Investigación

La NASA estudiará la composición exacta de la calima

Un sofisticado satélite analizará el polvo sahariano que se mueve por el aire

Propagación del polvo sahariano sobre Canarias

Propagación del polvo sahariano sobre Canarias / Nasa

Joan Lluís Ferrer

Joan Lluís Ferrer

Por primera vez, una misión espacial se encargará de determinar con exactitud la composición de los minerales que están presentes en la calima y que, desde el desierto sahariano, se propaga con el viento hacia grandes distancias. De este modo, podrá entenderse mejor el alcance de la amenaza que suponen estas partículas, así como los efectos que este fenómeno tiene sobre el clima y los ecosistemas.

Llevado por el viento a través de continentes y océanos, este polvo hace algo más que nublar los cielos, congestionar los pulmones y dejar una molesta película sucia en los parabrisas. También puede influir en el clima, acelerar el deshielo y fertilizar las plantas en la tierra y en el océano. Las partículas del norte de África pueden viajar miles de kilómetros alrededor del mundo, provocando floraciones de fitoplancton, sembrando las selvas amazónicas con nutrientes y cubriendo muchas ciudades con un velo de arena mientras absorben y dispersan la luz solar.

La misión Earth Surface Mineral Dust Source Investigation (EMIT) de la NASA, que se lanzará en junio, tiene como objetivo profundizar en la comprensión de los investigadores sobre estas partículas finas de suelo, limo y arcilla de los desiertos de la Tierra y, en última instancia, cómo afectan el clima.

El satélite EMIT en fase de montaje

El satélite EMIT en fase de montaje / R. Lannom

El polvo más oscuro y rico en hierro absorbe el calor del Sol y calienta el aire circundante, mientras que las partículas de color más claro, ricas en arcilla, hacen lo contrario. “Diferentes tipos de polvo tienen diferentes propiedades (pueden ser ácidos, básicos, de color claro, oscuros…) y determinan la forma en que las partículas interactúan con la atmósfera de la Tierra, así como con el suelo, el agua y los organismos”, señaló Robert O. Green, investigador principal de EMIT.

No se sabe si enfría o calienta el clima

Con los datos de EMIT, agregó, "estaremos en condiciones de cartografiar las regiones de origen de polvo del mundo y comprender cómo calienta y enfría el planeta, y cómo podría cambiar eso en escenarios climáticos futuros".

Los investigadores de la NASA y otras instituciones se han centrado durante mucho tiempo en el movimiento del polvo a través del aire, que puede durar horas o semanas, según el tamaño de las partículas. Sus impactos atmosféricos están incluidos en los modelos climáticos, pero no está claro si ese polvo tiene un efecto de calentamiento o enfriamiento neto en el planeta, y cómo esto está cambiando con el tiempo.

La incertidumbre proviene de la falta de datos sobre la composición del polvo, explica Natalie Mahowald, investigadora principal adjunta de EMIT y científica del sistema terrestre en la Universidad de Cornell en Ithaca, Nueva York. El conocimiento que tienen los investigadores proviene de menos de 5.000 lugares de muestreo que se encuentran principalmente en áreas agrícolas, donde la información detallada del suelo puede servir para fines agrícolas o comerciales.

“Normalmente, en los modelos climáticos, modelamos el polvo como amarillo, el color promedio de todos los tipos de polvo, pero si alguna vez has ido a una región desértica, sabrás que la arena no es del mismo color”, dijo Mahowald. “Entonces, esta suposición de que es uniforme en todo el mundo no refleja lo que está sucediendo en la realidad”.

Cartografiando los orígenes del polvo

La misión EMIT debería aclarar ese escenario. Instalado a bordo de la Estación Espacial Internacional, el espectrómetro de imágenes de última generación mapeará las fuentes de polvo mineral del mundo, recopilando información sobre el color y la composición de las partículas a medida que el instrumento orbita sobre regiones secas y con escasa vegetación.

EMIT se centrará en 10 variedades de polvo importantes, incluidas las que contienen óxidos de hierro, cuyos tonos rojo oscuro pueden causar un fuerte calentamiento de la atmósfera. Saber qué tipos de polvo prevalecen en la superficie de cada región proporcionará nueva información sobre la composición de las partículas levantadas y transportadas por el aire. Con estos conocimientos, los científicos del clima pueden perfeccionar su comprensión de los efectos climáticos regionales y globales del polvo mineral.

Calima intensa

Calima intensa / Jose Carlos Guerra

 “Antes, los científicos trabajaban con espectrómetros individuales”, señaló Green. “Ahora vamos a utilizar en realidad 1.280 espectrómetros sobre la superficie de la Tierra, cada uno de los cuales recopilará cientos de mediciones por segundo”, agregó.

EMIT entregará más de mil millones de nuevas mediciones durante su misión. Debido a que cada tipo de polvo tiene una firma única que refleja la luz, los investigadores podrán determinar la composición mineral y química de las sustancias en la superficie.

La precisión de esas observaciones hará que el instrumento de EMIT sea uno de los espectrómetros de imágenes orientados hacia la Tierra más sofisticados jamás instalados en el espacio.

Artículo de referencia: https://www.nasa.gov/feature/jpl/nasa-s-emit-will-map-tiny-dust-particles-to-study-big-climate-impacts