"Salvar el Valencia CF es cosa de todos"

Los encargados del tema legal y económico trabajan en un plan que en el futuro hiciese posible la gestión del club por parte de los socios

"Salvar el Valencia CF es cosa de todos"

"Salvar el Valencia CF es cosa de todos"

Pascu Calabuig

Pascu Calabuig

Libertad VCF, asociación que encadena ocho meses haciendo oposición a la gestión de Meriton, continúa con paso firme en su objetivo de provocar un «cambio beneficioso» en la propiedad del Valencia CF. SUPER testa el estado del proceso con dos de sus responsables, David Núñez, encargado del área jurídica, y Dionisio Canales, especialista en la parte económica. Mientras la demanda contra tres de los acuerdos del Consejo de administración del club anunciados en la Junta General de accionistas de diciembre se mantiene a la espera de la defensa que pueda hacer Meriton y de una resolución judicial, Libertad VCF anima a la «unión» del valencianismo con dos caminos por delante que recorrer el paralelo: uno hacia el 5% de las acciones, el otro hacia la democratización del club.

«Si queremos sacar al Valencia de donde está, esto es cosa de todos, del valencianismo de base, del mismo que nació Libertad VCF. A los que tienen una acción, dos, 11 ó 20, les pedimos que las saquen de un cajón en el que no hacen nada y las pongan a trabajar jurídicamente para que un dueño no pueda hacer lo que quiera», afirma David Núñez. En estos momentos la asociación ha alcanzado el 22% del objetivo, un 1,2% del trayecto hacia el 5%. «Nos faltan tres cuartas partes por recorrer para tener las máximas garantías que permite la ley con tal de fiscalizar a Meriton», añade. Ese porcentaje del 5%, por ejemplo, serviría para plantear «una acción de responsabilidad social». «Podría imputarse la mala gestión y las pérdidas económicas tendrían una carga personal sobre los gestores y, en segundo caso, sobre el propietario, si se demostrase que las decisiones han sido dirigidas por él como ha quedado patente en algunas declaraciones», explica Núñez.

¿Abuso de poder?

Hasta ahora, la agrupación del 1% de las acciones valió para llevar a los juzgados de València acciones por parte de la dirección del club que Libertad VCF entiende abusivas contra los accionistas, socios o el interés del propio club. En concreto, el paso de nueve a 3.598 acciones para asistir a la Junta, decidido por la aplastante mayoría accionarial de Lim (83%), además de los incrementos salariales en los cargos directivos desde 2014, que «no va en consonancia con los ingresos, y el autropréstamo del inversor asiático. «Lo que dice FIFA avala nuestra demanda, hay un conflicto claro de intereses entre el propietario y el club con un plazo de devolución de un año que ahoga la tesorería del Valencia», argumenta David Núñez, licenciado en Economía, graduado en Derecho y vicepresidente legal de la asociación que recoge acciones en oposición a la gestión de Lim.

Dionisio Canales, asesor fiscal y diplomado en Ciencias Empresariales, indica que en la temporada 2014/15 «los salarios del Consejo de administración suponían al club un gasto de 477.000 euros, y ahora son 2.700.000». «Poder llegar a ese 5% es sustancial para la solicitud de documentación al Valencia y con esa base trabajar en la observación de irregularidades. Con el 1%, no podemos solicitar más documentación financiera». En la misma demanda la asociación refiere unas pérdidas acumuladas de entorno a 100 millones, según Canales, declarándose «únicamente beneficios, de un millón, en la campaña 18/19 gracias a la triquiñuela de la permuta Cillessen-Neto, declarada en ese balance como beneficio».

En consecuencia con los análisis de las cuentas anuales, para lo que Libertad VCF dispone del plazo de un año, los dirigentes del club habrían cometido irregularidades que dejarían al club en una situación delicada al mismo tiempo que obligarían a Peter Lim a la venta. «Estamos estudiando impugnar las cuentas. Se han pensado que esto es un cortijo, han hecho operaciones que no están claras y que desde el punto de vista contable no serían correctas», incide Canales antes de volver a sacar a colación el trueque Neto-Cillessen, que se separó en presupuestos de distintos cursos. «Eso puede afectar al estado de explotación y al patrimonio neto de la sociedad, que año a año se ha ido reduciendo. Este año hay un presupuesto con pérdidas de 26 millones, si no venden jugadores que den beneficios, el Valencia entraría en causa de disolución... Si hay irregularidades en el cómputo de algún ingreso o han activado el crédito fiscal o alguna otra circunstancia, el club quedaría en un estado complicado, Lim se vería obligado a la venta, como va a tener que ser», dice.

Peor que desastroso

Para el especialista económico de Libertad VCF, el periodo de la etapa Meriton es «peor que un desastre». Hoy la deuda de la entidad se sitúa en 414 millones de euros. «Desde la 14/15 el endeudamiento ha aumentado en 99 millones. Tuvo que capitalizar 100 y Bankia le hizo una quita de 61. El Valencia, en total, se ha endeudado en 260 millones de más. Se decía: «menos mal que ha capitalizado...». Si no tenía otra, si no lo hacía entraba en concurso sin poder pagar a sus acreedores ni a los bancos, que es lo más importante... Podría solicitar la causa de disolución», argumenta Canales, que alerta de que el patrimonio neto «ha descendido en 13 millones» desde la aparición de Meriton a finales de 2014. «Las cuentas aprobadas de la 19/20 dictaban un patrimonio neto de unos 40 millones, y el capital social ronda los 20. Es un dato más grave y preocupante de lo que la gente cree», añade.

Los parámetros económicos del Valencia de Lim, según Libertad VCF, indican que «vender sería lo más consecuente». «La situación es dramática. No es exagerar. Ya vimos como tuvieron que negociar pagarés para los salarios de los futbolistas. No tienen tesorería. El fondo de maniobra, una especie de semáforo de liquidez para afrontar pagos, es de -166 millones. Sí, es normal que en un club de fútbol esté en negativo, pero no tanto. Si lo comparas con Sevilla, Real o Villarreal, ellos están en -40, -50, -60... Meriton tendría que inyectar 100 millones más para poder funcionar», dice desmenuzando el mapa financiero del Valencia. En este contexto, «mirando el endeudamiento, el activo circulante, el fondo de maniobra... el precio de venta que ponga Lim debería estar por debajo de 94 millones».

La asociación, que nació entre el valencianismo anónimo, apunta que durante todo este tiempo han cumplido con los objetivos con los que se creó. «Empezamos a censar para que Lim tenga que dar explicaciones y no haga del Valencia su cortijo», coinciden. «Estamos pidiendo que se actualicen datos, y a los socios que se unen ahora un nuevo contrato de agrupación de acciones. El censo de la acción simplemente se utiliza como una especie de delegación sin fecha de caducidad, algo que confiere unos derechos jurídicos para impugnar y fiscalizar al máximo accionista con los mecanismos que la ley permite. Las acciones se prestan para que entre todos se pueda actuar legalmente, pero la propiedad de la acción no la pierde nunca el accionista, ni tampoco sus derechos como el del descuento en el pase», recuerda David Núñez.

De hecho, la asociación, enmarcada dentro de la plataforma ‘De Torino a Mestalla’, ha rechazado propuestas «sobre las acciones» como la de Antonio Sesé que «no encajaba» en su filosofía. «Libertad VCF no se vende, nuestra meta es mantener la independencia y defender al Valencia», agrega David. Uno de los siguientes pasos será la presentación de un plan de democratización que gire sobre los principios de «movilización» del valencianismo de base, «ampliar miras» fueras de las fronteras de la Comunitat y «un socio, un voto». «El valencianismo es mucho más que 40.000 socios y 45.000 accionistas... No es una utopía jurídica ni económica, 500.000 acciones pertenecen a gente con pocas acciones. Se trata de pensarlo bien, y actuar por el Valencia», coinciden.