Esta es la turbina que genera electricidad con el aire del tráfico rodado

La tecnología demuestra cada día la enorme variedad de formas de obtener energía limpia. La eólica, la fotovoltaica o la hidráulica son las fuentes renovables más conocidas, pero existen otras realmente insospechadas y que tenemos frente a nosotros todos los días. El último descubrimiento (que ya funciona en lugares como Turquía) es una turbina eólica para las ciudades, que utiliza el propio paso de los coches para transformar el aire que generan en energía eléctrica.

Una compañía turca llamada Deveci Tech ha desarrollado una turbina vertical para el uso urbano que se llama Enlil. Esta turbina se sirve de la energía cinética del propio aire para transformarla en energía eléctrica. Cada una de ellas genera 1 kw/h de energía.

Está diseñada especialmente para colocarla cerca del paso de los coches, en entornos urbanos, aunque también se podría colocar en otras ubicaciones estratégicas en las que haya viento. Y, además, también tiene una serie de placas solares encima que le sirven para generar 1 kW de energía adicional por cada hora.

Enlil es una turbina eólica que, aunque está pensada para situarse entre el tránsito de vehículos de manera estática, es mucho más versátil. Está diseñada de una manera muy sencilla, y con unas dimensiones compactas, de tal modo que se puede desinstalar e instalar en minutos. En realidad, no deja de ser una turbina eólica, pero optimizada para aprovechar el aire que generan los vehículos cuando circulan.

También cuenta con varios sensores que sirven para poder recopilar información sobre el tráfico para su gestión, medir los niveles de CO2, detectar terremotos, servir como torre de conectividad para los vehículos con sistemas de conducción autónomo y dar conectividad WiFi. Funciona, por tanto, no solo como una estación de fuente de energía renovable, sino que sirve también como una estación de recopilación de datos relevantes.

Ahora mismo se está extendiendo por Estambul, pero la compañía ya tiene planes para desplegar su turbina por otras ciudades europeas. La instalación de este tipo de dispositivos puede conseguir que las ciudades sean más seguras, sobre todo donde hay actividad sísmica frecuente, con mayor conectividad y más inteligentes.

Pero además, que es su objetivo principal, son una fuente de obtención de energía renovable. Y al mismo tiempo ayudan también a crear mapas de concentración de dióxido de carbono para poder tomar medidas de forma rápida y sencilla.

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