La falta de victorias lo está arrasando todo. La perspectiva del día después es igual de fría, pero advierte de algún protagonista para el rescate positivo. Ese es el caso de Daniel Wass. El danés aprovechó el impulso de La Romareda, donde terminó como lateral, para volver a ofrecer una buena actuación arrancando desde el flanco derecho de la defensa. Los problemas físicos de Cristiano Piccini han permitido a Wass volver a sumar para el equipo. No es un futbolista granítico en defensa, pero cuando progresa sí luce una de sus especialidades: el centro.

Rúben Vezo defiende un perfil defensivo y sus limitaciones en ataque son evidentes. Es una pieza útil, pero cuando toca ganar profundidad y precisión, Wass es un jugador más importante.

Ante el Ebro, en Copa, fue clave sirviendo un buen balón desde el costado. Suya fue la asistencia del 1-2 de Santi Mina. Fue un envio preciso. Un clásico del Wass anterior a Valencia. El buen papel del danés ante el Girona tiene un valor doble. Por un lado, emerge como alternativa -de ataque- para el lateral derecho. Por otro, confirma la recuperación del futbolista. La segunda es más importante. Wass llegó como hombre capaz de cubrir hasta seis posiciones, funcionó bien en pretemporada y abrió el telón de LaLiga con la asistencia de gol a Rodrigo ante el Atlético. Después, comenzó a involucionar. El danés ha sido uno de los futbolistas que más han sentido las dudas del equipo. Pese a su experiencia, su perfil ideal para la idea de juego y el conocimiento de LaLiga, quedó expuesto dentro de la estructura de Marcelino. Polifuncional al máximo, pero limitado al no ser un extremo puro, un organizador o un mediocentro defensivo nato. Tampoco es un lateral derecho nato, pero la posición le está permitiendo volver a coger confianza sin tanta presión. La responsabilidad es grande, pero lo es todavía mayor en la zona de creación o destrucción de la medular.

Hasta Zaragoza, incluso en ese partido ante el Ebro, el Valencia le estaba pasando por encima al danés, pero esa asistencia a Santi Mina le ha servido para recuperar el paso. Marcelino no dejó pasar la oportunidad, ante el Girona apostó por medir el alcance de esa inercia y Wass respondió (hasta el cambio) con una buena actuación. No fue un tornado, pero cumplió y puso buenos balones al área.