Su nombre está ahora en boca de todos, tras su exhibición ante Bélgica es uno de los temas estrella en el inicio de curso escolar, marcó dos goles y de sus botas salió caviar puro. «Ha vuelto la magia», decía un sms que fue transitando de un móvil a otro el pasado sábado por la ciudad del Túria, su partido no ha pasado desapercibido para nadie pero atrás quedan horas y horas de trabajo en la sombra. A David J. Silva le ha cambiado la cara tras una temporada gris motivada por la lesión de su tobillo izquierdo —que precisó intervención quirúrgica— y tanto el VCF como la selección comienzan a beneficiarse de su arte, aunque durante sus vacaciones trabajó duro para ello.

Su aductor mayor del muslo izquierdo lo puso en manos de una fisioterapeuta en su Arguineguín natal, y a base de horas de tratamiento ha logrado que las adherencias y cicatrices minúsculas que se crean por la falta de oxígeno en la zona, hayan desaparecido. Sin dolores y con la mente puesta en su club, el ´Mago´ de Arguineguín vuelve a mostrar su mejor versión para gozo de los valencianistas, ya que él en primer persona fue quien decidió quedarse en el Valencia, rechazando una suculenta oferta de un club de la Premier League al cierre del mercado. David lo tenía claro y si es feliz en Valencia, no encontraba motivos para cambiar de aires.

Ahora tiene la cabeza totalmente despejada y eso está repercutiendo positivamente en su rendimiento. Sus allegados consideran que está más animado, vuelven a verle feliz jugando al fútbol y es normal que así le cambie la cara. Acaba de darse el pistoletazo inicial a un curso que se presenta fundamental para el Valencia que quiere regresar a la Champions y con la selección, ya que la ´Roja´ está a las puertas de afrontar un Mundial con opciones de ganar, objetivos muy interesantes para estar entre los elegidos. Silva ha sufrido mucho. No es fácil digerir que el club te comunique que ha de venderte —sobre todo si estás a gusto— y ver cómo pasan las semanas sin recuperarte físicamente. Existía una incertidumbre sobre su futuro que acaba afectando al rendimiento, pero ahora ya están despejadas todas las incógnitas; escogió que su futuro tenía que seguir siendo valencianista y físicamente trabajó duro en sus vacaciones.

La situación requería un sacrificio, por eso aprovechó las semanas de descanso tras participar en la Copa Confederaciones para eliminar esas dolencias. Es común después de una intervención en uno de sus tobillos que se tengan dolores en el aductor, había partidos en los que Silva sentía unos latigazos —uno de ellos tras entrar en el campo contra Irak— debido a las cicatrices que tenía en la zona, su rendimiento no era el mejor y lo recomendable era que se tratara durante un tiempo sin competir. Después del trabajo que ha realizado en Arguineguín, poco a poco se ha ido soltando y se encuentra mejor, como del tobillo. Al ´Mago´ se le han hecho unas plantillas nuevas para que la zona dañada se vaya adaptando a los nuevos apoyos tras la intervención.

Animado y a gusto en el Valencia, donde se encuentra bien él y su familia, nada más incorporarse a la pretemporada comentó que «la situación ya no iba a dar marcha atrás», que se quedaba a pesar de las ofertas que tenía. Unai se frota las manos al tener «al mejor Silva».