No se le han caído los anillos al TAS. El Tribunal de Arbitraje del Deporte ha desautorizado a UEFA y ha dado alas al Manchester City al revocar la sanción -dos temporadas sin Liga de Campeones- con la que el aparato de control financiero pretendía escarmentar al club inglés por (presuntamente) dopar sus cuentas. Guardiola no pudo disimular el subidón al conocer el fallo. La Champions refuerza su potencia de fuego en el mercado y apuntala su atractivo deportivo. El triunfo en los despachos tiene carga de profundidad. Por un lado, desaparece el miedo a la fuga de figuras estratégicas. Porque algunos, como Kevin de Bruyne, habían expresado dudas sin presencia en la máxima competición europea. Por otro, les permitirá atacar fichajes de alto standing con el arsenal completo: proyecto 2020/21 para competir en todos los frentes, trabajar a las órdenes de Guardiola, salario estrella y la mejor doble pasarela del fútbol mundial Premier-Champions. Entre los futbolistas que gustan a Pep y encajan en las necesidades del City está Ferran Torres.

La sanción ha quedado limitada a multa: 10 millones de euros, pero por no cooperar con la investigación. El TAS ha fallado en favor del City y ha liquidado el castigo deportivo que UEFA impuso a los citizens por incumplir las normas del juego limpio financiero, "al no estar suficientemente probado" o al haber prescrito ya. La expulsión de las competiciones UEFA era desproporcionada para el TAS, que deja en evidencia a un aparato jurídico que no ha podido justificar que el City tiene las manos sucias. La fuerza y la capacidad para influir del conglomerado emiratí no admite discusión, pese a que ocho clubes de la Premier se dirigieron al TAS apoyando el proceso de la UEFA por competencia desleal.

El Valencia lo tiene complicado para competir y rivalizar con el City, con la Juve o con cualquier club de esa posición, desde cualquier punto de vista. No es sólo una cuestión económica. Si Guardiola y Txiki Begiristain dan un paso al frente lo tendrían todo de cara... excepto la parte emocional. El Valencia necesita dinero, sin Champions y sin Europa League (salvo milagro), y pocos futbolistas sostienen el atractivo de Ferran, aunque termina contrato en 2021. Su cláusula -80 millones- no es un problema si el de Foios toma forma de apuesta fuerte.

¿Como anillo al dedo?

Guardiola ha recopilado información precisa sobre Ferran; ha preguntado y lo tiene visto. Tras el traspaso de Leroy Sané (Bayern, 49 millones de euros) tienen la posición de extremo marcada en la planificación. En izquierda cuentan con Sterling y por derecha está Mahrez más la versatilidad de futbolistas como Bernardo o Foden, pero Ferran es un especialista de banda derecha -con otras cualidades- y se podría adaptar a izquierda. No es una vía única, pero su edad, su proyección y su situación contractual multiplican su atractivo.

El Valencia tiene complicado recuperar la ventaja que ha perdido con Ferran, en todos los apartados. Mientras, el City ya tiene luz verde para hacer abordajes sobre otros barcos y otros transatlánticos.