Mantener la identidad con limitaciones

Rubén Baraja ya está acostumbrado a sacar petróleo

Baraja en el banquillo de Mestalla

Baraja en el banquillo de Mestalla / JM LOPEZ

Pau Pardo

Pau Pardo

Desarrollar el planteamiento táctico ideal del entrenador parece misión imposible cuando un equipo va con tantas bajas y en demarcaciones clave. Los de Rubén Baraja visitarán bajo mínimos el Benito Villamarín, lo que les obligará a redoblar el valor de acciones como la pelota parada, la segunda jugada e intangibles como la intensidad, la entrega y el coraje. Porque en condiciones normales y con sus mejores jugadores aptos, el Pipo plantearía un encuentro muy reconocible de su equipo con los laterales dando amplitud, presionando arriba y los extremos, especialmente Diego López, ocupando pasillos interiores para dar vuelo a su lateral. Esta vez tendrá que adaptarlo a las piezas de las que dispone, sin renunciar a principios básicos como el orden y la verticalidad tras recuperar la pelota, pero con evidentes limitaciones a la hora de llegar al ataque y desbordar al conjunto bético.

Estilo que favorece al Valencia

La buena noticia es que el Real Betis no le dará la pelota al Valencia, ya que practica un estilo de juego asociativo y que quiere la posesión. Los de Baraja se hacen fuertes defendiendo juntos y tratando de salir al contraataque y esa es una situación que se puede dar a lo largo de la contienda. Los Diego López y Fran Pérez tendrán un papel capital mientras les dure la gasolina e incluso Roman Yaremchuk tiene una oportunidad de oro para permitir al equipo una salida en largo que lleve a los valencianistas a campo contrario por la ‘vía rápida’.  

Factor mental y golpear primero

Por el aspecto físico el partido se le puede hacer largo al equipo de Baraja, pero a nivel mental llega más fuerte que el Betis, que está teniendo grandes dificultades para cosechar resultados en lo que va de temporada. Golpear primero puede ser muy determinante e incluso permitir a los valencianistas defender en bloque bajo economizando esfuerzos y buscando su oportunidad de matar al contragolpe. Por contra, no hay peor partido que este para empezar por detrás porque sin la profundidad y la amplitud de los laterales ya se vio ante la Real que el equipo sufre mucho para generar juego y sacar centros, que ha sido durante mucho tiempo el recurso preferido del Pipo a nivel ofensivo. Con este importante déficit para hacerse fuerte en el juego exterior -pocas posibilidades de plantear situaciones de superioridad-, el papel de Javi Guerra gana si cabe más importancia siendo el factor de desequilibrio más importante con el que cuenta el Valencia tanto por su llegada desde segunda línea como por el disparo de media distancia.