Moda

El engaño de la ropa “biodegradable”: no se desintegra como promete

Los plásticos hechos con base biológica no se desintegraron tras 428 días sumergidos en agua

Los científicos constatan que el plástico convencional y el 'bio' son casi igual de indestructibles

El engaño de la ropa biodegradable: no se desintegra como se promete

El engaño de la ropa biodegradable: no se desintegra como se promete / Freepik

Ana I. Montañez

Ana I. Montañez

No todo lo que está etiquetado como biodegradable cumple con lo que prometen sus mensajes y anuncios promocionales. Así lo han constatado investigadores de la Institución Scripps de Oceanografía de San Diego, en California (EEUU), que han comprobado que ropa y tejidos compuestos de plásticos con base biológica no se descomponen en la naturaleza y acaban convirtiéndose en fuentes contaminantes.

El estudio se realizó en el muelle conmemorativo de Ellen Browning Scripps, en San Diego, donde por primera vez se rastreó la capacidad de los tejidos naturales, sintéticos y combinados para “biodegradarse” en el océano.

Para ello, se utilizaron diez tipos de tela diferentes, incluyendo celulosa a base de madera (conocidas comercialmente como Lyocell, Modal y Viscose); celulosa natural (algodón virgen orgánico y algodón virgen no orgánico); plástico de base biológica (PLA), etiquetado como biodegradable y compostable; plástico a base de petróleo (tereftalato de polietileno y polipropileno), y mezclas de tejidos de Lyocell mezclado con poliéster y polipropileno.

Hay que tener en cuenta que las prendas confeccionadas con teraftalato de polietileno se suelen vender como un textil reciclado y el polipropileno se usa en textiles, alfombras, geotextiles, materiales de embalaje y textiles médicos desechables, como las mascarillas.

¿Cómo se hizo?

Los investigadores colocaron las muestras textiles en contenedores sometidos a flujo continuo tanto en la superficie del mar como en el fondo marino, a unos 10 metros de profundidad. Una vez ubicadas las muestras, se acudía cada siete días a comprobar su estado, así como a tomar fotografías y extraer pequeños fragmentos de muestras duplicadas para poder examinar las fibras a alta resolución. El proceso duró 231 días en la superficie y 196 en las zonas sumergidas.

Comparación de resultados entre plásticos de celulosa, biomateriales y petróleo

Comparación de resultados entre plásticos de celulosa, biomateriales y petróleo / Scripps

Concluida esta etapa del estudio, las muestras se trasladaron al Acuario Experimental en Scripps Oceanografía, donde de nuevo las muestras se expusieron a condiciones controladas de flujo de mar. Los resultados evidenciaron que, mientras aquellos textiles a base de celulosa se desintegraron en un plazo de entre 30 y 35 días, los materiales a base de petróleo y de base biológica, como el polipropileno o el PLA, “no mostraron signos de desintegración” después de 428 días.

"Los materiales naturales a base de celulosa se desintegraban en aproximadamente un mes, por lo que los cambiamos por una nueva muestra después de que la anterior se desintegrara", dijo Sarah-Jeanne Royer, la autora principal del estudio. "Las muestras naturales se repusieron cinco veces, mientras que las muestras de plástico permanecieron iguales durante más de un año”.

En un análisis más pormenorizado del comportamiento de las fibras de estos textiles, el también investigador principal Dimitri Deheyn comprobó como las fibras naturales se volvieron más delgadas paulatinamente, mientras que las fibras plásticas mantuvieron el diámetro sin mostrar signos de biodegradación.

De la misma forma, el coautor del estudio, Francesco Greco, realizó el análisis de espectroscopia Raman en el Departamento de Geología de la Universidad del Noroeste de China, observando la degradación química estructural de las fibras. Greco encontró “cambios significativos” en la huella química de los materiales a base de celulosa, mientras que los plásticos a base de 'bio' y de petróleo permanecieron sin cambios.

Para los textiles combinados, con fibra natural y hebras de plástico, el estudio demuestra que solo la parte natural se degrada mientras que la parte plástica permanece intacta. Y ello, pese a que son materiales que se promocionan como la alternativa más sostenible.

Los plásticos a base de materiales 'bio' y los hechos a partir de petróleo permanecieron sin desintegrarse tras varios experimentos sucesivos

En una tercera etapa, los investigadores trasladaron las muestras a una empresa independiente para que las sometiera a un sistema cerrado dentro de un biorreactor en el que se reproducía un entorno marino. Es un equipo en el que se puede medir el porcentaje de dióxido de carbono producido por la actividad microbiana usando las telas como nutrientes, midiendo así la biodegradabilidad de los materiales. Los resultados fueron los mismos: mientras los materiales a base de celulosa mostraron una biodegradación completa en 28 días, los textiles hechos a base de petróleo o de base biológica no mostraron señales de biodegradación.

“Fuente importante de contaminación”

Con estos resultados, los investigadores señalan que plásticos comercializados como materiales “ecológicamente prometedores” finalmente resultan ser “fuentes importantes de contaminación causada por el hombre”, por lo que recalcan la necesidad de seguir investigando su impacto en el medio ambiente para crear conciencia.

La ropa ecológica resulta no serlo tanto en muchos casos

La ropa ecológica resulta no serlo tanto en muchos casos / Pixabay

"Los consumidores que están preocupados por la contaminación del plástico de microfibra deben tener en cuenta los materiales que compran", dijo Royer. "Todos deberíamos tender a comprar menos prendas, optar por materiales de alta calidad a base de celulosa como el algodón, merino o lana que durarán más, o buscar opciones más circulares y sostenibles que reutilicen artículos como intercambios de ropa”.

Asimismo, subrayan la necesidad de establecer pruebas estandarizadas para poder comprobar si los materiales se descomponen tal y como prometen en su etiquetado y sus mensajes promocionales, donde se califican como “biodegradables” o “compostables”, en un nuevo ejemplo de “greenwashing” o “ecopostureo”.

"Este estudio comparativo destaca cuán crucial es nuestro lenguaje en torno a los plásticos", reafirmó Deheyn. "De hecho, un bioplástico como el PLA, comúnmente asumido como biodegradable en el medio ambiente porque contiene el prefijo 'bio', en realidad no es nada de eso”.

Estudio de referencia: https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0284681

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