Es buen día para recuperar la victoria en Mestalla, para que los futbolistas del Valencia CF salgan al terreno de juego tranquilos y con la idea clara de que un partido de fútbol dura noventa minutos. Para que no intenten ganarlo en los primeros veinte y les entre la ansiedad si en el treinta el marcador sigue cero a cero. Y sobre todo es buen día para recuperar sensaciones pensando en el partido de Leganés y más todavía en el del jueves de la semana que viene ante el Betis; semifinales de Copa del Rey en Mestalla es la cita. Marcelino y sus futbolistas necesitan ganar un partido después de los empates ante la Real Sociedad y el Espanyol en Mestalla. El partido de hoy sirve más para mirar al futuro inmediato de la Liga y la Copa del Rey que para la Europa League. Por mucho que Marcelino diga que hay que respetar al rival porque la eliminatoria no está cerrada.

O lo dice con la boca pequeña o lo dice para no dar pistas sobre el posible once, porque vista la superioridad valencianista la semana pasada en el Celtic Park, y teniendo en cuenta que el marcador está 0-2 a favor del conjunto blanquinegro, si el Celtic le diera la esta tarde la vuelta a la eliminatoria debería ser considerado como una de las grandes debacles de la historia europea del Valencia CF. No será tal cosa.

Evidentemente, ni los futbolistas del Celtic de Glasgow ni su entrenador Brendan Rodgers van a dar la eliminatoria por perdida y su discurso público es que intentarán marcar un gol que les meta de lleno en ella, pero valen los 10.000 aficionados escoceses que hasta la Comunitat Valenciana se han acercado con motivo de este partido, para calibrar las posibilidades del conjunto de Glasgow: sus aficionados se han tomado el viaje el viaje como una oportunidad de pasar unos días en España, y no como una oportunidad de pasar de ronda en la competición.

De hecho, desde el pasado lunes se dejaron ver por la ciudad aunque fue ayer tarde cuando le dieron colorido futbolero. La afición del Celtic de Glasgow está considerada como una de las mejores de Europa por su fidelidad pero sobre todo porque a pesar de sus desplazamientos masivos no se le recuerdan disturbios. Son gente cívica que poco tienen que ver con los tristemente famosos grupos de hooligans del fútbol británico, que se distinguen por su agresividad. Eso sí, en la tarde noche de ayer miércoles, algunos aficionados del Celtic causaron problemas en zonas de la Gran Vía Marqués del Túria de València, a la que acudió policía para evitar males mayores, según algunas imágenes que trascendieron a través de las redes sociales. El problema es que algunos de estos aficionados han aprovechado que el partido se disputa un jueves para pasar casi una semana en Benidorm, es decir, han venido a España a hacer turismo. De hecho, de los 10.000 escoceses que han venido a la Comunitat, solo 2.500 han viajado con entrada, por ello, ayer había largas colas en las taquillas de Mestalla. Al margen de estas situaciones puntuales, no se espera que esta tarde, a partir de las siete que empieza el partido, los aficionados escoceses den problemas porque lo cierto es que se distinguen por todo lo contrario. Buena prueba de ello es el excelente trato que recibieron los valencianistas la semana pasada en Glasgow y en el Celtic Park.