Zidane cayó en Copa del Rey ante el Leganés con la llamada 'unidad B' y el foco se ha puesto en chicos como Llorente, Mayoral, Theo o Achraf (más Ceballos, Mayoral o Vallejo), también alumbra a la dupla Isco-Asensio. El entrenador francés no midió en la rotación: se dejó fuera de la convocatoria a su futbolista con más gol (Bale) y prescindió de Carvajal en el lateral derecho. Se brindó a un grupo falto de confianza y ritmo, demasiado tierno, superado por la falta de estructura.

Zidane esperaba una respuesta contundente de un núcleo de jugadores a los que no ha brindado el contexto mínimo para competir con garantías. Los mandó al matadero entre jugadores fuera de forma (Kovacic, Benzema, Ramos) y otros desconectados: Asensio e Isco. Al primero lo descarriló dejándolo fuera con el regreso de Cristiano, pese a ineficacia de Benzema. Del Asensio que voló ante el Barça en la Supercopa y jugó en plan Messi ante el Valencia queda poco. Sus ojos han perdido el brillo del depredador. Lo mismo ha sucedido con Isco. Siempre el primer cambio, pese a echarse el equipo a la espalda en los primeros meses, pese a los kilómetros recorridos, pese a su talento. Isco no tiene el margen de Kroos, Modric o Benzema. No importa si es el jugador con más o menos partidos, importa el mensaje que recibe, el mensaje que llega. Se quedó fuera ante el Barça y el trato desigual ha minado su fútbol.

La (no) meritocracia diluye la unidad B

La gran baza de Zidane, su gestión de vestuario, ha perdido credibilidad... por su toma de decisiones. Su inmovilismo le ha costado perder a la unidad B, cuyas figuras se pensaban en igualdad para competir después de hacer la diferencia en los grandes partidos y en condiciones de entrar en la unidad A. Son hechos: en plena crisis, Zidane ha cerrado filas en torno a la vieja guardia. No ha admitido otra apuesta, con o sin sentido. El francés ha valorado más el status pasado que los méritos. Es fútbol. Si hay futbolistas que siente que no juegan los mejores y los 'protegidos' no hacen la diferencia, luego no puede reclamar líderes y grandes victorias por generación espontánea.