Éver Banega se dejó llevar ante Al Hilal por sus impulsos y Unai Emery tomó nota. Entre los errores cometidos y que quiere evitar a toda costa el entrenador de cara al nuevo curso están las expulsiones absurdas que tanto daño hicieron el pasado año. Banega no fue expulsado en el primer amistoso porque el árbitro no se sabe bien hacia dónde estaba mirando, si bien, tanto Emery como la cúpula dirigente del club son conscientes que si ese arrebato le sale en un partido oficial deja al equipo con diez y algún que otro partido de sanción.

«Es uno de los defectos que tuvimos la temporada pasada y que tenemos que corregir. Está bien tener jugadores temperamentalmente fuertes, está bien tener un equipo agresivo, pero lógicamente dentro de lo que se permite en el terreno de juego. Tenemos que ir ajustando todo eso, ese temperamento para el beneficio del equipo y ajustar también esa agresividad dentro del juego permitido», apunta Emery desde Ptuj.

No por ser un amistoso Banega se libró de tal reproche. Al contrario. A los técnicos les preocupa que si en un partido sin tensión se pierde el control, qué no puede pasar cuando las pulsaciones van al máximo. Y no sólo a los técnicos del club blanquinegro. A los dirigentes que vieron el partido por televisión desde Valencia tampoco les gustó la acción de Banega.

Emery aún recuerda las trece expulsiones que entre las diferentes competiciones sufrió el equipo el pasado curso. Sanciones que pusieron también su granito de arena para que se produjera la plaga de lesiones que mermó el potencial blanquinegro en el tramo decisivo de la temporada, como en el doble enfrentamiento europeo contra el Atlético de Madrid.

El Valencia se tuvo que ´acostumbrar´ a jugar con diez más de lo normal y durante varios partidos consecutivos. Ello se dejó notar en las piernas de los que continuaban en el campo y en los planes de Emery, porque tras una roja viene también una sanción y el cuerpo técnico estuvo casi dos meses —sobre todo entre febrero y marzo principalmente— haciendo encaje de bolillos para hacer una alineación.

Ya en la pasada temporada fueron varias las reuniones y las recriminaciones que hizo Emery a sus jugadores por acciones como la que cometió Banega ante el Al Hilal. Y no solo Emery. El presidente Manuel Llorente también tomó cartas en el asunto y llegó incluso a reunirse con varios futbolistas para que se «comportaran» como profesionales. Ni Emery ni Llorente critican una expulsión por un lance, sí por protestar al colegiado o entrar en un juego sucio.