A sus 22 años (Chiclana de la Frontera, 14/02/1997), Manu Vallejo responde a cada pregunta con sencillez. Cuando el tema lo permite desprende esa simpatía propia del sur y, en todo momento, el espíritu invencible con el que se ha propuesto triunfar en València.

En el Valencia CF

Sinceramente, sí, son tres meses que han pasado rápido. La nota no sabría decir, lo que sé es que estoy en un continuo aprendizaje desde que estoy aquí. Me he formado mucho más como futbolista: venía de otra categoría, otro equipo y otro estilo y he aterrizado en el Valencia CF aprendiendo en cada entrenamiento, además, con la suerte de poder participar en los dos últimos partidos aprendiendo, aún más, con la competición de élite.

Todo ha pasado muy rápido, como dice, porque en este club pasan muchas cosas en un periodo corto de tiempo. ¿Eso da una idea de la dimensión tanto del cambio realizado como de la entidad?

Claro, al final estamos hablando de uno de los equipos más fuertes de España. Es verdad que han pasado cosas que... bueno, cosas del fútbol; se ha dado el caso que han sucedido aquí y ya está. Eso no implica ningún cambio. Nosotros, los jugadores, estamos en lo que tenemos que estar. A partir de ahí no hay nada que nos cambie.

Para Manu Vallejo es un pequeño gran éxito haberse mantenido en la plantilla. ¿Estuvo a punto de hacer las maletas en esos días finales de agosto?

¡Hombre, claro! Un éxito. Siempre estar en el Valencia CF tiene que entenderse como un éxito para cualquier jugador. Yo llegué con la incertidumbre de no saber qué iba a pasar conmigo y... En cada entrenamiento y en cada ocasión en los partidos he ido intentando dar lo máximo de mí y me quedé. Sabía en el equipo en el que estaba, con los compañeros que estaba, pero decidí quedarme aquí porque el cuerpo técnico y el club contaban conmigo también. Esta era una oportunidad que no podía dejarla pasar.

¿Esos días finales de mercado fueron un continuo no bajar los brazos? No sólo en ese momento, sino después para convencer a un entrenador nuevo.

Yo tenía muy claro desde que llegué que podían pasar semanas sin jugar, sin ir convocado... Era una de las consecuencias a las que me exponía fichando por el Valencia. Y ahí es cuando más fuerte tiene que estar uno. El premio al trabajo durante estos meses me ha llegado en los dos últimos partidos de Liga en los que he debutado en Primera sumando minutos.

Trabajo y algún consejo de su padre Javier, supongo, ¿no?

Sí, sí (sonríe). Siempre, porque es quien está conmigo en los días buenos y en los malos. Los dos hablamos mucho del fútbol, él sabe de qué va porque ha jugado. Conocíamos las consecuencias, que comenté antes, de lo que puede pasarte en un equipo grande con tantos jugadores de calidad. De todos modos, los dos teníamos la confianza de que las oportunidades vendrían fruto de un buen trabajo y, además, se iban a aprovechar.

¿A sus 22 años, cómo marcha la adaptación a la ciudad, al club y al vestuario?

¡Bien! Estoy muy contento en València, vivo con mi novia y estamos felices y a gusto. La adaptación ha sido fácil. El clima no cambia apenas nada en relación al que tenemos también por el sur. La ciudad es tranquila y mis compañeros me han acogido perfectamente, me siento feliz en el vestuario y cada mañana vengo con ganas de entrenar, que creo que eso es lo más importante si eres futbolista.

En los grupos siempre hay personas con las que uno se lleva mejor...

Tengo muy buena relación con los dos 'Jaumes' (Domènech y Costa), con Cheryshev, Sobrino, Ferran, Parejo... con todos. Con todos hay muy buen rollo, desde el más veterano hasta el más joven.

Una de las situaciones sobre la que el periodista está obligado a preguntar a un futbolista es por el cambio en el banquillo. Para la afición ha sido y sigue siendo sorprendente. ¿Para los jugadores también?

Sí, es sorprendente por la trayectoria de la que venía el equipo con Marcelino, de ganar la Copa y clasificarse cuartos. Ya te digo que son cosas que pasan en el fútbol. Vino Celades y hemos hecho ocho puntos de 15 puntos, ganando los dos últimos y estamos ahí, a dos puntos de la Champions. El cambio conllevó lo que suponen estos casos. Los compañeros llevaban bastante tiempo con Marcelino y le tenían un cariño al técnico. Pero estamos con Celades. Hemos demostrado que podemos ganar en cualquier campo y él ha demostrado que nos tiene a todos metidos en la competición. Preparamos los partidos para ganar en cualquier campo como ya hemos demostrado.

De todos modos, cuando un vestuario se ve tan afectado no es una situación sencilla.

Claro, es lo que tienen los cambios de entrenador. Las cosas son diferentes. Con Marcelino se venía de una época buena con un título ganado. Es normal que el equipo lo pasara mal. Esto sigue y, a día de hoy, estamos felices y con ganas de hacerlo bien.

Por ejemplo, Manu Vallejo. ¿En su caso particular cómo encajó la salida de Pablo Longoria

Evidentemente, es un cambio que no te gusta porque al final la persona que te trae al club y apuesta por ti... pero bueno. Es una cosa que ya no depende de ti, estás en el equipo y lo que debes hacer es demostrar lo que vales. Por supuesto, les estoy muy agradecido (a Longoria y Alemany), pero una vez que estás dentro del equipo lo único que te queda es currar, trabajar, para intentar encontrar oportunidades.

¿El hecho de que durante la crisis que se ha vivido a usted se le haya catalogado como fichaje de Alemany y Longoria le hizo pensar que sin ellos iba a jugar menos? Y Curiosamente, luego ha jugado más...

¡Para que veas cómo es el fútbol! No hay quien lo entienda (sonríe). Da igual quién te haya traído o si se ha ido o no, una vez estás dentro de un equipo profesional la cosa ya depende de ti y de tu trabajo. De tu día a día y de aprovechar las oportunidades que tengas.

El presente hoy es Albert Celades

Sí, Albert es cercano a los futbolistas. Ha hablado con muchos de nosotros y nos explicó lo que él quiere: las funciones que debo hacer en el campo para el equipo. Le estoy agradecido porque he debutado en Primera División con él y es algo que para mí quedará marcada por siempre.

Quizá, también es hora de valorar la profesionalidad de los jugadores. Pese a todo lo llovido, el VCF ha recuperado el pulso acercándose a la cuarta plaza.

Yo he visto un grupo de jugadores fuerte, muy hecho. Últimamente hemos mejorado en la Liga, ganamos en el campo del Chelsea y después con el Ajax se hizo buen partido y el resultado en contra fue demasiado abultado. Este vestuario está unido, vamos todos a una con el entrenador y qué te voy a contar de la calidad de cada uno de mis compañeros, que es indudable. Estamos a dos puntos de la Champions, sumando ocho de los últimos 12 puntos en juego. Y con ganas de más.

Manu Vallejo aún está por descubrir por buena parte de la afición. Ayúdela un poco: ¿Cuál es su estilo de delantero?

No creo que sea un delantero 'cazagoles'. Quizá, más un segundo delantero capaz de caer a las bandas. En esas posiciones estoy muy cómodo, he jugado mucho tiempo en las bandas, el año pasado jugué en las dos, también como segundo delantero. Esas son mis posiciones, aunque estoy abierto a lo que se necesite de mí. He participado en todas las zonas del ataque y me encuentro cómodo en cualquiera. Encima, rodeado por los compañeros que uno tiene en el Valencia es todavía más fácil (ríe).

Hará un mes, aproximadamente, entrevistamos a su padre y nos contó como no se le caían los anillos por ayudarle con el bar familiar.

Es verdad, no tenía ningún problema en echarle una mano porque tenemos el bar a lado de casa. Muchas veces cuando había demasiada gente veía a mis padres rebasados de trabajo y no dudé en ayudarles... tampoco sabía lo que el fútbol me iba a deparar. Si llegó a saber que en el futuro iba a venir al Valencia CF no les hubiera ayudado (bromea). El ver a tus padres liados siempre me obligaba a echarles una mano.

¿Al final cree que la vida de cada uno, en su caso, haberse criado en el seno de una familia trabajadora, sirve para labrarse una carrera?

Sí, segurísimo. Esa cultura de esforzarse a diario por un negocio a uno le curte y le hace más fuerte. Te lo digo por la experiencia que he vivido en estos tres meses. Cuando no iba convocado estaba molesto, pero me sentía tranquilo porque sabía que estaba dando todo de mí. No es bueno no ir convocado, pero dentro de ese enfado no perdí la tranquilidad porque sabía que las oportunidades terminarían llegando: Me entrenaba bien, me estaba cuidando, poniendo todo de mi parte. Llegaría seguro y tenía que aprovecharla porque estaba entregado a la causa, haciéndolo todo... Creo que esa fortaleza mental te ayuda, y me viene de la familia que he tenido, trabajadora, con el bar justo al lado de casa viéndolo en el día a día. Ayuda muchísimo.

Y más que le va ayudar, ¿no cree? Porque le quedan muchas metas y sueños por cumplir: debut en Champions, un primer gol...

Sí, seguro (sonríe), se me pone la piel de gallina... Es muy bonito estar aquí, debutar en Primera, jugar en Mestalla, el otro día calentando en Champions... Bueno, uno se ve dentro, con posibilidades, es algo muy bonito. Me veo con fuerzas y preparado para lo que venga y creo que es importante seguir como hasta ahora. Las ocasiones están llegando y si lo doy todo llegarán más.

Todos los futbolistas tienen a alguien en la cabeza para dedicar el primer gol... Casi ni le pregunto a quién tiene usted.

¡A mi familia! A mis padres, a mi hermano (juega en Chiclana), a más familiares, a mi novia que convive conmigo y tiene que soportar los días malos y los enfados. Las personas que siempre me han empujado hacia delante. Será para ellos, por supuesto.

¿Las personas que conviven con los jugadores tienen que aguantar mucho, o no tanto?

Bueno... ¡Con algunos más que otros (se ríe)! Conmigo tiene que aguantar, cuando no voy convocado la que está en casa es ella, pero tampoco creo que sea mucho.

¿Qué primera impresión tiene de la afición valencianista?

Buena. Es una afición que ayuda. Ahora un poco, como digo, distraída por el tema, pero cuando Mestalla aprieta se nota mucho. Lo viví desde dentro el otro día. Hablándolo con compañeros me dicen que esta temporada a la afición aún le queda por demostrar muchísimo. Me ha contado Chery que el día de la remontada contra el Getafe -lo vi desde casa, pero no es lo mismo- que presentían que iban a remontar porque tenían claro que la afición les ayudaría a meter esos goles finales. Tengo muchas ganas de vivir esa intensidad de Mestalla. En Cádiz la afición también empuja. Aquí aprieta mucho y aún queda, según me cuentan, mucho más por ver. Estoy encantado, que sigan animando como hasta ahora.

¿Al jugador le afecta que protesten cantando o critiquen durante el partido o los futbolistas del Valencia CF están centrados en el juego?

No, para nada. El otro día mi madre me hizo la misma pregunta. Ya no con el tema de que canten protestando, sino sí escuchaba a la gente... Es verdad que estás tan metido en el partido que, prácticamente, no te enteras del exterior. Sí se escucha el ruido, pero no te enteras de mucho más... Cuando animan fuerte, de verdad, al equipo sí que llega. Por supuesto. Uno no intenta escuchar lo que dicen en la grada. Es una tontería estar pendiente de lo que dice la afición. Estamos metidos en el partido, se escucha el aliento, pero no hay distracciones.

El objetivo de Vallejo queda claro: Asentarse y ganarse un espacio en el Valencia CF. ¿Dentro del vestuario qué meta se fija para el colectivo, después de un comienzo delicado se empieza a hablar de Champions?

No, no hablamos en el vestuario de objetivos. Nos marcamos metas a corto plazo con esto de los partidos cada tres días. Es una cosa de locos. No da tiempo para mucho más. Al equipo lo que sí le veo es con fuerzas para ir ganando partido a partido. Por ejemplo, fuimos a San Mamés, campo complicado, y el Valencia jugó muy bien, dio la cara. Vino el Ajax e hizo un gran partido. Parece un tópico eso del partido a partido -antes lo escuchaba mucho- y ahora lo he comprobado desde dentro con partidos cada tres o cuatro días, ves que no hay tiempo para mirar a largo plazo. A veces, no sabes ni con quién juegas la semana que viene. El objetivo es ese: centrarse en cada semana, ganar partidos y el objetivo a largo plazo caerá como una consecuencia. Si seguimos ganando partidos, a buen seguro que nos clasificaremos para la Champions.

¿Cuál es el cambio más significativo con el nuevo técnico: cuestiones de estilo, talante, cantera...?

No pienso que haya cambiado tanto. El míster lo ha dicho varias veces. No viene a modificar muchas cosas, nos transmitió desde el primer día que había muchas situaciones que hacíamos bien y, a partir de ahí, intenta mejorar un poco algunas deficiencias y fortalecer todo lo bueno que teníamos con algunas pinceladas. Celades no ha venido a hacer grandes cambios, con la temporada empezada es lo más fácil para ganar más partidos y crecer como equipo.