Si no se suman los tres puntos cuando tienes unas condiciones favorables, los errores que se cometen se magnifican y uno de los focos de atención —al margen de las manifestaciones de Villa a la conclusión del partido en las que exteriorizó su enfado— tras el encuentro contra el Sporting estuvo en el meta Moyà. Encajó dos goles que perfectamente se pudieron evitar, dejando en vano su doble intervención ante Bilic o el elevado grado de concentración para solventar con éxito sus salidas del área con los pies. Es el sino de los porteros, con el paso de las horas sólo perduran los errores, los aciertos se quedan en nada.

A pesar de ello, Emery no se plantea realizar cambios en la portería y en los próximos compromisos ante el Getafe y Atlético de Madrid seguirá estampando su nombre en la formación inicial. Es cierto que César tuvo una gran actuación en el partido contra el Lille y que Moyà ha cometido errores en sus dos últimas comparecencias frente al Valladolid y Mallorca, pero Unai cree que sería contraproducente sentarle ahora, ya que no quiere que la figura del portero esté sometida a un examen permanente, cuando de lo que precisa es precisamente de regularidad.

Moyà no pudo blocar un potente chut de Canobbio desde fuera del área y el rechace lo aprovechó Nauzet, el domingo en Mestalla no cubrió el palo corto en el gol de Barral (aunque en la imagen se le ve señalar a Alexis, como si le tocara el balón) y después no se mostró contundente en la salida por alto que acabó significando el empate a dos. Ni despejó el esférico ni logró blocarlo. También le faltó suerte al portero mallorquín, ya que tocó el balón y el rechace acabó en la cabeza de Gregory. A la conclusión del encuentro se pudo ver al portero conversando con Otxotorena, repasando circunstancias del partido, tanto los aciertos como los dolores, y aunque su actuación contra el Sporting no fue positiva, Emery le va a dar continuidad en el partido de mañana contra el Getafe. César, por su parte, esperará su oportunidad.