Cuenta la leyenda -urbana- entre los aficionados valencianistas, que si algún equipo merece el calificativo de 'aspirina', es el Valencia CF. Las leyendas urbanas no se pueden demostrar y a pesar de ello tampoco refutar, y ese es el gran secreto que permite que se mantengan vivas en el imaginario colectivo de la gente durante tiempo, pero tal vez en este caso, en el caso del Valencia CF y su apelativo de equipo aspirina, estemos ante la leyenda urbana con más base científica de la historia de las leyendas urbanas. Sea como sea, si alguien es capaz de desterrar aunque sea por unas semanas tal apelativo, es el propio Valencia CF.

Pero, ¿qué significa ser el 'equipo aspirina'? Pues que si te enfrentas a un equipo que pasa por una mala racha, ese mismo día se acaba la mala racha. Si te enfrentas a un equipo que no ha marcado un solo gol fuera de casa en lo que va de Liga, marca tres en Mestalla, si te enfrentas a un equipo que no ha ganado un solo partido en su estadio, ese día gana. Eso es ser el equipo aspirina. Y mira por donde, el Valencia CF juega este sábado ante el Espanyol en Barcelona a la una del medio día y resulta que los pericos no han ganado en su estadio en lo que va de temporada. «¡Peligro en la Condomina!». Si por alguna de aquellas al Valencia CF se le ocurriese cumplir con la tradición de equipo aspirina y perder este sábado, el club de Mestalla estará más cerca de la combustión espontánea, que es la supuesta incineración de personas vivas sin una fuente externa de ignición, es decir, una forma fallera y por lo tanto muy valenciana de autodestruirse, aunque en este caso, la mano que mece la cuna de la autodestrucción, viene de Singapur. Para que luego digan que Anil Murthy y Peter Lim no se adaptan a la manera de ser de los valencianos...

Rueda de prensa de Albert Celades previa al partido ante el Espanyol

Rueda de prensa de Albert Celades previa al partido ante el Espanyol

Y la prueba de que el club se aproxima a la combustión espontánea es que no son pocos los aficionados que miran con recelo el partido ante el Espanyol mientras se acuerdan del concepto 'equipo aspirina'. Y ese recelo es la prueba evidente de la falta de confianza del aficionado respecto al rendimiento de su equipo. De hecho, si algo se puede decir del Valencia CF de Celades en estos once partidos que lleva como entrenador del conjunto de Mestalla, es que no ha encontrado regularidad. Su equipo es capaz de acariciar la victoria en el Wanda Metropolitano y ser arrollado días después por el Lille para, al poco, rozar el ridículo ante Osas una en El Sadar.

Cinco derrotas en casa

Pero más allá de teorías de la conspiración y la combustión espontánea, y más allá de las leyendas urbanas, hay una realidad inapelable: el Valencia CF tiene que sumar, sí o sí, los tres puntos en juego. De no ser así, corre el riesgo real de estar, en la jornada doce de la Liga, más pendiente de lo que pasa por detrás que de la distancia con el cuarto clasificado, que es el equipo que marca la zona Champions, el concepto que parece prohibido para Albert Celades. Y la cosa empieza a ponerse seria, porque ya van, con la de hoy, doce jornadas de Liga, tiempo suficiente como para empezar a medir el nivel de los equipos. Cierto que el Valencia CF de Marcelino estaba a estas alturas de la temporada pasada como está hoy el de Celades -de hecho estaba peor, porque solo había ganado un partido, tenía once puntos y era decimoquinto-, pero tan cierto como que ahora hay un puñado de equipos que parecen dispuestos a pelear por el cuarto puesto con uñas y dientes. Si el Valencia CF quiere ser uno de ellos solo tiene que ganar a un equipo que ya ha cambiado de entrenador y en cinco partidos como local ha perdido los cinco, solo ha marcado un gol y ha encajado once. Es difícil tenerlo más fácil.