Fauna amenazada

Elefantes y rinocerontes reducen sus colmillos y cuernos para evitar ser cazados

Los científicos, sorprendidos por la rápida adaptación evolutiva frente a los furtivos

Rinocerontes y elefantes reducen sus cuernos y colmillos para evitar ser cazados

Rinocerontes y elefantes reducen sus cuernos y colmillos para evitar ser cazados / Peapix

Violeta Raffio/Verónica Pavés

El acoso que sufren los dos grandes mamíferos africanos, el rinoceronte y el elefante, a causa de la caza furtiva está desencadenando un proceso de adaptación que ha sorprendido a los científicos. Dado que el objeto de deseo de los cazadores es el cuerno y los colmillos de estos animales, ambas especies están experimentando una progresiva reducción del tamaño de estos apéndices, llegando incluso a perderlos en el caso de los elefantes. Lo más increíble es que este proceso evolutivo está observándose de forma muy acelerada, en el transcurso de décadas.

Los cuernos de los rinocerontes se han encogido (y mucho) en el último siglo. Los primeros retratos fotográficos de estos animales, tomados hace algo más de 100 años, muestran que tenían unos cuernos mucho más largos de lo que podemos ver actualmente. Según apunta el primer análisis histórico sobre la evolución de este rasgo tan característico de los rinocerontes, todo apunta a que la caza furtiva es la responsable de este fenómeno.

El estudio, liderado por la Universidad de Cambridge, ha analizado fotografías de rinocerontes captadas entre los años 1886 y 2018. También incluyeron ilustraciones y retratos de estos animales de más de 500 años de antigüedad. A partir de ahí, el equipo de investigadores que ha liderado este estudio ha calculado el tamaño de los cuernos de estos animales en cada imagen y ha trazado la evolución de este rasgo en cinco especies (blanco, negro, indio, javanés y de Sumatra). El análisis de los registros históricos apunta a que, efectivamente, "los cuernos de rinoceronte han disminuido gradualmente de tamaño con el tiempo". Pero ¿por qué?

Un ejemplar de rinoceronte

Un ejemplar de rinoceronte / TONY KARUMBA

Los científicos responsables de este análisis plantean la siguiente hipótesis. Los rinocerontes son uno de los principales blancos de los cazadores furtivos. En gran parte, porque sus cuernos alcanzan valores astronómicos en el mercado negro (sobre todo debido a que, en determinadas culturas, se le atribuyen falsamente capacidades medicinales y hasta milagrosas). La búsqueda de estos 'trofeos', según explican los expertos, podría haber provocado que históricamente los cazadores dispararan más a los rinocerontes de cuernos más largos. Esto habría favorecido la reproducción de los rinocerontes de cuernos pequeños y que, así haciendo, este rasgo se transmitiera así a las generaciones futuras.

"Tener cuernos más pequeños, a la larga, podría ser perjudicial para su supervivencia"

"Los rinocerontes desarrollaron sus cuernos por diferentes razones: como para coger la comida o para defenderse de los depredadores, por lo que creemos que tener cuernos más pequeños, a la larga, podría ser perjudicial para su supervivencia", destaca Oscar Wilson, autor de este análisis y profesor de la Universidad de Helsinki, Finlandia.

Percepción histórica

El estudio también indaga en la percepción de estos animales a lo largo de la historia. Los primeros retratos de rinocerontes, por ejemplo, mostraban seres gigantescos, amenazantes y que persiguen a los humanos. En este sentido, los expertos sugieren que esta visión fue la que, al menos en un principio, contribuyó a justificar la caza de estos animales salvajes. A principios del siglo pasado la caza de estos animales estaba tan normalizada que hasta el presidente Theodore Roosvelt posó triunfante con un rinoceronte negro al que acababa de matar.

Theodore Roosvelt, junto a un rinoceronte que acaba de matar

Theodore Roosvelt, junto a un rinoceronte que acaba de matar / Agencias

A partir de 1950, los retratos de estos animales muestran un cambio de tendencia. Las fotografías de los rinocerontes ya no eran para presumir de un trofeo de caza sino que, por el contrario, buscaban promover su conservación. En este sentido, los expertos sugieren que este cambio coincide con el colapso de los imperios europeos. Es decir, justo con el momento en que los países africanos lograron su independencia y, a su vez, los cazadores europeos empezaron a tener más restricciones para ir a cazar a África.

"Hemos visto que podemos usar imágenes de los últimos siglos para visualizar cómo han cambiado las actitudes humanas hacia la vida silvestre", destaca Ed Turner, uno de los investigadores que ha liderado este análisis y profesor del departamento de zoología de Cambridge. "En las últimas décadas hemos observado más interés en la conservación de los rinocerontes. Esto se puede ver en las imágenes actuales, donde o bien se muestran estos animales en santuarios o se retrata su difícil situación en la naturaleza", añade Wilson.

Los elefantes ya nacen sin colmillos

Pero algo parecido a lo que sucede con los rinocerontes se observa también en los elefantes africanos. Y es que estos animales están empezando a nacer sin sus característicos y largos colmillos. La caza furtiva tan extendida desde 1979 en el continente -agravada por los 15 años de guerra civil de Mozambique (1977-1992)- ha acabado por modificar la genética de este animal. Los paquidermos se han visto obligados a evolucionar con un único fin: sobrevivir.

Lo que ha ocurrido con ellos, sin embargo, no es fruto de una selección natural darwiniana, sino de una selección mediada o artificial, impulsada por las condiciones adversas a las que les ha empujado a vivir el ser humano.

Una familia de elefantes

Una familia de elefantes / Getty

Así, un fallo genético raro, tan solo perceptible en el 18,5% de los elefantes hembra antes de la guerra, se está convirtiendo en una característica cada vez más común, y de hecho, ya se encuentra en una de cada tres elefantas nacidas (33%). Así lo sugiere un nuevo estudio publicado en la revista Science, en el que queda claro que los nuevos elefantes están abandonando sus preciosos (y preciados) cuernos de marfil, porque les están trayendo más problemas que ventajas.

En una sola década, entre 1979 y 1989, desaparecieron la mitad de todos los elefantes de África. El comercio de marfil se encontraba en su apogeo y el precio no dejaba de aumentar. La caza furtiva financió además las actividades de los dos bandos enfrentados en la guerra de Mozambique (con la venta de colmillos compraban armas y con la carne alimentaban a sus tropas), lo que llevó la especie al borde de la extinción. De hecho, prácticamente acabaron con el 90% de la población de paquidermos en esa región.

En medio de la indignación pública por esta situación, en 1989 Kenia quemó sus existencias de marfil en señal de protesta y el organismo internacional de CITES prohibió desde entonces todo comercio internacional de colmillos de elefante.

En este atroz contexto para los animales, aquellos que carecían de colmillos tenían una ventaja, pues veían cómo eran totalmente ignorados por los cazadores.

La investigación ha estudiado los ejemplares que se han estado criando y cuidando en el Parque Nacional de Gorongosa (Mozambique). Allí vieron que las elefantas que no tenían estos cuernos de marfil eran las hembras, pues, como ha corroborado este mismo estudio, es una característica vinculada a una mutación en el gen X.

Esta misma mutación resultaba fatal para los machos, dado que les impide desarrollarse de forma correcta en el útero materno. Al convertirse prácticamente en las únicas supervivientes de esta brutal escabechina, han sido estas elefantas sin colmillos las que han tenido más probabilidades de transmitir esos genes a sus descendientes directos. Y así ha sido.

Se siguen cazando, pese a la prohibición

No obstante, la prohibición de la caza furtiva ha servido de poco. Según la ONG Save The Elephants, esta actividad sigue siendo el principal riesgo al que se enfrentan los elefantes africanos. El comercio de marfil ha seguido en auge hasta hace menos de una década.

A raíz de ello, aproximadamente 100.000 elefantes en África fueron abatidos por su marfil en solo tres años entre los años 2010 y 2012. De hecho, en 2014, el precio al por mayor de marfil en bruto vendido ilegalmente en China alcanzó los 2.100 dólares el kilo. En 2017 el precio era mucho menor, de 730 dólares, pero sigue siendo un problema para los paquidermos.

Montón de colmillos de elefante decomisados

Montón de colmillos de elefante decomisados / cazawonke

Esta evolución genética hacia la falta de colmillos no solo es visible en Mozambique. Otros países africanos con una historia importante de caza furtiva de marfil también han experimentado cambios similares entre las hembras supervivientes y sus hijas. En Sudáfrica, el efecto ha sido particularmente extremo: el 98% de las 174 hembras del parque nacional de los Elefantes de Addo carecían de colmillos a principios de la década del 2000.

El número de elefantes que quedan en África es incierto, pero se calcula que puede oscilar en torno a los 500.000 ejemplares. Los pocos nacimientos que se registran están provocando una disminución de los elefantes africanos salvajes del mundo del orden del 2% y 3% anual, según Save The Elephants. Además, los paquidermos se están enfrentando a otros peligros derivados de la pérdida de hábitat, especialmente como consecuencia de la explotación agraria.

Estudio de referencia: https://www.science.org/doi/10.1126/science.abe7389

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