El Valencia perdió el centro del campo en el Calderón ante Koke, Gabi y Saúl. Enzo, Parejo y Soler, más Orellana, no pudieron con tres torazos y un señor equipo. Ayer volvió a repetirse la escena, en un contexto distinto y ante un adversario diferente, que compite por mantener la categoría. La sensación, por fases, fue similar. Sergio Álvarez, Nacho Cases y Mikel Vesga taponaron la zona de construcción valencianista y desconfiguraron el plan de Voro. El entrenador reclamó una reacción que no se produjo y eso es lo más grave. No hubo respuesta a la altura, salvo excepciones. Ante semejante inconsistencia, el plan de Rubi tuvo vida durante muchos minutos, gracias a una presión sufiente para abrir el grifo de las perdidas de balón. Generar juego fue imposible. No hubo continuidad. Entre errores y en un partido abierto de área a área, por falta de mando, el Sporting fue sumando llegadas, hasta donde sus recursos -limitados- alcanzaron. La vuelta de Orellana a la mediapunta -tras dos partidos fracasados partiendo desde la banda- y la composición de la sala de máquinas con dos generadores de juego como Parejo y Carlos Soler no estuvo a la altura de la expectativas. Parejo nunca impuso su mando y Orellana tuvo tres fogonazos, mal finalizados.

El partido reclamaba más del Valencia, que nunca hizo sentir su condición de local, su presupuesto y su categoría. El resultado y el rendimiento individual deja marcado a Orellana, por encima del resto, de la mano con Munir. Pese al gol, El Haddadi ayudó muy poco a la sala de máquinas y tras el ciclo Betis, Athletic, Real Madrid ha vuelto a caer en la indolencia.

[if IE 9]><link rel='stylesheet' type='text/css' href='http://widget.cloud.opta.net/2.0/css/ie9.widgets.opta.css' media='screen'/><![endif][if IE 8]><link rel='stylesheet' type='text/css' href='http://widget.cloud.opta.net/2.0/css/ie8.widgets.opta.css' media='screen'/><![endif][if IE 7]><link rel='stylesheet' type='text/css' href='http://widget.cloud.opta.net/2.0/css/ie7.widgets.opta.css' media='screen'/><![endif]

Orellana empieza a dar la razón a Toto Berizzo. Después de levantar Mestalla e ilusionar en un par de partidos sus actuaciones ante Alavés, Atlético y Sporting han sido realmente decepcionantes. El chileno nunca conectó con la dupla Soler-Parejo y le brindó ceró ventajas. Su participación fue escasa. Tuvo tres fogonazos: un buen pase a Zaza, un disparo blando -tras una recuperación de Parejo- y el célebre contragolpe, que dirigió dos veces mal: primero, no se apoyó en Munir y después, con la posición ganada, pifió su disparo mano a mano con Pichu Cuéllar. El hombre del enganche se ha desenganchado y cada vez tiene menos coartadas. Ayer jugó libre, lejos de la banda, y el ritmo se le supone. Sergio Álvarez, Nacho Cases y Vesga eliminaron a Orellana de la ecuación y atormentaron al esperanzador Parejo-Carlos Soler.

[if IE 9]><link rel='stylesheet' type='text/css' href='http://widget.cloud.opta.net/2.0/css/ie9.widgets.opta.css' media='screen'/><![endif][if IE 8]><link rel='stylesheet' type='text/css' href='http://widget.cloud.opta.net/2.0/css/ie8.widgets.opta.css' media='screen'/><![endif][if IE 7]><link rel='stylesheet' type='text/css' href='http://widget.cloud.opta.net/2.0/css/ie7.widgets.opta.css' media='screen'/><![endif]