En el Valencia CF se suspendió este viernes la sesión de entrenamiento del primer equipo. A las once y media de la mañana, los futbolistas comenzaron a abandonar la Ciudad Deportiva rumbo a casa. La previsión del club de Mestalla era que los futbolistas entrenaran y descansaran sábado y domingo, pero por decisión del cuerpo médico del primer equipo y de Albert Celades, con el apoyo del club, se adoptó esta medida de prevención: la suspensión de sesiones de trabajo grupales en Paterna mientras dure el estado de alarma, 15 días.

Anil Murthy, presidente del club, estuvo presente en la reunión en el vestuario en la que se decidió el cese de la actividad en Paterna. El máximo dirigente apoyó los criterios a seguir conforme al consejo de los médicos. El día anterior había dicho: "Reflexionamos y actuamos antes que nadie, ajenos a algunas críticas, porque lo primero es la salud de todo el club, incluida la Academia".

En este sentido, la AFE, el sindicato de futbolistas, recomendó a los clubes que cancelasen «todo actividad profesional grupal». En su página web el Valencia indicó que «informará» en su momento de «cuando se reanuden los entrenamientos en Paterna».

Cada jugador del Valencia CF cuenta con un plan específico de trabajo físico y nutricional en sus domicilios, supervisado por los doctores, preparadores físicos y el nutricionista del primer equipo. Además, estos días el club ha previsto realizar a cada jugador el test específico mediante equipos PCR del coronavirus. Los resultados se conocerán a inicios de la próxima semana. Esta medida consiste en extremar las prevenciones y buscar la máxima tranquilidad, ya que ningún jugador ha presentado síntomas ni existen criterios objetivos de contagio en el grupo.

En el VCF ya se seguían algunas pautas desde hace días tras distribuir un tríptico instando a los empleados a evitar acudir a actos o reuniones en lugares cerrados, evitar saludos o besos, no acudir a comer a lugares sin total confiaza de higiene y reducir las visitas a Paterna.

A los jugadores y técnicos del equipo profesional se les instó a no firmar autógrafos ni hacerse fotos con aficionados; y este sábado se les insistió en no acudir a cines o centros comerciales y aprovechar los días para descansar en casa y cumplir con el plan de trabajo físico, bajo control de los preparadores físicos. La legislación posterior de la Generalitat Valencia decretó el cierre centros de ocio o culturales en la lucha contra el COVID-19.

El consejo es mantener un distanciamiento social, mientras los médicos les visitarán a menudo para controlar el buen estado de salud mediante el termómetro. Los jugadores, con precaución, podrán salir a pasear cerca de sus domicilios.

Las instrucciones de las autoridades sanitarias de permanecer en casa, salvo para realizar lo estrictamente necesario, así como las de RFEF de suprimir hasta los entrenamientos, afectan ya de lleno al mundo del fútbol español, donde no hay competición a la vista hasta principios de abril. Es una situación que podría alargarse, si en ese plazo y como aventuró ayer el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, el pico de contagios del virus se dispara hasta un número «superior a los 10.000».