Renovables

La energía solar doméstica se dispara en España

Bloques de pisos, casas aisladas o negocios se pasan a las placas solares para abaratar costes e incluso olvidarse de los recibos

Placas solares en una vivienda

Placas solares en una vivienda / Shutterstock

El año 2022 marcó un récord en la instalación de placas solares en viviendas y negocios particulares en España. Los altos precios que alcanzó la luz (luego moderados por la llamada ‘excepción ibérica’) impulsaron a muchos a pasarse a esta fuente limpia y barata.

Cada vez son más los usuarios que deciden realizar una inversión en su casa para luego obtener una notable reducción en su factura de la luz. A partir de varios paneles fotovoltaicos instalados en el techo de las viviendas unifamiliares o en los edificios, los particulares consiguen generar su propia energía y consumir menos de la red eléctrica, o incluso nada.

En España, en 2022 el autoconsumo de energía solar aumentó nada menos que un 108% en comparación con el año anterior, según un informe de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF). Esto permitió que se generaran, aproximadamente, unos 2.500 Mw en autoconsumo. En total, más de 298.000 viviendas y más de 54.000 empresas generaron desde sus tejados el equivalente al 1,8% de la demanda eléctrica nacional, según el informe anual del Autoconsumo Fotovoltaico de la Asociación de Empresas de Energías Renovables.

En 2022, el autoconsumo de energía solar en España aumentó nada menos que un 108% en comparación con el año anterior

Tal y como se establece en la Agenda 2030, el Gobierno tiene como objetivo alcanzar los 9 Gw instalados de autoconsumo de aquí a siete años.

A la hora de instalar las placas solares en una vivienda unifamiliar, el único requisito necesario y que los ingenieros tienen en cuenta es la estructura sobre la que se va a realizar el proyecto. «Lo más importante es revisar la cubierta, pues en función de cómo es la construcción, se puede o no se puede realizar la instalación», explica Mario Gómez, ingeniero de la cooperativa Ecooo, que impulsa comunidades solares, sobre todo en el área de Madrid.

Placas solares en edificio plurifamiliar de Majadahonda

Placas solares en edificio plurifamiliar de Majadahonda / Ecooo

Se tiende a pensar que estas instalaciones necesitan estar ubicadas en un lugar donde tengan la radiación directa del sol, «pero en realidad este hecho da igual», ya que en lo único que afectaría una menor incidencia solar sería «en el rendimiento de la instalación». En estos casos, se debería invertir un poco más con el objetivo de «tener la misma instalación o, por lo menos, producir la misma energía que generaría una persona en una zona con mayor radiación».

Placas en bloques de pisos

En el caso de un edificio de vecinos, el autoconsumo a través de paneles solares se realiza con una sola instalación que comparten varios usuarios y que se regula a través de «un acuerdo de repartos». Es decir, los vecinos deben pactar cómo se va a repartir la energía y cuál será la inversión de cada uno. Por este motivo, «pueden repartir a partes iguales o pueden repartirlo por el consumo o por la energía generada» por cada uno de los usuarios, aclara Gómez. Además, hay que tener en cuenta que la instalación de un edificio puede distribuir energía incluso a aquellos vecinos que vivan en un radio de dos kilómetros y quieran participar en esta inversión.

El problema del autoconsumo colectivo no es la instalación, que «es sencilla», afirma este técnico de la Cooperativa Ecooo, sino la tramitación de los expedientes, que tienen que ser aprobados por las distribuidoras.

Colocación de placas en casco urbano

Colocación de placas en casco urbano / El Periódico

«Cuando nosotros terminamos una instalación y la ponemos en marcha, el consumidor no puede beneficiarse del autoconsumo hasta que la distribuidora tramite el expediente». Pueden llegar a pasar «ocho meses o un año» desde que se instala hasta que los vecinos pueden vivir del autoconsumo, lo que sobrepasa el tiempo máximo establecido. Pese a ello, no hay una «sanción o consecuencia sobre estos retrasos», lamenta. Sin embargo, esto solo sucede en los autoconsumos colectivos. En el caso de las viviendas unifamiliares, en el momento en el que se realiza la instalación, el usuario ya comienza a utilizar la energía.

Los hábitos también influyen

El funcionamiento de este sistema depende de las horas de luz, por lo que, salvo que el usuario tenga una batería que acumule los watios generados, tendrá que consumir la energía en las horas que se genera para poder obtener un ahorro. Fuera de estas horas de luz, los consumidores estarán utilizando la energía de la red eléctrica a la que estén conectados.

El beneficio de vivir con autoconsumo fotovoltaico se traduce en un ahorro en la factura de luz aclara Gómez, pero teniendo en cuenta que «si yo consumo en las horas en las que yo produzco la energía, voy a tener más ahorro que una persona que consume cuando ya no está produciendo energía, es decir, por la noche».

Para controlar la energía que están generando las placas solares, en el caso de una vivienda unifamiliar, los usuarios cuentan con una aplicación que les indica los momentos en los que están generando energía y la cantidad que producen. «A la hora de poner una lavadora, secadora o lavavajillas, estamos pendientes de las horas de luz», explica un usuario de este tipo de autoconsumo. «Intentamos realizar las tareas que conllevan un mayor gasto de energía en las horas de sol, pero cosas como cocinar, sobre todo, el desayuno o la cena, no podemos evitar hacerlo fuera de estas horas», añade, lo que implica consumir energía de la red eléctrica.

Los usuarios de energía solar pueden tener un ahorro de entre el 50% y el 70% en el recibo de luz

Aún así, la instalación de placas solares sale rentable, y tanto si se añade batería como si no. En el caso de una casa unifamiliar aislada, para una familia de tres miembros, la inversión necesaria puede oscilar entre los 3.500 y los 6.000 euros, que se amortiza a los pocos años.

Gómez aclara que los usuarios de este tipo de servicios pueden llegar a tener un ahorro «en torno al 50% o 70% de la factura», siempre que sus hábitos se amolden a las horas de luz.

Barrios y pueblos enteros se pasan a las placas

Son muchos los usuarios que han decidido dar el paso de manera individual para poder avanzar en transición energética, ayudar al cambio climático y ahorrar dinero en la factura de la luz, pero también hay muchos pueblos o urbanizaciones enteras que deciden utilizar el autoconsumo de forma colectiva y dar energía a un grupo más grande de vecinos o, incluso, a un municipio entero.

En el caso de Elche (Alicante), que es la segunda ciudad con más instalaciones fotovoltaicas de la Comunitat Valenciana, 22 familias se han unido para instalar placas solares en varias viviendas de su urbanización. «Hubo una muy buena experiencia de un cliente y, a raíz de esto, recomendó a sus vecinos instalarse placas», cuenta Carlos Costa, director de Ventas para Energía de Octopus Energy Spain.

Este proyecto, ejecutado por esta empresa, «cerró el acuerdo en julio, se realizó la instalación en agosto y, tras el proceso en el que se legaliza, que es de una o dos semanas, los clientes podían disfrutar de su consumo solar en septiembre», explica Costa.

Gracias a estas placas, los vecinos de esta urbanización podrán llegar a tener incluso «facturas cero», afirma el representante de la compañía, porque funcionan a través de un sistema conocido como «cartera energética» que permite a los usuarios acumular la energía que generan de más y no consuman. Por ello, «si hay meses que produces más de lo que consumes, ese crédito se puede pasar al mes siguiente y se va generando una bolsa», añade Costa.

Placas colocadas en la iglesia de Cedillo (Cáceres)

Placas colocadas en la iglesia de Cedillo (Cáceres) / RTVE

Otro proyecto de estas características ha sido el que se puso en marcha en Cedillo (Cáceres), a principios del 2022 y con el que se han instalado placas solares en los edificios públicos, y también en algún terreno, del municipio para conseguir implantar el autoconsumo para todos los vecinos. Gracias a esta iniciativa, ha conseguido convertirse en el primer pueblo solar de España.

Iberdrola, empresa promotora del proyecto, organizó una jornada con los vecinos el pasado mes de febrero para, con carácter divulgativo, explicarles el significado de una comunidad energética y los beneficios de pertenecer a ella. La primera tanda de inscripción comenzó ese mismo día con 120 vecinos adheridos a la iniciativa y finalizó el 1 de marzo con 305 ciudadanos unidos en total al proyecto. Eso supone dos tercios de los alrededor de 450 habitantes de esta población.

Esta iniciativa tiene como objetivo que los habitantes del municipio «puedan vivir del autoconsumo», explica Estela Holgado, presidenta de la Asociación Pueblo Solar. Esto se está traduciendo en un ahorro del 50% de lo consumido, especifica Holgado. Además, todo aquél que lo desee podrá sumarse a este proyecto con la condición de estar empadronado y vivir en el pueblo.

No son, sin embargo, los únicos casos, pues cada vez hay más localidades en España que optan por las placas como forma de reducir la factura y, en algún caso, incluso suprimirlas por completo para tener total independencia energética.

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