André Gomes entra por los ojos y te atrapa. Planta, elegancia, técnica, visión de juego, llegada€ El flechazo es inmediato. Ahora mismo es uno de los centrocampistas más en forma de la Liga. Revelación total, en estas cuatro primeras jornadas el portugués ha rendido a un alto nivel. Añadiendo en cada partido nuevos registros a su juego. André juega el balón vestido con traje de novio, pero también trabaja con mono de mecánico. El portugués llegó al Valencia como un proyecto de buen centrocampista, como un diamante por pulir. Sus condiciones naturales nadie las cuestionaba, pero nadie esperaba este impacto.

Ahora mismo Jorge Jesus y la afición del Benfica estará tirándose de los pelos y con la boca abierta. El mérito es de Nuno. El trabajo en la Ciudad Deportiva de Paterna y las correcciones de la pretemporada han surtido efecto. André ha mezclado su clase con intensidad. Eso le ha dado una dimensión mayor y ahora mismo no se le adivinan límites.

André se gustó ante el Córdoba. Participó más que nunca y acertó en su selección de pase. Por momentos, los futbolistas que comanda Chapi Ferrer sólo pudieron frenarlo a base de patadas. Cuatro coces se llevó. Apareció por todo el frente del ataque y dirigió el baile. El partido se jugó donde, cuando y como el quiso. Cuestión de confianza. El adiestramiento se ha combinado con sus ganas de crecer. Tiene algo distinto. Es potencia, técnica, manejo de las dos piernas.

Nuno le pidió que se esforzase en defensa y en su intensidad sin balón. Lo ha hecho y eso proyecta un futbolista al que no se le adivina techo porque llega, hace jugar, juega y apoya en defensa. Sus regates, conducciones, lujos y disparos aparecerán en todos los resúmenes. Seguro que Nuno y muchos de sus compañeros se quedan con las dos coberturas que le hizo a Nico Otamendi. El zaguero salió de la cueva y perdió dos balones€ André apareció para cubrirle la espalda. Chaqué, pero con casco de obra.