Baraja tira de pizarra para esconder todos los problemas

El Valencia CF se quedó corto, como viene siendo costumbre, en el mercado y la confección de plantilla ha dejado tantas lagunas que es complicado analizar cuántos titulares hacen falta. La realidad, y a la espera de más explicaciones que las dadas por Javier Solís en la previa del duelo contra el Alavés, es que el equipo no está completo y el técnico ha tenido que ir ‘inventando’ sobre la marcha para lograr cierta estabilidad en los partidos.

Por un lado, la buena noticia es que el entrenador ha conseguido que el cuadro valencianista ‘compita’ en todos los partidos o al menos esté cerca de punutar en todos ellos y por otro el gran problema es que no puede hacer mucho más que eso: lanzar una moneda al aire sin ser excesivamente superior a sus rivales. Porque además no puede. 

En el primer choque contra el Sevilla, el técnico apostó por Gabriel y Cenk como centrales para juntar a Diakhaby al lado de Pepelu en el centro del campo. Mientras, Fran Pérez y Diego López esperaban en los extremos, Almeida como enganche y Hugo Duro en la punta de lanza. En el segundo encuentro Baraja hizo bueno eso de ‘mejor no tocar lo que sale bien’. El resultado fue positivo, pero en el tercero es cuando llegaron los problemas.

El técnico sacó del campo a Almeida, seguramente el que menos había rendido en esas jornadas y por él entró Javi Guerra, quien tampoco estuvo cómodo cerca del delantero centro. La realidad es que le ha costado todas las jornadas al equipo encontrar esa figura del futbolista que esté próximo al ariete. Una figura que, visto lo visto en la última joranda, recaerá seguramente en Amallah en el futuro más próximo.

Por otra parte, Osasuna también evidenció los problemas en creación con el pivote y Diakhaby se marchó al descanso del partido. También se fue Fran Pérez a la hora de juego para tener ese ‘doble lateral’ que no funcionó ante los rojillos. 

No estuvo bien esa parte del campo contra Osasuna y tampoco estuvo a la altura contra el cuadro dirigido por Luis García Plaza en Mendizorroza. El equipo trató de dibujar incluso un 3-5-2 en muchos momentos con Diego López yendo hacia zona interior cerca de Hugo Duro y el trivote del medio jugando sin un pivote al uso: formado por Javi Guerra, Pepelu y Almeida.

En definitiva, la posición de Foulquier variaba en función de quién tenía en balón e incluso actuaba de tercer central con Gayà y Thierry abiertos. Los problemas, más que evidentes, ya los tiene detectados el entrenador. Meriton le está obligando a tener que cambiar la hoja de ruta constantemente por la falta de piezas y profundidad de plantilla. De momento, eso sí, el técnico ha conseguido al menos seis puntos antes del primer parón.