El Valencia tiene dos manos y media en octavos de final de la Euroliga. Al menos si sigue la racha de Vicent Guaita en la portería. El de Torrent suma acumula 517 minutos sin encajar ningún gol. La última vez que lo hizo fue el pasado 29 de octubre de 2011 cuando fue batido por Diego Castro en el minuto 23. Desde entonces, nunca ha tenido que sacar el balón de la red. Dejó a cero la portería contra el Levante, no encajó ningún gol en los dos partidos de la eliminatoria contra el Cádiz, se fue imbatido ante el Sporting de Gijón en su vuelta a la portería y brilló en la ida disputada en Stoke. Una racha de imbatibilidad que, de seguir así, acabaría con los de Emery en la siguiente fase. Los octavos de final están en las manos y en los guantes de Guaita.

Y es que, los guantes de Guita tienen secreto. Hace dos semanas contra el Sporting estrenó unos nuevos de la marca Uhlsport. Se dio cuanta que los antiguos, con los que empezó la temporada para los partidos, se habían quedado secos tras dos meses de inactividad y decidió cambiarlos. Con ellos tampoco encaja goles. «El día del Cádiz fue la última vez que los llevé. Yo tengo unos para jugar, otros para calentar y otros para jugar. Los de jugar se habían quedado secos, así que decidí estrenar unos nuevos ante el Sporting. Los guantes tienen que estar húmedos para que el agarre sea mejor. De ahí que algunos porteros tiremos saliva. Yo también lo hago, es un vicio que copiamos todos unos de otros. Contra el Stoke también me los puse aunque tuve que pintar el logo del centro porque no lo permite la UEFA». Guaita cuida hasta el último detalle de sus guantes. Son su herramienta de trabajo. «Llevo unos básicos. Hay para agua, de agua, de césped artificial, más gordos, más ligeros. Yo llevo los básicos, aunque ahora estoy probando unos de agua en los entrenamientos con la palma azul». Tampoco falta en su liturgia de los guantes su muñeca. «Me gusta que los guantes se acoplen a las manos y otra de mis manías es vendarme las muñecas bien fuerte». Un ritual que empezó a hacer bien pequeño. «Mis primeros guantes fueron unos Luanvi, tenía ocho años cuando jugaba en Torrent en el Monte Sión. Recuerdo que un día me los dejé en casa». Aún así, siguió parando en una increíble trayectoria que le ha llevado hasta el Valencia y Europa.

Hoy volverá a jugar en competición Europa. Hoy será un buena noche para quitarse la espinita clavada que tiene en Europa. Y es que, no fueron fáciles sus inicios en el viejo continente. Aquellos partidos contra el Brujas y Sain-Etienne cuando solo era un niño le marcaron. «Es verdad que encajé goles, te ves mal y nervioso, pero es normal, era muy joven. Me quedo con los bueno de aquellos partidos. Aquella experiencia me sirvió para crecer y mejorar». También recuerda con un sabor agridulce la última eliminatoria de la Euroliga en la que fue titular. «Fue una eliminatoria que nunca olvidaré. Recuerdo que me marcó Raúl en la ida y que luego en la vuelta tuvimos el partido en la mano y al final quedamos eliminados. Fue una pena. Tengo un bonito recuerdo del último partido de la liguilla que fue contra el United en Old Trafford donde me salió un buen partido». Aquel día se convirtió en el auténtico verdugo de Rooney y, sobre todo, Berbatov. Pero aquello es agua pasada. Ahora llega el Stoke y, a pesar del 0-1 de la ida, no se fía. «Tenemos que jugar igual de concentrados que en Stoke. Si nos relajamos podemos pasarlo mal. Hay que salir a tope desde el minuto uno y marcar un gol cuanto antes para que nos de mayor tranquilidad», Y por supuesto no encajar ningún gol de los Palacios, Jones, Jerome, Fuller y compañía. El Valencia estará en octavos de final si la racha de Guaita continúa. Está a dos manos.