vaciar, siendo el fiel reflejo de una afición que presume de equipo allá donde va. Y con muchos argumentos. ¡Quién les iba a decir que estarían en esta situación! Sin presión, el cuadro granota está dispuesto a disfrutar y más allá de los nombres, los futbolistas son muy conscientes que para su gente eliminar de la Copa al Valencia sería una gran satisfacción… ¿Por qué no? Han de mejorar bastante respecto a sus últimas salidas, en las que han encadenado siete derrotas de forma consecutiva entre liga y Copa, aunque ahora existe un plus anímico. Para la afición granota, conseguir que la eliminatoria siga abierta en el Ciutat sería el primer paso para soñar con romper otra barrera en la Copa. No verse con la obligación de pasar no significa que si les eliminan estén dolidos y con ganas de venganza en la vuelta de Mestalla en liga…

El fútbol no se acaba con el Clásico Real Madrid-Barça, porque en esta Copa del Rey los valencianos presumen de derbi. Tienen mucho que decir. La cita de esta noche en Mestalla es un plato fuerte, el escenario va a estar a reventar porque nadie se lo quiere perder, y aunque por la mente de los aficionados blanquinegros se respira un aire de favoritismo que no asume el Valencia, todos sueñan con estar en esa semifinal para desafiar a uno de los dos transatlánticos. En juego está la supremacía y la ilusión por llevar a este derbi al escalón que se merece.

En los dos últimos enfrentamientos entre ambos contendientes han saltado chispas; el Levante celebró por todo lo alto el último empate en Mestalla porque les valía para lograr la permanencia y acabó con un enfado monumental de Unai, en el primero del curso actual el Valencia barrió del campo al equipo de JIM tras firmar el partido más completo lejos de Mestalla. Esta noche se comienza a escribir una historia de cero, aunque hay directrices que se van a respetar; Unai quiere echar el candado a su portería, JIM marcar un gol y tener opciones de clasificarse en el partido de vuelta. Es un encuentro que tiene todos los ingredientes para no perdérselo porque Valencia y Levante quieren ser los Reyes de la ciudad para pelear después por ser los Reyes de la Copa.