Cetáceos

Descubren que los delfines tienen el ‘sexto sentido’ de la información eléctrica

Comprueban que estos animales pueden detectar campos de corriente continua de 2,4 microvoltios

Los delfines mulares detectan campos eléctricos muy débiles

Los delfines mulares detectan campos eléctricos muy débiles / Pinterest

Joan Lluís Ferrer

Joan Lluís Ferrer

El primer estudio realizado por científicos sobre la sensibilidad de los delfines mulares ante los campos eléctricos ha descubierto que estos animales figuran entre los que más sensibilidad tienen en este ámbito. Y es que algunos ejemplares pueden detectar campos eléctricos de corriente continua tan débiles como 2,4 microvoltios por centímetro, lo que supera la capacidad demostrada por otras especies, como los ornitorrincos. El hallazgo sugiere que la electrorreceptividad desempeña un papel más importante en la supervivencia de los delfines de lo que se creía anteriormente.

Los delfines tienen en su cara pequeñas fosas ricas en terminaciones nerviosas, conocidas como criptas vibrisales. Un estudio realizado en 2022 confirmó que dichas terminaciones les permiten detectar campos eléctricos débiles, pero no se pudo saber hasta qué punto podían ser débiles. El misterio ahora ha quedado desvelado y los resultados son realmente sorprendentes.

Ejemplar de delfín mular

Ejemplar de delfín mular / anipedia

Parece lógico que las especies que viven en ríos o estuarios turbios desarrollen alternativas a la visión bajo el agua, pero para delfines que habitan en aguas más claras, esas capacidades podrían resultar innecesarias y, por tanto, escasamente desarrolladas. Nada más lejos de la realidad, según se ha descubierto. Y es que, incluso en sus aguas cristalinas, los delfines mulares activan una electrosensibilidad considerable.

Un equipo dirigido por Tim Hüttner, de la Universidad de Rostock (Alemania), hizo experimentos con dos delfines hembra, Dolly y Donna, del Zoológico de Nuremberg. Quedaron instalados en un recinto que constaba de nueve piscinas, lo que permitía separarlas entre sí y experimentar en diferentes situaciones.

Una vez al día, en la nariz de cada delfín se colocaba un casco con dos electrodos que producían campos eléctricos débiles en el agua. Dolly y Donna fueron entrenadas con recompensas de peces para salir de su recinto cuando detectaban un campo eléctrico y quedarse en él cuando no lo hacían.

La intensidad del campo comenzó en 500 µV cm-1 y fue disminuyendo gradualmente para comprobar hasta dónde podían detectarlo. En comparación, los ornitorrincos, los primeros mamíferos electrosensibles, pueden detectar campos tan bajos como 25 a 50 µV cm-1. Y, sin embargo, se descubrió que los delfines pueden hacerlo incluso mejor. El rendimiento de Dolly alcanzó niveles aleatorios a 5,5 μV cm- y solo empezó a desmotivarse para seguir jugando por debajo de ese nivel. Donna, en cambio, demostró ser más sensible, detectando campos de hasta 2,4 μV cm-1.

Ambos delfines demostraron ser menos hábiles para detectar campos de corriente alterna (CA), para lo que necesitaban intensidades de campo hasta 10 veces más altas a 1 Hz, y con aún más dificultades en frecuencias más altas.

"Los campos bioeléctricos débiles son una fuente sólida de información de corto alcance para los animales electrorreceptivos pasivos, ya que todos los organismos producen campos eléctricos de corriente continua (CC) en el agua", escriben los autores. Estos campos son creados por el flujo de iones de peces o crustáceos y están modulados por el potencial CA de baja frecuencia de la actividad muscular.

Un arma poderosa para los depredadores

Se trata de una herramienta útil, pues los depredadores pueden cazar utilizando estos campos, especialmente cuando sus otros sentidos están bloqueados. Para algunos peces, la capacidad de detectar campos eléctricos es tan esencial que producen sus propias descargas eléctricas débiles, lo que les permite sentir una perturbación debido a la fuerza creada por la presa en movimiento, según el portal IFLScience.

Sin embargo, lo más frecuente es que la electrorrecepción sea puramente pasiva y detecte los campos creados por otros. Se sospecha que esto también puede extenderse a la capacidad de orientarse en relación con el campo magnético de la Tierra, no directamente como lo hacen las aves migratorias, sino a través de la inducción electromagnética en el agua de mar.

Hasta ahora, se ignoraba hasta qué punto podían captar campos eléctricos los delfines

Hasta ahora, se ignoraba hasta qué punto podían captar campos eléctricos los delfines / Pinterest

La electrorrecepción es tan útil que ha evolucionado muchas veces en diferentes ramas del árbol genealógico animal, pero solo se conoce en mamíferos como los ornitorrincos, los equidnas y algunos delfines, aunque en estos últimos parecía algo innecesario por la claridad del medio en que viven.

Estudio de referencia: https://journals.biologists.com/jeb/article/226/22/jeb245845/334721/Passive-electroreception-in-bottlenose-dolphins

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