Contaminación

"Los seres humanos nos estamos ‘plastificando’", la severa advertencia de los científicos

La Universidad de Salamanca impulsa un proyecto para concienciar a los jóvenes sobre el problema sanitario-ambiental de las micropartículas plásticas

Los microplásticos invanden todo el planeta, incluidos el Ártico y la Antártida.

Los microplásticos invanden todo el planeta, incluidos el Ártico y la Antártida. / UNEP / Justin Jin

Ramón Díaz

Ramón Díaz

El consumo excesivo de plásticos es una preocupación creciente, sobre todo por el enorme impacto ambiental que están provocando en todo el planeta, en especial en los océanos. Las campañas de concienciación se han centrado hasta ahora, sobre todo, en los impactos físicos de los plásticos en el medio ambiente. Sin embargo, la población tiene escaso conocimiento sobre la toxicidad de los microplásticos.

Los científicos llevan años lanzando severas advertencias: los microplásticos, resultantes de la degradación de plásticos de mayor tamaño, producen un efecto denominado disrupción endocrina que está ‘feminizando’ poblaciones de animales acuáticos y con ello reduciendo su población.

Además, también representan una amenaza para la salud humana que podría tener implicaciones a largo plazo: "Nos estamos ‘plastificando’", han señalado los expertos del Área de Toxicología de la Universidad de Salamanca (USAL), que desarrollan el proyecto de aprendizaje-servicio ‘Si no reciclas, te intoxicas’.

Financiado por el Vicerrectorado de Ciencias de la Salud y Asuntos Sociales, el proyecto persigue concienciar a los jóvenes sobre el problema sanitario-ambiental derivado de la exposición a microplásticos, de tal modo que quieran adherirse a iniciativas encaminadas a su reducción, reciclaje y reutilización.

Se estima que existen más de 50.000 millones de partículas microplásticas en el mar.

Se estima que existen más de 50.000 millones de partículas microplásticas en el mar. / EFE

Como actuales y futuros consumidores, los jóvenes son "un grupo diana de especial relevancia", apuntan los expertos. Además, en esta población las campañas sobre el reciclaje son poco frecuentes, por lo que, con la educación en ese sentido, se busca "un beneficio para la sociedad en general gracias a la concienciación de los consumidores desde edades tempranas", señala Laura Vicente, investigadora principal del proyecto, a Comunicación USAL.

Un problema cada vez más preocupante

La investigación persigue además un beneficio directo e inmediato en la comunidad, implementando una actividad de aprendizaje-servicio diseñada para ello. En este sentido, el equipo docente de la Universidad salmantina, junto a dos estudiantes universitarios (del Grado en Farmacia y del Máster en Ciencias Ambientales), en colaboración con la asociación YMCA Salamanca, desarrolló recientemente diferentes actividades en la sede de la entidad.

Esas actividades estuvieron encaminadas a dar a conocer la toxicidad de los microplásticos, concienciar sobre una problemática sanitaria y ambiental "que cada vez es más preocupante y trabajar en la búsqueda de soluciones".

Los microplásticos son partículas de menos de 5 milímetros.

Los microplásticos son partículas de menos de 5 milímetros. / Getty Images

El programa diseñado comprendió un rally fotográfico sobre el mal uso y el mal reciclaje de plástico reflejado en acciones cotidianas, pequeñas exposiciones que permitieron contrastar el grado de conocimiento del problema por parte de los participantes y la realización de cálculos individuales de la huella de plástico para estimar la cantidad (kilogramos) de plásticos consumidos al año.

Estas iniciativas fomentaron el reciclaje, la reutilización y la reducción del consumo de plásticos y permitieron a los jóvenes asistentes, con edades comprendidas entre los 14 y los 17 años, comprender y reconocer en profundidad la problemática asociada a los microplásticos y encauzar las posibles acciones para atajarla.

"Contaminantes ubicuos"

Los microplásticos son partículas de menos de 5 milímetros, lo que les permite ‘moverse’ con facilidad por la naturaleza. Los científicos los consideran "contaminantes ubicuos", ya que están presentes en todos los compartimentos ambientales. Han llegado, incluso, al Ártico y se han encontrado en la nieve recién caída en la Antártida.

Cuando son ingeridos por la vida marina, como aves, peces, mamíferos y plantas, los microplásticos provocan efectos tanto tóxicos como mecánicos, lo que da lugar a problemas como la reducción de la ingesta de alimentos, la asfixia, los cambios de comportamiento y la alteración genética.

Además de invadir en la cadena alimentaria humana a través de los mariscos y los peces, las personas pueden inhalar microplásticos del aire, ingerirlos del agua y absorberlos a través de productos para la piel. Se han encontrado microplásticos en diversos órganos humanos, e incluso en la placenta de los recién nacidos.

Los microplásticos están ‘feminizando’ poblaciones de animales acuáticos.

Los microplásticos están ‘feminizando’ poblaciones de animales acuáticos. / Unsplash

En el ser humano, los microplásticos provocan alteraciones de la genética humana, del desarrollo cerebral y de la frecuencia respiratoria, entre otros problemas de salud.

Se estima que existen más de 50.000 millones de partículas microplásticas en el mar. Se han colado en nuestras vidas y empiezan a colarse en nuestros cuerpos. Están en la sal, la cerveza, las frutas y verduras frescas, e incluso un grupo de científicos ha hallado microplásticos en el agua potable en varias regiones de España.

Los resultados de ese estudio, publicados hace unos meses en 'Water Research’, subrayan la importancia de una gestión adecuada de los residuos para evitar que estos contaminantes regresen a los hogares "a través del agua que consumimos", señala la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), que junto a la de Alcalá (UAH) ha liderado la investigación, en la que participaron más de una decena de centros españoles de la Red EnviroPlaNet.

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Contacto de la sección de Medio Ambiente: crisisclimatica@prensaiberica.es