Albert Celades se levantó de la silla de la sala de prensa de la Ciudad Deportiva sin haber dejado mensaje alguno un día antes de que su equipo se enfrente al FC Barcelona en Mestalla en un partido en el que además, necesita reivindicarse después de los ridículos en Supercopa ante el Real Madrid y en Liga ante el Mallorca, mitigados mínimamente tras haber eliminado al Logroñés en la Copa del Rey dos días antes. Cierto que gran parte de las preguntas de los periodistas a los que se 'enfrentó' tenían como fondo el mercado de verano, no en vano el Valencia CF está negociando con el FC Barcelona la venta de Rodrigo Moreno, pero tan cierto como que se limitó a decir "ojalá sigamos con esa racha, hace muchos años que no ganamos al Barcelona en Liga y es un reto más. Tenemos que intentar mantener la racha de la primera vuelta en Mestalla con la ayuda de la afición, esperamos tener un buen ambiente y a partir de ahí tener un buen resultado final" cuando se le dijo que Mestalla estará lleno. No pareció poner demasiado interés en recalcar la idea...

Tampoco quiso decir nada sobre la posibilidad de que Rodrigo termine en el FC Barcelona este mes de enero, con lo que a pocos días de que se cierre el mercado, el Valencia CF no sabe no contesta a pesar de que la negociación con el club catalán está abierta. Sí sabe y sí contesta Quique Setién, técnico del Barça, que de manera inteligente deja bien claro en rueda de prensa que quiere un delantero y que le gusta Rodrigo. Como publicara este periódico el pasado martes, el técnico cántabro ha pedido el fichaje del delantero valencianista, y aunque no ha confirmado este extremo, cosa que es absolutamente lógica, en vez de despejar el balón fuera y decir no hablo de hipótesis, en plan Celades, le tira flores al futbolista del Valencia CF. Le preguntan si le gusta Rodrigo y responde que le gustan todos los grandes jugadores, y que no le gusta su regreso al equipo tras lesión porque "es un jugador extraordinario, le puede complicar la vida a cualquiera y yo habría preferido que no hubiera jugado. Pero el nivel del Valencia CF es alto, con o sin Rodrigo".

Y mientras recibe elogios del entrenador rival que lo quiere fichar, Rodrigo se enfrenta a otro dilema: tiene que jugar con el Valencia CF ante el Barça mientras cruza los dedos para que no pase como en verano y su venta, esta vez sí, cuaje. De la reacción de Mestalla hay pocas dudas, básicamente porque el pasado mes de agosto, cuando el futbolista jugó ante La Real Sociedad en el primer partido de Liga de esta temporada -el sábado 17 de agosto- la posibilidad de que terminara en el Atlético de Madrid estaba sobre la mesa a pesar de que unos días antes el acuerdo verbal alcanzado entre clubes se había roto por los problemas financieros que el club colchonero debía solucionar para afrontar el fichaje y que finalmente no solucionó. Ya es casualidad que para fichar a Cavani no parece tener tantos problemas. Sea como sea, lo cierto es que la carambola no salió. Ese día Rodrigo fue sustituido por Marcelino en el minuto 83 con el marcador a favor 1-0 y la afición le aplaudió y pidió que se quedara. No se quedó porque el Atlético no fue capaz de reunir el dinero que le dijo al Valencia CF que le pagaría por él.

La historia se repite, Rodrigo pidió entonces a Marcelino jugar ante la Real Sociedad y ahora ha hecho lo posible para jugar ante el Barça porque sabe que es posible que esté ante su último partido con la camiseta valencianista. Que una cosa es querer marcharse al FC Barcelona y otra no ser agradecido. Rodrigo no se borra. Los caprichos del destino y el calendario vuelven a jugar en contra del delantero hispanobrasileño y se puede despedir del Valencia CF jugando frente al Barça, equipo ante el que se ganó un rincón en el corazón de los valencianistas por un gesto que forma parte de la épica del club. Fue un domingo 26 de noviembre. Dos días antes, el que posiblemente haya sido el presidente más carismático que ha tenido el Valencia CF se marchaba para siempre. Jaume Ortí había fallecido y Mestalla se preparaba aquella noche para rendirle homenaje. El estadio se llenó de pelucas naranjas, como la que Bonico Ortí se puso una vez que su Valencia CF corría ambicioso a por la Liga después de ganar en Zaragoza. Aquella peluca simbolizaba algunas, por no decir todas, de las cosas más bonitas que le han pasado a este club. Bonico simbolizaba la unión de todos los aficionados y la rebelión del pequeño contra el Real Madrid y su aparato de poder. En el minuto 53 después de una jugada de Gayà por la banda, Rodrigo emuló a Paco Alcácer, fue el más listo y cuando se dieron cuenta los defensas el balón ya estaba en la red. Después corrió en busca de un recogepelotas que se afanaba a buscar una bolsa, de ella sacó una peluca naranja, Rodrigo se la puso, se arrodilló y miró al cielo mientras Mestalla se derretía...

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