María Jiménez y Berta Pujadas Bea Beltrán es nacida en 1997, Viola Calligaris sólo tiene un año más. María Ortiz vio la luz en 1999. Toda la línea nueva, cuatro fichadas en verano, acopladas ya para rendir. Las cinco juntas forman la defensa más joven de la Primera Iberdrola (20,4 años de media). El sistema de Irene Ferreras es pura versatilidad, línea de tres y dos carrileras largas o retaguardia de cuatro, como terminó ante la Granadilla, por ejemplo, pero en cualquiera de sus combinaciones, la zaga del VCF Femenino mantiene la condición. Sigue conjugándose en futuro y ofreciendo nivel competitivo en presente. Cristina Cubedo, que comenzó de titular como central por la izquierda también es de 1999. Irene podría formar -perfectamente- una zaga con Jiménez, Berta y Cubedo, ninguna superaría todavía los 20 años.

María Ortiz ya debutó la temporada pasada en Primera Iberdrola, hace dos semanas se estrenó este curso ante el Tacón y ante la Granadilla disfrutó de su primera titularidad. Lo hizo como lateral larga por derecha, aunque ha jugado mucho por izquierda en el filial. La de Torrent fue clave en la jugada del 1-0, llegada, regate a la fuerza y centro perfecto al segundo palo. Las decisiones de Irene tienen valor añadido. En estas primeras jornadas ha podido amortiguar las bajas con soluciones conservadoras, pero la entrenadora no se ha cortado a la hora de confiar en la gente joven. Lo ha demostrado con Enith y con Ale también. La centrocampista siguen en la lista.

María Jiménez llegó en verano desde el Levante. Tiene dorsal de filial, pero siempre ha estado en dinámica de primer equipo y ahora va a ser complicado quitarle el sitio. En cada partido va a más, desde su debut ante el Tacón. En este Valencia la exigencia es competir, pero no vale hacerlo de cualquier manera. La defensa tiene que salir limpio. La prioridad es la solidez y la contundencia, cuidar la espalda, asumir el riesgo, pero también empezar a generar. Tras la portería a cero ante la Granadilla, toca hacerse fuertes y lucir madurez en Huelva. Toca sufrir y correr. El Sporting tiene físico, velocidad y agresividad.