Emery y Manuel Llorente conversaron a solas en el aeropuerto de Manises. Los dos, cara a cara y sin miradas ajenas, aprovecharon el tiempo de espera para que saliera el vuelo chárter del Valencia con destino a Madrid para hablar de lo sucedido el pasado domingo en Mestalla, cuando se dejaron escapar dos puntos frente al Sporting de Gijón. Viendo los gestos era evidente que discrepaban en algo, pero ninguna de las dos partes presentes quiso añadir picante a la conversación, que tildaron como «habitual entre un presidente y un entrenador».

La conversación se versó sobre el partido contra el Sevilla, que no se remató y se escaparon dos puntos, pero el técnico de Hondarribia se reafirmó en sus decisiones. Uno de los motivos de la conversación residía en saber en primera persona la versión del entrenador sobre lo sucedido, ya que la intención de Llorente es la de maximizar el rendimiento en todos los estamentos de la entidad y no está dispuesto a que el club se pueda descolgar de la cabeza a las primeras de cambio, aunque como bien dice Emery, de los «seis partidos oficiales se han ganado cuatro y dos empates». Eso sí, el presidente quiere que se cierren los partidos como sea, le da igual la filosofía que se emplee pero no el desenlace.

Como les transmitió el propio técnico a sus futbolistas en la conversación del pasado lunes en la Ciudad Deportiva, él tiene unas ideas para buscar la victoria y no va a cambiarlas: Unai prefiere buscar el 3-1 que conformarse con un 2-1, como reflejaba el marcador electrónico el pasado domingo. Ni a la plantilla ni al presidente les parece mal esa idea, pero siempre que se sumen los tres puntos de una tacada. Después está el hecho que cada partido adopta un cariz distinto, y no es lo mismo querer que los laterales se incorporen contínuamente al ataque ante un rival de la zona media de la clasificación que si el adversario es el Barça, cuando podría plantearse un sistema más defensivo. Cada uno tiene su opinión y es fácil acertar cuando se teoriza una vez finalizado el duelo, pero lo que nadie quiere de cara al futuro es que el empate sellado ante el Sporting de Gijón siempre dudas.

Otro punto en el que Emery ha insistido en las últimas horas es precisamente el de seguir confiando en el trabajo que se está llevando a cabo. «Hay que seguir teniendo fe en el trabajo que estamos haciendo», repetía una y otra vez. Esta noche en Getafe tienen la oportunidad de convertir en un accidente el traspiés contra el cuadro asturiano.

Sobre la línea medular

Mucho se ha hablado de los cambios en el doble pivote realizados el domingo. Marchena y Banega fueron los elegidos para salir de inicio, pero la lesión de Mathieu —complementada con la exclusión de la lista de Miguel por llegar tarde al entrenamiento del viernes— la solucionó Unai retrasando al capitán y reubicando a Alexis al lateral izquierdo, colocándose Albelda como pivote. Eran momentos en los que el cuadro local seguía mandando, pero conforme pasaban los minutos perdían fuelle y todo se complicó cuando Banega fue reemplazado por Míchel. El técnico de Hondarribia insiste, a pesar de que el canterano no jugó bien en Lille, que puede sacar buena nota ahí como demostró ante el Stabaek. Obviamente, la entidad del rival no era la misma, pero Llorente le transmitió que hay que intentar asegurar los partidos como sea.