Adrián Crespo: "Desde una liga universitaria en Estados Unidos también se puede llegar a ser profesionar en Europa"

El jugador valenciano, después de que el fútbol a nivel nacional le diera la espalda, se ha formado en América académicamente sin dejar de lado su pasión

Adrián Crespo, en las instalaciones de Eture Sports durante su entrevista con SUPER.

Adrián Crespo, en las instalaciones de Eture Sports durante su entrevista con SUPER. / JM Lopez

Rafa Esteve

Rafa Esteve

Adrián Crespo, tras finalizar sus estudios en Oregon y ser pieza clave en el equipo de su universidad, espera a su próximo reto en Estados Unidos feliz de haberlo dejado todo para seguir formándose, compitiendo y creciendo, en todos los sentidos, al otro lado del charco.

Toda su vida ha estado vinculada al fútbol.

Empecé a jugar con seis años en el Malilla, que era el equipo de mi barrio y donde jugábamos en tierra con amigos del colegio. Después, mi tío, que era el presidente del Torre Levante, me convenció para irme allí. Troté un poco ya que estuve en Cracks cedido durante un año, llegué al Don Bosco, que fueron dos años espectaculares y de ahí ya me fichó el Valencia. Más tarde, no salieron las cosas como debían, y vinieron Jaime y Ximo Miralles para proponerme el competir en Estados Unidos y estudiar. Y, sinceramente, de lo único que me arrepiento es de no haberme ido un poco antes porque, a lo mejor, hubiesen salido mejores cosas al acabar la experiencia dos años antes, pero estoy muy contento.

Valencianista de cuna, vistió la camiseta de Valencia antes de ir a América. ¿Cómo fue?

Fue un sueño, sin duda. Cuando me llamaron estaba en mi apartamento y me lo comentó mi padre. Ese año hicimos buena temporada en Don Bosco y gente de mi equipo fichó por el Villarreal y el Levante, y a mí me salió el Valencia. Justo el año de aquel gol de Negredo en Mónaco que nos clasificó para la Champions League y que nos dio la oportunidad de competir en la Youth League. Eso fue lo más grande: jugarla con el equipo de toda mi vida. Lo he seguido siempre y soy socio. Fue increíble.

¿Con qué futbolistas reseñables compartió vestuario en Paterna?

Hay muchos por destacar, pero, por encima, Carlos Soler, Lato, Fran Villalba, que era un año más pequeño pero siempre subía por cómo jugaba, y para la Youth League bajaban futbolistas como, por ejemplo, Antonio Sivera. Después, de mi generación estaban Toni Martínez, Rafa Mir, con Fran Navarro jugué cuando ganamos la liga Juvenil Nacional... Muchísimos jugadores. La verdad es que fue una barbaridad.

Adrián Crespo.

Adrián Crespo. / JM Lopez

¿En qué momento considera oportuno marcharse a Estados Unidos?

Tuve mala suerte. Acabé el año del Valencia CF y no hicimos buena temporada. No nos metimos en Copa del Rey y en Youth League tuvimos aquel drama con el Chelsea con ese gol fantasma que no nos concedieron. Para la generación que teníamos no estuvimos a la altura. Después, no me salió nada. Me disloqué el hombro, me tuvieron que operar y me fui a probar a distintos equipos de Madrid como el Leganés o el Getafe sin suerte. Tras dos años acabé en Preferente, intentando volver a un filial con la esperanza de estar a tiempo al ser sub-23 y no me salió nada bien. Cuando vi el panorama me planté. Consideré que, si el fútbol no salía, que saliesen los estudios. Es una cosa que siempre he tenido clara. Por lo tanto decidí irme, y ahora, echando la vista atrás, me arrepiento de no haberme ido antes a Estados Unidos por esos dos años en los que estuve dando tumbos.

¿Cómo de importante fue Eture Sports?

Juanma Barbero era mi representante y lo fue de Jaime y Ximo Miralles. Me comentó que ambos volvieron de Estados Unidos y estaban intentando crear una empresa. Carlos Moliner, Albert Pedra y yo fuimos 'Conejillos de Indias' porque no había tanta gente que se marchó hasta allá. Vinieron al trabajo de mi padre, nos propusieron la oferta y nos dijeron que las universidades, una vez entrabas en el 'Transfermarket', llegarían ofertas. Yo estudiaba en la Universidad Católica, gastándome dinero mensualmente, y pedí que si me compensaban lo que invertía en España me quería ir allí para aprender inglés. Te abre muchas puertas. Jaime me habló maravillas de la experiencia y, justamente, me llegó la oferta de Oregon State, donde él estudió. Además, el entrenador vino aquí a verme a un entrenamiento y nos tomamos un café para hablar sobre su propuesta. Lo valoré mucho, me convenció. El proyecto que me vendió fue el que pasó y Jaime y Ximo fueron fundamentales.

¿Fue un impulso a su trayectoria?

El fútbol da muchas vueltas. En Alevines puedes ser el mejor del mundo y, por unas circunstancias u otras, siempre existe una suerte que no puedes controlar. Obviamente hay otros factores, pero la suerte no estuvo de mi parte. Sin embargo, irme allí me abrió unas puertas que el fútbol aquí no me dio. Tener una carrera, en una universidad de Estados Unidos y con prestigio. La idea que tienen de un estudiante atleta es muy importante. Para ellos, compaginar los estudios con la competición a máximo nivel de estudiantes tiene mucha repercusión. Irme allí fue increíble, al igual que combinar ambas cosas y conocer gente de distintos países.

"Irme a Estados Unidos me abrió puertas que el fútbol aquí no me dio. Tener una carrera, en una universidad de Estados Unidos y con prestigio. Para ellos, compaginar los estudios con la competición a máximo nivel de estudiantes tiene mucha repercusión".

¿Qué estudió en Estados Unidos?

Un doble grado de Psicología con INEF y CAF.

¿Y en qué posición se desenvolvió? En España jugó de lateral izquierdo, pero en Estados Unidos pasó al mediocentro.

Toda la vida he jugado de lateral izquierdo, pero llegué a Estados Unidos y, de repente, me encontré con un entrenador cuya disposición fue de tres centrales y un sistema que aquí no está visto. Jugaba con el '10' que defendía de lateral izquierdo. No me conseguí adaptar a esa posición de subir y bajar y, después, jugar por dentro, ya que soy un futbolista rápido al que le gusta jugar por fuera. Me encontré con esa situación que me 'obligó' a jugar de extremo. Durante los dos primeros años estuve jugando en esa posición, pero el técnico cambió a carrileros y ahí fue donde encontré mi lugar.

Para Eture Sports, usted es un caso de éxito. ¿Qué balance extrae de su experiencia deportiva?

Me emociona saber que he sido uno de los tantos chavales que hemos ido a Estados Unidos y que estamos empujando a otras personas a dar el salto y vivir la experiencia. El día de antes de irme me planteé el echarme hacia atrás. Estaba en mi apartamento y dudaba mucho. Sin embargo, es la mejor decisión que tomé en mi vida, así que animo a todos a que se marchen. En lo que a fútbol se refiere, el nivel que hay allí es más alto del que se cree. Sobre todo en cuanto a universidades. He jugado en Primera División, en una de las mejores universidades de Estados Unidos, este año ganamos nuestra liga, que es la primera o segunda más potente, dos de mi equipo fueron elegidos en el SuperDraft... Y luego hay más de mi club que jugarán profesionalmente seguro. Había mucho internacional y había un nivel increíble. Después, llegar a las instalaciones y ver una piscina de agua fría, luego una de agua caliente, diez camillas, entrenar en césped natural, tener treinta o cuarenta balones... Llegué el primer día al vestuario y me dieron pares de botas de aluminio y de goma, sudaderas, pantalones, espinilleras, una taquilla con tu nombre... Al final me acostumbré, pero al principio fue impactante cuando en España jugué en filiales 'top' y no había punto de comparación. Todo, para un equipo universitario y en un deporte que no tiene tanta repercusión.

Adrián Crespo posa con el cuadro que lo refleja como un caso de éxito para Eture Sports.

Adrián Crespo posa con el cuadro que lo refleja como un caso de éxito para Eture Sports. / JM Lopez

¿Cómo de profesional es una liga universitaria en Estados Unidos?

Allí las universidades que más fanáticos tienen son los que no tienen fútbol americano, pero, como pasó en la mía, si haces buena temporada, la gente va al campo. Este año hicimos muy buen curso. Nos eliminaron una ronda antes de la Final Four, pero la afición nuestra se movilizó y se volcó con nosotros. Las entradas para vernos se agotaban en dos horas. El estadio tenía una capacidad para 1.500 personas, pero si hubiera sido más grande, se hubiera llenado igualmente. La gente anima y aprieta. El fútbol está creciendo mucho, y en unos años, cuando las universidades sean más grandes y les dejen ampliar instalaciones... Sin ir más lejos, tengo el ejemplo del delantero centro que jugó en mi equipo. Estuvo conmigo durante tres años y en la última temporada marcó trece goles en doce partidos y lo fichó el Klagenfurt de la Primera División austriaca. Desde una liga universitaria también se puede llegar a ser profesional en Europa. La repercusión que puedes tener si lo haces bien es mayor de lo que la gente se piensa.

¿Es una vía de escape?

Por supuesto que es una vía de escape. Cuando aquí ves que no salen las cosas, que el fútbol no va por el camino que quieres, si consigues algo interesante dentro de las preferencias que tienes para estudiar una carrera es una opción muy buena. Primero, porque vas a incrementar el nivel académico. Segundo, porque vas a sacarte el grado que estás estudiando aquí en otro idioma. Tercero, porque acabarás siendo bilingüe. Y cuarto, porque, en el aspecto futbolístico, puedes subir el nivel. Es una vía de escape y un paso hacia adelante porque te hace crecer como persona, como futbolista y por la forma en la que te adaptas a un sitio nuevo. Además, la gente te recibe genial, tiene paciencia contigo y te integran enseguida. No tengo ninguna pega.

"Es una vía de escape y un paso hacia adelante. Te hace crecer como persona, como futbolista y por la forma en la que te adaptas a un sitio nuevo. Además, la gente te recibe genial, tiene paciencia contigo y te integran enseguida. No tengo ninguna pega".

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¿Cómo de importante fue Eture Sports?

Sobre todo me ayudaron el primer año. Fue difícil para mí porque no jugaba casi en mi primera temporada. Era rotación. Estaba bastante cabreado porque, además, no sabía hablar inglés, y ellos fueron los que me dijeron que estuviera tranquilo y que las cosas iban a funcionar. Que fuera paciente. Tuve un año de introducción y, al siguiente, ya empecé a jugar, cogí el ritmo. Como es un fútbol diferente necesitas adaptarte a su cultura y a su forma de jugar. Situaciones que aquí nunca viví. Tuve conversaciones con Jaime Miralles en las que incluso me arrepentía de haber dado el paso de marcharme a Estados Unidos y me pidió tranquilidad. A día de hoy, doy gracias por haber escuchado esos consejos porque me acabé quedando y disfrutando de la experiencia. Ahora están siendo un factor bastante importante ya que están intentando buscarme otro equipo. He acabado la carrera en Oregón y estoy intentando buscarme la vida en la Segunda División de allí. Me han puesto en contacto con un par de personas importantes de Estados Unidos y estamos a la espera de ver qué deparará el futuro.

¿Cuál ha sido su mejor recuerdo?

Si tuviese que decir algo sería conocer a toda la gente que he conocido. En mi equipo teníamos mucha gente internacional: Sudáfrica, Camerún, Senegal, Francia, Alemania, Inglaterra, Canadá... Para mí decir que tengo amigos en esos sitios es una bendición. Después, de lo que me ha dado el fútbol en estos tres años y medio, la mejor experiencia fue ganar la 'Pac-12 Conference'. Estuvimos detrás durante las últimas cuatro temporadas porque mi universidad nunca lo consiguió. Fue una locura porque mis padres vinieron a verme después de muchísimo tiempo sin verme jugar a fútbol. Conseguimos empatar contra la universidad de Washington, uno de nuestros máximos rival. El empate o la victoria nos servía y lo empatamos en el minuto 89:50, en un formato que va a tiempo parado. Todo el mundo saltó al campo. Fue impresionante y el colofón a mi etapa en América.

¿Qué mensaje lanzaría para animar a la gente a acudir al Showcase?

Les diría que, por intentarlo, no pierdes nada. Iría al Showcase porque no supondría ningún tipo de pérdida ponerte en el cartel de Estados Unidos. Acudirán universidades muy potentes de Primera División y de Segunda. Ellos te pueden proporcionar el paso al profesionalismo tanto académicamente como deportivamente. Hay gente que se piensa que marcharte a Estados Unidos supone dejar el fútbol y no es así. El mejor caso es el de uno de los creadores de Eture Sports: Ximo Miralles. Volvió a España, estuvo con el Alcorcón en LaLiga SmartBank dos años y ahora está en 1ºRFEF, un nivel muy alto en España, con el Logronés. No es un paso atrás. Animaría a todo el mundo a ir al Showcase y barajar las opciones que tengas.

Ahora, ¿Cuál es su siguiente paso?

El veneno del fútbol ha sido y es mi vida. Nunca lo quiero dejar, y si en algún momento tengo que hacerlo, jugaría en ligas de empresas con los colegas. Ahora me vuelvo a Estados Unidos y a estar en contacto con Jaime Miralles para ver si conseguimos entrar en algún equipo de Segunda División de allí. A partir de ahí, probar la experiencia. Lo ideal sería ir escalando y llegar a la MLS, pero, de momento, es todo un sueño que estoy intentando perseguir aunque sea mi idea. Si el fútbol no acaba dándome lo que quiero o lo que necesito, mi objetivo es empezar a trabajar en Estados Unidos. Ganar experiencia, seguir conociendo gente y ver mundo. Las oportunidades de trabajo son inmensas. Cuando has sido estudiante-atleta tienes mil puertas abiertas a través de entrenadores que has tenido anteriormente y directores de universidad. Si el veneno del fútbol me acaba matando esa sería mi segunda opción, pero mi primera es seguir dándolo todo para continuar compitiendo.