La crisis Bordalás-médico toca fondo en el Valencia

Los errores de diagnóstico, la metodología y las recaídas que obligan a acudir a galenos externos, claves

López Mateu VS Bordalás

López Mateu VS Bordalás / SD

Andrés García

Andrés García

El problema entre José Bordalás y los servicios médicos del Valencia ha llegado a punto de no retorno. La relación ha tocado fondo. Las diferencias entre el entrenador y el cuerpo médico del club han ido en aumento a lo largo de la temporada y han instalado un clima de desconfianza en la ciudad deportiva de Paterna que ha derivado en la nula comunicación entre Bordalás y el médico. Los errores de diagnóstico, las discrepancias de metodología, la indefinición de procesos de recuperación y, sobre todo, las continuas recaídas de los jugadores ha hecho mella en el cuerpo técnico y en buena parte del vestuario. La prueba es que muchos jugadores se han visto en la obligación de buscar opiniones médicas externas de profesionales de su confianza. La relación entre el médico y el entrenador está rota y la solución al problema parece complicada porque el jefe de los servicios médicos Pedro López Mateu es una de las personas de confianza de Anil Murthy. No hay que olvidar que el presidente incorporó al galeno en septiembre de 2019 en una decisión polémica entre la salida del médico de cabecera de Marcelino (Antonio Maestro) y la posterior marcha meses después del doctor Pascual Casañ. A los pocos meses de unirse a la disciplina médica del Valencia, ya con Albert Celades en el banquillo, fue relegado de su cargo en el primer equipo a petición de los jugadores.   

El último capítulo de la falta de comunicación entre Bordalás y el médico se vivió el sábado pasado. El técnico, preguntado en sala de prensa, habló de «pequeñas molestias» de Jasper Cillessen. El neerlandés días después fue intervenido de un coágulo de sangre en la zona del sóleo que le mantendrá como mínimo un mes apartado de los terrenos de juego. La tensión entre entrenador y médico comenzó muy pronto con la lesión y la posterior recaída de Thierry Rendall, que le privó de la competición durante tres meses y medio. Aunque el principal foco de conflicto llegó con la recaída de Gabriel Paulista. El técnico anunció el contratiempo y en plena crisis en defensa aseguró desesperado: «No puedo determinar el tiempo que estará de baja Gabriel». El central no juega desde octubre por sus problemas en los isquios. Paulista y Thierry se trataron con médicos externos

El colmo para Bordalás llegó cuando quiso echar mano de Cristhian Mosquera y se enteró que había sufrido un recaída de su lesión en el gemelo que le obligaba a echar mano de César Tárrega y ‘Rubo’ Iranzo. El desencuentro entre Bordalás y el médico es absoluto hasta el punto que el doctor López Mateu ha utilizado como arma de defensa que el técnico ha forzado jugadores y no ha respetado los tiempos de recuperación. Todos son brechas. También a nivel comunicativo. Bordalás está harto del desgaste continuo al que ha sido sometido en sala de prensa al ser preguntado por cuestiones médicas. El técnico se ha cansado de tener que dar la cara públicamente por las responsabilidades de López Mateu. El «Yo no soy el portavoz médico» ya es habitual. El conflicto médico no tiene recuperación.