El doblete: La fórmula mejorada del ‘ADN Valencia’

El equipo mantuvo la esencia defensiva, agresiva y competitiva de las ligas anteriores, pero le añadió una ciclónica capacidad ofensiva dejando en 44 la diferencia de goles

Los futbolistas del Valencia CF antes de saltar al campo

Los futbolistas del Valencia CF antes de saltar al campo / F. Calabuig

Pau Pardo

Pau Pardo

El equipo que se alzó con el ‘doblete’ en la temporada 2003-04 es con muy poco lugar a la duda el mejor Valencia CF de la historia. No solo por lo logrado, sino también por la forma de lograrlo. Si la esencia ‘matagigantes’ que compone cada uno de los trazos genéticos del ‘ADN Valencia’ está basada en su carácter defensivo, aguerrido y luchador, aquella temporada mutó en algo nuevo, un genoma modificado que conservó todo ello, pero que contó también con una ciclónica capacidad ofensiva. El conjunto de Mestalla se convirtió en una apisonadora que pasó por encima de sus rivales con un juego vertical, eléctrico y cargado de pegada en fase ofensiva y sereno, agresivo y asfixiante sin ella. La máquina más perfecta que ha llevado la elástica blanquinegra. 

Y es que en la temporada 03-04, el Valencia le sacó cinco puntos al FC Barcelona y firmó un total de 71 goles a favor, 20 más que en la liga anterior conseguida en La Rosaleda en 2001 y conservó el mismo número de goles en contra (27). El equipo aumentó de 1’3 goles por partido a 1’8, una auténtica máquina de marcar goles. Solamente el Real Madrid con 72 consiguió anotar más que los valencianistas, pero en cambio encajaron 58. Ese más 44 en la diferencia de goles estableció un registro que ilustró a la perfección el carácter futbolístico de ese Valencia. 

Si bien el primero de Rafa Benítez cogió el testigo 30 años después del de Di Stefano en 1971 con una cantidad ínfima de goles encajados (19 en 30 partidos en aquella ocasión), permitiéndose rentabilizar cada uno de los conseguidos, en la segunda liga el técnico madrileño le dio una vuelta de hoja a su equipo. Tal y como explicó Miguel Ángel Angulo en la gala de Superdeporte, el equipo venía ‘picado’ de no haber hecho una temporada de ‘entreligas’ del todo buena y la mentalidad del equipo fue increíblemente ganadora cuando afrontaron la siguiente. El doblete final atestigua que Benítez fue capaz de construir esa versión mejorada de su equipo campeón: «Las bases estaban ahí y el éxito te da confianza y seguridad en lo que haces, por eso creo que con cada victoria el equipo se sentía más fuerte y más convencido de hasta dónde podía llegar», explicaba el técnico para Super. 

Eclosión goleadora

La tabla de goleadores de aquella campaña, especialmente comparada con las dos ligas anteriores, atestigua esa eclosión ofensiva del equipo. El Valencia cerró la liga con 19 goles de Miguel Ángel Ferrer ‘Mista’ (que hizo cinco en la liga de 2002), 12 de Vicente Rodríguez, la gran estrella de aquel equipo, 8 de Ricardo Oliveira y 8 de Rubén Baraja, que en la anterior Liga fue el máximo realizador del equipo con solamente siete. Si en esa primera liga del Siglo XXI el segundo máximo anotador del equipo fue Rufete con cinco, el hecho de que en la temporada del doblete hubiese dos futbolistas superando los dobles dígitos y dos más muy cerca de ello fue una diferencia sustancial. 

Yendo más décadas atrás en el tiempo, a aquel Valencia irreverente de Di Stefano que también rompió una sequía de títulos de Liga, también tuvo una tabla de goleadores muy repartida. José Vicente Forment fue el máximo realizador con ocho, le siguió Óscar Rubén Valdez con cinco y con cuatro los hermanos Claramunt, además de Fernando Ansola. No necesitaron más porque la solvencia defensiva fue mayúscula. Abelardo González, como Santiago Cañizares por partida doble, fue el ‘Zamora’ de Primera División.