La preparación física es uno de los factores que permiten que el Valencia CF en el último mes de competición. Esa supervivencia, sin embargo, deja una elevada carga de partidos y minutos en las piernas de la mayoría de futbolistas de una plantilla corta. El miércoles, por primera vez tras 54 encuentros, el Valencia encajó tres goles. Marcelino explicó que la disputa de partidos cada tres días de forma constante ha hecho que al equipo le haya costado entrar a tope en algunas de estas citas. Ocho entre Sevilla y el Wanda en apenas 25 días. Así pasó en Madrid, y el cuerpo técnico ha aplicado el remedio para que el domingo los blanquinegros salgan como aviones a por el Eibar desde el minuto 1. El entrenamiento del viernes fue un buen ejemplo.

Al Valencia le esperan siete u ocho partidos para concluir la temporada y necesita llegar con energía en el depósito para imponerse en batallas decisivas tanto en la Liga, en la final de Copa como en las semifinales de la Liga Europa. El objetivo de Marcelino y su preparador físico, Ismael Fernández, es dosificar las cargas con tal de evitar lesiones musculares en las últimas y decisivas semanas. Ya sin Kondogbia ni Cheryshev para lo que queda de curso, y a la espera de Piccini en el lateral diestro, el Valencia no puede permitirse nuevos percances en zonas como el medio campo.

Por esta razón, en la sesión del viernes el cuerpo técnico dio una merecida tregua al equipo. Una situación que se va a repetir en estas fechas en las que la Liga se mezclará con las semifinales europeas contra el Arsenal los jueves 2 y 9 de mayo. Después de una charla de 25 minutos en el interior del vestuario, el entrenamiento se centró en un trabajo físico regenerativo que intercaló carrera suave con ejercicios de fuerza -individualizados y más intensos- en el gimnasio exterior de la Ciudad Deportiva. En este momento del curso, por encima del tiempo, prevalece la calidad de un entrenamiento que, aparte del esfuerzo, sirva de prevención de molestias para los jugadores. El grupo se entrenó durante unos 40 minutos sin balón en los que se observó como algunos de los hombres con más minutos a cuestas en una larga temporada corrían sin forzar en exceso la máquina. Por ejemplo, los casos Gayà, Dani Parejo, Rodrigo o Dani ParejoRodrigoGaray.

El cuerpo técnico prefirió que no hubiera trabajo táctico sobre el césped ni tampoco la tensión de los típicos partidos modificados. La última parte de la sesión se redujo a dos rondos, una práctica que libera mentalmente a los futbolistas en un clima de buen ambiente y bromas. Marcelino dosifica a los suyos con la idea de que la frescura se alargue el máximo tiempo posible durante los partidos, circunstancia que hasta el momento el Valencia ha sabido explotar imponiéndose en muchos encuentros en el último suspiro gracias a su entereza tanto anímica como física. Una especie de descanso del guerrero con la cabeza fijada en ganar la 'guerra' al Eibar.