Es imposible transmitir la emoción que uno siente cuando escucha cantar ´Amunt València´ en los confines de un país como Etiopía por un grupo de cerca de cincuenta niñas y jóvenes ataviadas con camiseta y escudo de nuestro Valencia CF. Hacía algunos años que, estando en este país, algunos de los que después haríamos realidad la Penya Valencianista per la Solidaritat Penya Valencianista per la Solidaritatvibramos con el triunfo de nuestro Valencia CF en Málaga, que nos convirtió en campeones de la mejor liga del mundo. Era obligado volver...

Al poco, y ejecutando un programa financiado por la Generalitat Valenciana para tratar de reducir y hasta lo posible erradicar la mutilación femenina, visitamos a la lideresa Bogalech Gebre, que había hecho real lo que parecía un milagro. Esta activista local, conocida en occidente como la persona que empezó la rebelión de las mujeres etíopes, había hecho posible que 1.900.000 mujeres y niñas de toda la comarca de Kembatta se rebelasen contra la mutilación y se sintieran felices por ello. Cinco siglos antes, Quevedo dejó escrito que «uno a uno todos somos mortales, juntos somos eternos». Y eso es precisamente lo que llegamos a pensar con el resultado de un trabajo bien hecho.

El 73% de las mujeres y niñas del país sufrían prácticas dañinas a su integridad y libertad en forma de mutilación genital o de secuestro y al menos una cuarta parte de ellas perdía la vida. Este es un país con más de cuarenta y cinco etnias lenguas, historia, valores culturales y estructuras sociales diferentes, que se cuenta entre los diez países más pobres del mundo y donde el 80% no llega a disponer de dos euros al día para sobrevivir.

Y no sólo reforzamos el trabajo de una mujer, ´luz esplendorosa´, que es como se traduce su nombre del amárico, sino que, acompañando a la Fundación por la Justicia, le ofrecimos otro instrumento de recuperación de su propia autoestima, la que cualquier valencianista tiene cuando descubre los colores y su escudo sobre pechos que sienten que merece la pena trabajar por valores irrenunciables.

En ese país -como en tantos otros- con frecuencia nos conformamos haciendo preguntas o resaltando contradicciones, sin aportar soluciones ni respuestas y, mientras tanto, se masacra, se mutila a mujeres y niñas, se tortura, se expulsa por la fuerza, se alega la soberanía nacional y se cuenta con la pasividad internacional para alejar de nuestra vista a quienes nos resultan incómodos.

En esta Penya Valencianista per la Solidaritat seguimos pensando que, mientras se logra la perfección de la utopía -ese mundo perfecto que nos siguen prometiendo algunos insensatos de este siglo-hay que ir tirando, a golpe de contradicción y de lágrimas, de pequeños signos y reducidas esperanzas, haciendo lo que se puede, que siempre es más que lo posible. El compromiso con los derechos de otros y la justicia sin desigualdades a nadie asegura la eternidad, pero podemos asegurar que prolonga muchas vidas con dignidad.

Para la Penya Valencianista per la Solidaritat resulta emocionante admirar a tantas niñas, adolescentes y mujeres que han sido capaces de quedarse íntegras, enfrentarse a quienes querían cortarlas, vestirse y presumir del escudo de nuestro Valencia CF, con el que por fin pueden reír y jugar, ser y repartirse. La exhibición portando ramos de su tierra y sus raíces nos hizo sentir la emoción de haber ganado otra liga y para siempre: «Amunt, València a la victoria. Amunt, tots junts vencerem. Amunt, ens espera la glòria... És un sentiment...que mai es rendix, que mai es doblega».

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