El Valencia decepciona también en el césped (1-1)

El cuadro de José Bordalás defraudó en Mestalla. La decepción fue grande

Bordalás y Gayà, frente al Rayo

Bordalás y Gayà, frente al Rayo / JM López

Andrés García

Andrés García

Empate y gracias. Sonaron ligeros pitos en Mestalla al final del partido y nada tuvieron que ver con la protesta a la gestión de Meriton. El Valencia de José Bordalás defraudó en Mestalla. La decepción fue grande. El día que el equipo tenía que dar un paso adelante lo dio hacia atrás en una segunda parte muy pobre. Casi tan pobre como el bagaje ofensivo del equipo. El Valencia propuso poco y mal. Y lo peor es que ni siquiera controló el partido sin balón después del descanso. El equipo concedió ocasiones, se diluyó y se hizo pequeño a medida que pasaban los minutos. Ni siquiera achuchó al final a la heroica. Lo normal es que el Rayo Vallecano se hubiera llevado los tres puntos. Los de Iraola perdonaron. Así de claro y así de triste. Al Valencia hay que exigirle más. Había que ganar y no se perdió de milagro. Solo una victoria en los últimos once partidos asusta.

Bordalás intentó mover piezas. Recuperó su clásico 4-4-2 de vocación más ofensiva con doble pivote (Hugo-Wass), Soler en la banda derecha y dos delanteros: Guedes y Hugo Duro. El dibujo era una declaración de intenciones: había que intentar ser más dominadores que contra Villarreal, Atlético y Real Sociedad. Sirvió de poco. El Rayo entró mejor al partido y se apoderó del balón. Al cuarto de hora el técnico ya había vuelto al 4-1-4-1 con tres mediocentros. Versatilidad en estado puro. Y eficacia. Primera y única aproximación de la primera parte con peligro y primer gol. La jugada nació, como casi siempre, de las botas del capitán. Pase interior de Gayà y penalti de libro de Saveljich a Hugo Duro. El VAR se lo tomó con calma, pero había patada y había posición reglamentaria del delantero. Hugo estuvo rápido y listo. Es mejor delantero que Maxi y Marcos André de aquí a Lima. Carlos Soler hizo el resto desde los once metros. 1-0. El Valencia tenía el partido donde quería Bordalás. El equipo propuso muy poco en ataque. Por no decir nada. Solo alguna transición rápida aislada. Poca precisión y peores decisiones. Eso sí, lo hizo todo bien sin balón. Redujo el caudal ofensivo del Rayo y no pasó apuros con otra buena actuación de Alderete y Diakhaby. Al Valencia jugaba a hacer feo el partido y vaya sí lo consiguió.

Bordalás y los cambios

El Valencia intentó salir del descanso con el propósito de ser más profundo y vertical arriba. En menos de diez minutos Foulquier, Guedes y Duro se habían metido hasta la cocina inquietando por primera vez la portería de Dimitrievski. Una pérdida evitable del propio Guedes (cambiado a los pocos minutos) rompió el guion de Bordalás. Por suerte, Hélder Costa sacó el balón bajo palos. Fue entonces, todavía con el miedo en el cuerpo, cuando el Valencia fue reculando y cediendo espacio peligrosamente al Rayo.

Hugo Guillamón, lamentando una ocasión fallada

Hugo Guillamón, lamentando una ocasión fallada / JM López

Los de Iraola crecían en el partido a pasos agigantados. El Valencia se hacía pequeño y perdía el control del encuentro son balón. 'Run run' en la grada. Mestalla se veía venir el gol. No falló. El omnipresente Isi remachaba un balón a la red casi en línea de gol después de un paradón abajo de Cillessen. El Valencia reaccionó rápido con dos ocasiones claras de Soler y Foulquier, pero el Rayo estaba vivo, se sentía cómodo y tuvo el segundo en un dos contra uno imperdonable y en mano a mano en fuera de juego que dejó sin respiración a Mestalla. Menos mal. Marcos André mandó por encima del larguero la penúltima. La última fue para Bebe. Diakhaby evitó la derrota. Esta vez no hubo milagro en el descuento. O sí, porque el Rayo mereció ganar. Así de cruel. Así de preocupante. Estas son las notas del partido en SUPER.