Vida sostenible

Techos fríos: la forma de lograr casas más frescas y ahorrar energía

Los tejados claros reducen la temperatura interior de la vivienda y abaratan el recibo de la luz

Joan Lluís Ferrer

Joan Lluís Ferrer

El problema de muchos techos de los edificios que hay en las ciudades (pero también en casas aisladas) es que atrapan demasiado calor, lo cual convierte la vivienda en una verdadera estufa en pleno verano. Es uno de los factores que causan el ‘efecto isla de calor’ en las ciudades, mediante el cual la temperatura en un núcleo urbano es varios grados superior a su entorno rural. Sin embargo, hay una forma de eliminar esta fuente de calor, y consiste en los llamados ‘techos fríos’.

Aunque es una tecnología que está disponible desde hace años, es ahora, con el calentamiento global golpeando con toda su fuerza, cuando empieza a ser objeto de interés por arquitectos, urbanistas y planificadores. Y es que es una poderosa arma conta el cambio climático.

Los techos oscuros no sólo no reflejan la luz solar, sino que la absorben y eso hace que, durante la noche, esa techumbre no haya perdido su calor, sino que lo conserva, complicando a los habitantes de la casa la posibilidad de conciliar el sueño.

Los techos claros son más refrescantes que los oscuros

Los techos claros son más refrescantes que los oscuros / Pxhere

Los techos oscuros presentan los siguientes inconvenientes:

  • Mayor consumo de energía para enfriar y cuentas de electricidad más altas;
  • Reducción del confort interior;
  • Aceleración en el deterioro de los materiales del techo, mayor coste de mantenimiento del techo y cantidades grandes de desechos del techo que se llevan a los basureros públicos.
  • Incremento en la demanda máxima de electricidad por la necesidad de usar aire acondicionado u otros sistemas análogos.
  • Como consecuencia de lo anterior, una mayor emisión de CO2 a la atmósfera.

Históricamente, los techos fríos son de colores claros o directamente blancos. Sin embargo, en los últimos años también se han desarrollado productos que mantienen las cualidades de un techo frío incluso si es de tono oscuro.

Un techo frío es ante todo un sistema que ofrece una mayor reflectancia solar (la capacidad de reflejar las longitudes de onda visibles, infrarrojas y ultravioletas del sol, reduciendo la transferencia de calor al edificio) y la emitancia térmica más alta (la capacidad de irradiar energía solar absorbida, o no reflejada) que los techos convencionales.

Las ventajas de un techo frío

Según varios estudios, un techo frío puede llegar a rebajar la temperatura interior del edificio entre 2ºC y 7ºC, lo que marca una sustancial diferencia.

Existen productos para convertir un techo caliente en uno frío

Existen productos para convertir un techo caliente en uno frío / Agencias

Un estudio de 2010 del Berkeley Lab, basado en datos de la NASA, los techos fríos ofrecen las siguientes ventajas:

·        Aire exterior más fresco: Reducen la temperatura del aire urbano, suavizando así el efecto ‘isla de calor’ en el conjunto de la ciudad.

·        Menos emisiones de las plantas de energía: Reducen la demanda de energía eléctrica para aire acondicionado y otros sistemas de refrigeración, lo que rebaja las emisiones de gases de efecto invernadero.

·        Mejor calidad del aire: Ayudan a frenar la formación de ozono en el suelo.

·        Desaceleración del cambio climático: Menos calor es absorbido en la superficie terrestre.

·        Ahorro de energía y costes: En verano, se reduce el recibo de la luz para enfriar los edificios.

Algunas empresas comercializan ya materiales para techos fríos en colores oscuros que reflejan hasta el 25% de la energía solar, es decir, el doble de lo que lo hacen las tejas convencionales.

Los techos fríos reflejan la luz solar

Los techos fríos reflejan la luz solar / Agencias

Los expertos resaltan la necesidad de que las administraciones públicas obliguen a las constructoras a implantar por defecto techos fríos en todas las ciudades, especialmente en aquellas partes de España más expuestas al calor extremo. Tradicionalmente, los edificios en muchas zonas del sur y el levante, como Andalucía, Comunitat Valenciana o Baleares, se han pintado de blanco y se han usado materiales climáticamente neutrales para los techos. Sin embargo, esas prácticas se han ido abandonando, se ha arrinconado la sabiduría popular y ahora los materiales modernos están pasando factura a la población, al demostrar sus debilidades.

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Contacto de la sección de Medio Ambiente: crisisclimatica@prensaiberica.es