Aurelio Martínez explicó en la rueda de prensa informativa sobre lo acontecido en el Patronato, que uno de los votos contrarios fue el del representante del Ayuntamiento de la ciudad que se opuso al acuerdo por no estar de acuerdo "con la redacción del articulado, sobre todo de su traducción del inglés al castellano. "Querían incorporar una redacción al acuerdo, no se ha hecho y ha dicho que institucionalmente no le quedaba más remedio que votar en contra".

"El contrato no recoge la deuda del club con la ciudad, por lo que respaldarlo sería ilegal", indicó el propio Cristóbal Grau, asesorado por su propia Conselleria.

El presidente de la Fundación del Valencia no reveló qué patrono fue el otro que se opuso al acuerdo y señaló que el representante de la Generalitat Valenciana "estaba inicialmente reticente pero se ha sumado al acuerdo" tras ser retirada una cláusula que pedía que se hiciera responsable de las posibles indemnizaciones si prospera una denuncia que cuestiona algunas de las ayudas recibidas por el club.

"Me hubiera gustado que hubiera unanimidad porque le daba fortaleza al acuerdo", admitió antes de señalar que hubiera considerado negativo una aprobación con cuatro o cinco votos en contra.

Ayuntamiento de Valencia y Diputación fueron los dos únicos votos en contra

Los últimos en incorporarse a la cita en Mestalla fueron tres de los patronos representantes de las instituciones, Cristóbal Grau (Ayuntamiento de Valencia), Mateo Castella (Generalitat) y Rafael Ripoll (IVAM). Los tres fueron citados por la mañana por el conseller Juan Carlos Moragues para establecer las pautas a seguir durante la reunión del Patronato y consensuar el sentido de la votación. Esta circunstancia, junto a los intentos que hubo hasta el último momento para frenar la venta, disparó los rumores sobre un posible acuerdo institucional para parar la venta, que como reflejó la votación no llegó a producirse.

Al final solo dos patronos, Cristóbal Grau por el Ayuntamiento y Miguel Bailach de la Diputación, votaron en contra de ratificar la oferta de Meriton. Grau lo hizo asesorado por los técnicos municipales y el Consistorio emitía por la tarde un comunicado para explicar su postura: el contrato al parecer en su traducción al castellano no especifica que el Valencia debe abonar 19 millones por la permuta del suelo para construir el nuevo estadio y 5,9 para construir el polideportivo en Benicalap. "El contrato no recoge la deuda del club con la ciudad, por lo que respaldarlo sería ilegal", explicaba el concejal.

El voto contrario de la Diputación se esperaba después de que su presidente, Alfonso Rus, criticase el día de anterior con dureza la oferta de Lim y dijera que no era de recibo "venderle el Valencia por 20 millones".

Hubo durante las cinco horas de reunión algunos momentos de tensión y también la Generalitat Valenciana "tenía algún tipo de reticencia porque entendía que una cláusula no era a su favor, se varió y se unieron al acuerdo", explicaba Aurelio Martínez, quien también había explicado que "entendemos la postura del Ayuntamiento, la respetamos y la damos por válida". Esta cláusula que se cambió estaba dentro de las garantías jurídicas que afectan a la contingencia de la investigación de la Unión Europea sobre las ayudas al fútbol.

Todos, los más convencidos y los menos, pudieron comprobar el compromiso del inversor con el Valencia y la ciudad a la que llega. Lim está apoyando al Valencia antes de comprar y lo va a seguir haciendo aunque el acuerdo final se retrase. En caso de no haber acuerdo entre Bankia y Meriton, situación que califican de remota, el Valencia iría prácticamente seguro a un concurso de acreedores.