En agosto de 1957, Luis Casanova mandó a Eduardo Cubells a Brasil para fichar a una estrella que hiciera olvidar a Wilkes y rivalizara con Di Stéfano y Kubala. No consiguió atar a Didí, sí logró firmar a Walter, pero quien realmente le impactó fue un juvenil de 16 años, Edson, que se hacía llamar Pelé. Levante-EMV accede a la prueba documental que confirma una vieja leyenda: el Valencia pudo haber fichado a «O Rei» un año antes de su eclosión mundial en Suecia 58.

«Domingo, 1 de septiembre. Hoy hemos presenciado uno de los clásicos entre Botafogo y Flamengo. Primero debo recordar la impresión que me causó Maracaná. Al abrir la puerta del ascensor fue algo lo que vieron mis ojos que se deslumbraron, pues nunca pude imaginar algo tan maravilloso y tan completamente redondo, como una plaza de toros, pero puedo asegurar que mucho más bello». La emoción desborda a Eduardo Cubells Ridaura (1900-1964), esa calurosa tarde del 1 de septiembre de 1957. Así escribe, de su puño y letra, el impacto del descubrimiento del titánico estadio de Maracaná, una vez regresa a la habitación 1207 del hotel Novo Mundo. Cómo puede haberse transformado tanto este deporte, debe pensar el secretario técnico del Valencia, que en julio de 1919 ayudó a retirar las piedras del solar del Camí d'Algirós, antes de estrenar el primer campo del Fe-Cé, antes de ser el fino interior diestro que se convertiría en la primera estrella del murciélago.

Su gesto ya es relajado, puede disfrutar por fin de la estancia en esa ciudad tan bulliciosa, repleta de restaurantes, cines, gentío alegre y tanto fútbol. Ha cerrado la urgente misión que le llevó hasta Brasil, con la amargura de perderse el bautizo de su nieta Curri. Volverá a València cogido del brazo de Walter Marciano, la estrella del Vasco Da Gama, el nuevo ídolo destinado a hacer olvidar a Faas Wilkes y la frustrante temporada 56-57. Cubells anota cada detalle de su estancia en un improvisado diario. Sus impresiones de Río de Janeiro; las exasperantes negociaciones con Didí, el inventor de la paradinha y objetivo prioritario; los encuentros con directivos del Botafogo, Vasco, Madureira y Bangu; las entrevistas radiofónicas a cargo de un mito del fútbol brasileño como Ademir; los cafés con emigrantes valencianos, como Amparito Aliaga y familia; conferencias que fallan y los «cables» para informar a «Don Luis» (Casanova) y Vicente Peris Y un nombre aparece destacado en la correspondencia de Cubells: «Pelé. El Santos tiene un jugador de 18 años (en realidad tenía 16) formidable y que seguramente llegará a gran figura».

Es la primera prueba documental que confirma, desde el propio club, una de las grandes leyendas históricas que han girado en torno al Valencia, transmitida de manera oral, entre antiguos directivos, periodistas e historiadores: el posible fichaje de Edson Arantes do Nascimento, Pelé, por el club de Mestalla, justo un año antes de su consagración internacional en el Mundial de Suecia 58. Levante-EMV ha tenido acceso a las cartas brasileñas de Cubells, por gentileza de la familia del legendario jugador, entrenador y secretario técnico del Valencia. Un diario de viaje que es clave para entender un momento crucial en la historia del club blanquinegro y que, durante seis décadas, había permanecido oculto incluso para la propia familia Cubells. «No recordábamos que existiesen estas cartas. Con motivo del Centenario, animé a mi madre, que ya tiene 93 años, a que rebuscase en los cajones. Y mira, encontró las hojas», relata a este periódico Curri, de 62 años, nieta de Cubells, que desveló el hallazgo en el último Fòrum Algirós organizado por la Fundació VCF. Hasta ese momento, el viaje a Brasil del abuelo Cubells lo habían conocido «con las historias que nos contaba mi padre, ya fallecido. Nos hablaba a menudo del interés que tuvo en fichar a Pelé, que era el jugador que más le gustaba. El Valencia no se hizo el ánimo, pero también es cierto que el Santos no lo dejó salir hasta que, ya veterano, se marchó al Cosmos de Nueva York».

¿Cómo fue el viaje a Río de Janeiro que pudo cambiar la historia del Valencia? Las notas de Cubells profundizan en los detalles que, a partir de la hemeroteca brasileña, perfiló el historiador José Ricardo March en su libro «25 historias del Valencia CF que quizá no conozcas» (Llibres de la Drassana). Cubells aterriza en la ciudad carioca el 26 de agosto. «A mi llegada a las 9 de la mañana fui recibido por el presidente de Vasco, Doctor Pires. Después de los trámites aduaneros, visitamos el campo del Vasco donde saludé a varios jugadores y al entrenador». Una vez cambia divisas y aparece en el hotel, Cubells es abordado por un grupo de periodistas radiofónicos y de televisión. Se ha corrido la voz y las intenciones de mercado del Valencia no pasan desapercibidas. Cubells recibirá peticiones de entrevistas casi a diario, al bajar a desayunar.

Con Di Stéfano y Kubala repartiéndose goles y fama en el Madrid y Barcelona, la orden de Luis Casanova es tajante: «Fiche al mejor y no repare en gastos». El Valencia busca no solo un refuerzo deportivo, sino también de imagen. En esas coordenadas, el jugador que encaja es Waldir Pereira, Didí, el delantero de 29 años del Botafogo. Así, el martes 27 de agosto Cubells se cita con Didí y su familia: «Visitamos a Didí en su casa. Lamentaba no poder hacer nada por ahora». Según recopiló March, el Valencia llegó a convencer al delantero. Pero Cubells confirma en sus escritos que el Botafogo se mantuvo inflexible en su negativa a negociar: «Dicen que se pasarían por mi hotel... Poco pude hacer con el Botafogo, pues de momento no quieren dejar a Didí».

El miércoles 28 de agosto, Cubells recibe en el Novo Mundo a Flavio Costa (el exseleccionador brasileño en el Maracanazo de 1950), que le presenta al entrenador Martim Francisco. Tantea su posible fichaje por el Valencia. Francisco le traslada sus pretensiones. «Vendría a España». El acuerdo es sencillo, pero Francisco luego se echará atrás. Con la operación de Didí en pausa, ese mismo día se activa el plan B. Walter Marciano, 25 años, delantero del Vasco Da Gama: «Decidí hablar con Vasco y con Walter para su venida a España dejando terminado el asunto a base de 6.000.000 millones de cruceiros para Vasco y 400.000 pesetas anuales para el jugador, más 5.000 pesetas de sueldo y primas como los demás jugadores: en caso de ser campeones de Liga 100.000 y 50.000 si son subcampeones». Walter dejará una gran impronta en Mestalla, con 30 goles en tres temporadas y media hasta su trágica muerte, en junio de 1961, en un accidente de tráfico en la carretera de El Saler.

En la reunión por Walter, el presidente Artur Pires le desliza otro nombre: Edson, del Santos, no ha cumplido los 17, pero ya ha debutado con la selección. Antes de regresar a València, Cubells ve en acción a Pelé, se queda maravillado y plantea ficharlo como complemento de Walter para el ataque. Pero no llega a plantearse ni la negociación con el Santos. Meses después, Cubells traslada al periodista Jaime Hernández Perpiñá su admiración por Pelé, pero también las reservas que suponía traer a un desconocido futbolista juvenil. Teme incluso que el fichaje sea tomado a chufla, ya que en esa época estaba de moda el trío cómico «Pelé, Melé i el xiquet de la Bengalé». Cubells manda a València, por cable, las instrucciones del acuerdo por Walter. «Recibo cables de don Luis, con elogios por mi actuación». En los dos siguientes días, Cubells manifiesta en su diario la impaciencia por el fallo en las comunicaciones para acabar de acordar los plazos de pago del fichaje de Walter, lo que le obliga a alargar su estancia y presenciar un partido de la liga carioca entre Vasco y el Bangú, trufado de errores defensivos a su juicio, y resuelto a favor de los primeros por 3-2.

Antes de volar a València, Cubells se da el gusto de visitar Maracaná y presenciar el derbi Botafogo-Flamengo, invitado por el presidente del Madureira. A pesar de que la asistencia (55.601 espectadores) dista mucho de los 199.000 espectadores que acabaron traumatizados con el Brasil-Uruguay de la final del Mundial del 50 (1-2), Cubells queda embelesado por el estadio y su estructura circular. Botafogo y Flamengo empatan a tres y Cubells, clarividente en la prosa como lo era en su fútbol en los inicios heroicos de Algirós, no deja pasar la ocasión para lanzar una puya por el fichaje imposible de Didí, estrella del Fogão: «Botafogo 3, Flamengo 3. Partido bueno, técnicamente mejor jugado por el Flamengo, que debió ganar. Lo más sorprendente para mí fue la actuación de Didí, me defraudó y di las gracias a Dios por haber fichado a Walter». Los caminos de Pelé y Walter se cruzarían, el 24 de junio de 1959. O Rei ya era considerado el mejor jugador del mundo y el Valencia, con las excelentes relaciones trabadas en el viaje de 1957, logra que el Santos visite Mestalla para la primera edición del Trofeo Naranja. De recuerdo, queda una foto de Pelé con Walter. La increíble delantera que imaginó Cubells para su Valencia en aquellos días brasileños.

El peso de un mito: «Recuerdos a Puchades»

En su semana en Río de Janeiro, Cubells acepta la propuesta de Radio Televisión Canal 13 para ser entrevistado por Ademir, el gran Ademir Marques de Menezes, recién retirado de la práctica del fútbol y reconvertido a locutor. Cubells responde a preguntas directas acerca de Didí y Vava. Cuando acaba la entrevista, Ademir, el máximo artillero de Brasil 50, le dio «recuerdos para Puchades». La anécdota tiene un hondo significado. En un mundo sin televisión comercial, con comunicaciones precarias en Europa y casi nulas entre continentes, persistía el recuerdo del gran Mundial que jugó Antonio Puchades en Brasil y que le valió para ser nombrado mejor mediocentro del torneo junto al legendario capitán uruguayo Obdulio Varela. Siete años después, el impacto del campeonato no acababa en los goles charrúas de Schiaffino y Ghiggia del literaturizado Maracanazo. Siete años después, los brasileños, Ademir al frente, se acordaban del centrocampista de Sueca. Todo una prueba tangible para evaluar su categoría de mito internacional.

No todo fue fútbol en la estancia brasileña de Cubells y disfrutó de los placeres gastronómicos de Río de Janeiro, como deja escrito en el diario: «Por la noche en Copacabana, cena en un restorán italiano. Visitamos al Jesús (Cristo) del Corcovado, en una excursión preciosa y con unas vistas maravillosas de Río». En otra jornada, sin especificar el día concreto, Cubells describe que comieron «en un restorán del centro, que más bien parecía un volcán sobre la bahía y luego vimos una película de Gregory Peck, que se tituló 'Hombre o Mujer'».